Ha pasado un cuarto de siglo desde que se abriesen las dos primeras escuelas oficiales de idiomas (EOI) en la provincia de Sevilla: la de Alcalá de Guadaíra y Lebrija. Su primer curso fue el de 1991/1992. Posteriormente nacieron las de Sevilla-Macarena (2005), Écija (2006), Constantina, Mairena del Aljarafe y Estepa (2007) y Dos Hermanas (2008).
Con la apertura de estos centros públicos se acercaron los idiomas a la ciudadanía, porque academias privadas sí había, pero sus precios no estaban ni están al alcance de todos los bolsillos –actualmente estudiar en una escuela oficial de idiomas cuesta unos 74 euros todo el curso, mientras que en un centro privado una tarifa media puede rondar los 100 euros al mes–.
La expansión de las EOI se produjo a partir del curso 2004/2005, cuando la Junta de Andalucía puso en marcha el Plan de Fomento del Plurilingüismo, cuyo objetivo es mejorar las competencias tanto en la primera lengua como en la segunda, lo que ha permitido que hasta en comarcas muy alejadas del área metropolitana como la Sierra Sur y la Sierra Norte se pueda tener la oportunidad de aprender inglés o francés en un centro público.
En este cuarto de siglo el número de estudiantes ha crecido de forma vertiginosa. Un ejemplo que refleja este interés por los idiomas es el número de alumnos que contó la EOI de Alcalá de Guadaíra en sus inicios. En el curso 1991/1992 se matricularon 258 personas, frente a los más de 1.200 alumnos que cuenta en la actualidad.
El jefe de estudios de la EOI de Alcalá de Guadaíra y presidente de la Asociación de Profesorado de Escuelas de Idiomas de Andalucía, José Uribe, explica que cada idioma tiene un perfil de estudiante. La persona que optan por estudiar inglés lo hace fundamentalmente por motivos laborales, mientras que en francés, italiano y alemán en más por aprender otro idioma y por el interés de adquirir nuevos conocimientos. De todos modos, señala que esta tendencia está cambiando y se ha detectado que desde hace dos o tres años los matriculados en francés lo hacen también para tener más posibilidades de encontrar un trabajo, al igual que está sucediendo con el alemán.
Asimismo, explica que los requisitos para acceder a una escuela de idiomas se endurecieron en 2012, cuando la Consejería de Educación decidió favorecer a personas desempleadas y con alto nivel de estudios, aunque aclara que para matricularse en una EOI en la modalidad presencial solo hay que tener más de 16 años, aunque también pueden acceder los mayores de 14 años para estudiar un idioma distinto al que estén cursando como primer idioma en Secundaria.
Uribe defiende el buen trabajo que se realizan en estos centros, aunque admite que el número de alumnos por aula debería bajar. En su opinión, 25 estudiantes por clase en la modalidad presencial en los cursos equivalentes al B2 y C1 son demasiados.
LOS CENTROS PRIVADOS LLEVAN FUNCIONANDO CERCA DE 40 AÑOS
La entidad que aglutina a las academias privadas, la Asociación de Centros de Enseñanza de Idiomas de Andalucía (Aceia) nació hace 36 años y en la actualidad cuenta en la provincia de Sevilla con 31 empresas asociadas que en total tienen 56 centros. Según la asociación, a fecha del 1 de septiembre de este año, en estas academias estudian 31.355 alumnos y dan empleo a 775 trabajadores. El abanico de idiomas que se puede estudiar en estos centros es mucho más amplio que el que ofrecen las escuelas de idiomas, ya que además de inglés –el más demandado–, francés, italiano y alemán, también ofrecen la posibilidad de aprender chino, japonés e incluso español. El perfil del alumnado en estas academias también ha cambiado. Antes eran fundamentalmente estudiantes y ahora ha crecido el número de personas que quieren aprender un idioma por motivos laborales.
«He tenido profesores muy buenos»
Paula Beatriz Bernabéu Cruz conoce a fondo la escuela oficial de idiomas (EOI) de Sevilla capital, donde estudió alemán e inglés en el curso a distancia That’s English. Relata que su experiencia ha sido «bastante satisfactoria» y que recomendaría estudiar en una EOI, pero en el sistema presencial. Entiende que That’s English es una fórmula interesante para estudiar inglés, porque te facilitan CD’s, audios de comprensión para practicar, libros de gramática y vocabulario, pero considera que tiene varios fallos, «porque hay partes que son difíciles de desarrollar como la expresión oral, puesto que la mayoría del trabajo se hace en casa y no hay nadie que te lo corrija». De todos modos, respecto al profesor que tuvo en este curso a distancia tiene muy buenas palabras: «Tenía experiencia en el extranjero y era muy servicial y atento para ayudarnos a través de correos electrónicos y plataformas virtuales».
Respecto a los docentes que tuvo en los tres años que estudió alemán, esta joven estudiante de arquitectura también habla muy bien de ellos: «El primer y tercer año me tocó una profesora joven y con mucho nivel. Había vivido en Alemania durante varios años y conocía genial el idioma y cómo enseñarlo. El segundo año tuve un profesor más mayor, pero bastante bueno también. Tenía una actitud muy positiva para enseñar». Reconoce que optó por estudiar en la EOI por ser más asequible que las academias privadas.