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El peligroso tramo de carretera de la A-8013, entre Castilblanco de los Arroyos y Burguillos, donde se han sucedidos varios accidentes por el cambio de rasante. / F.J.D.
Fue la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, la que avanzó en Castilblanco de los Arroyos que el carril de vehículos lentos sería una realidad en 2018. En el acto de inauguración del vivero de empresas, celebrado en febrero, anunció que los presupuestos del próximo año consignarían una partida de 700.000 euros para su construcción. La presentación de las cuentas para 2018 confirmó esta promesa, destinando la cantidad señalada y su ejecución. Una noticia que ha sido acogida con entusiasmo en el pueblo y en el Ayuntamiento, pues se da solución a un acuciante problema para la localidad y su comarca.
La carretera A-8013 discurre entre Burguillos y Castilblanco enlazando tramos de rectas con curvas encadenadas y distintos cambios de rasante. El trazado original de la vía sumaba hasta 21 curvas, muchas de las cuales desaparecieron en la modificación realizada en 1987. Pero esto no acabó con la falta de seguridad y la problemática de esta carretera. Y a pesar de ello, la zona más peligrosa se siguió localizando a partir de Barranco Hondo, donde aparece una recta con un cambio de rasante ascendente del 7 por ciento. Es ahí donde muchos vehículos, sobre todo los de mayor tonelaje y uso agrícola, ven reducida su velocidad hasta coronar la pendiente, de la que se sale en una curva.
A la orografía del terreno y el trazado se une la falta de visibilidad y, en muchos casos, «el incumplimiento de las limitaciones de velocidad», fijadas en 90 kilómetros por hora. Con ello, el tramo «no es un punto negro por la proporción de accidentes, pero sí una zona muy complicada y con alta siniestralidad», señala Fernando López, concejal de Seguridad Ciudadana. No obstante, se acumulan varios accidentes mortales, como el que en 2015 le costó la vida a dos vecinos en un choque frontal.
Fue en 2008 cuando el equipo de gobierno comandado por Segundo Benítez comenzó a trabajar el proyecto para la construcción de un carril de vehículos lentos. Redactado entonces por la Consejería de Fomento y Vivienda, la intervención quedó en suspenso por falta de financiación, convirtiéndose en caballo de batalla municipal. Es esta una cuestión con la que desde la oposición «se ha especulado, cuando deberíamos de estar todos a una. Es una mejora para el municipio de la que se van a beneficiar todos los vecinos y la comarca», comenta el alcalde, José Manuel Carballar.
La prioridad para solicitar de forma reiterada esta intervención a la que en los presupuestos se le da luz verde es, «ante todo, la seguridad. No es tanto para mejorar las comunicaciones, sino que es algo que consideramos necesario e imprescindible, porque ahí han fallecido personas». Es esta una «inversión considerable», teniendo en cuenta que los presupuestos «solo incluyen cuatro proyectos en la provincia». Además se sumarán «60.000 euros que Fomento aprobó para el mantenimiento de la carretera».
El regidor explica con la preceptiva cautela el proyecto, ya que al acumular casi una década desde que fuera redactado será objeto de revisión. Aún así, la intervención comprendería la construcción de «un nuevo carril adicional, en dirección ascendente hacia Castilblanco, para uso de vehículos lentos. Su extensión comprendería en torno a un kilómetro, el tramo que verdaderamente concentra la peligrosidad y los siniestros». Nada se sabe de fechas ni plazos, pero sí se tiene claro que «en 2018 se va a presentar, licitar y ejecutar». Es el «compromiso del consejero Felipe López, que lo presentará en Castilblanco antes de iniciar la licitación». Con ello, parte de esta gran obra está avanzada al estar ya expropiados los terrenos.
El tramo acumula salidas de vía, siniestros de distinto cariz y accidentes con víctimas mortales. Además de soportar un tráfico considerable, pues es la forma más directa y accesible de unir Castilblanco y Sevilla, aunque el tránsito no alcanza los ratios fijados para otras acciones como el desdoble.