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El espectáculo musical ‘Pelos Azules’ fue presentado ayer en la Diputación de Sevilla. / Pepo Herrera
¿Se imaginan 700 niños de toda la provincia de Sevilla sobre un mismo escenario? Es lo que ocurrirá el próximo viernes en el auditorio Rocío Jurado. Es el Proyecto Luna, una iniciativa que cierra su segunda edición con el cuento musical Pelos Azules.
Proyecto Luna es una idea sevillana pionera en España que busca potenciar la educación musical de los niños de la provincia, haciéndola fluir desde las escuelas de música municipales y conservatorios a los centros educativos. En definitiva, un modo único de «ahondar en la educación musical de los escolares», dijo ayer Fernando Villalobos, presidente de la Diputación de Sevilla, que apoya «presupuestariamente» la iniciativa.
Este proyecto musical –dirigido por el director de la Orquesta Sinfónica Joven del Aljarafe, Pedro Vázquez– finaliza su segunda edición con la puesta en escena de una obra que se ha venido preparando desde comienzos del curso escolar. Pelos Azules es un «espectáculo andaluz, poliédrico, que incluye música, danza, canto, dibujo», describió Vázquez.
En total, 700 niños procedentes de 35 centros de Sevilla –y algunos de Huelva– son los que el próximo viernes participarán en un espectáculo que «pretende educar en valores y fomentar la integración social de las personas que son diferentes», explicó.
Durante el acto de presentación de ayer, Fernando Villalobos expresó su interés en traer el trabajo de estos niños hasta el patio de la Diputación. «Quiero que este proyecto también esté aquí. La Diputación apuesta por este proyecto porque me parece especialmente ilusionante, porque desarrolla las capacidades musicales de los chavales, su creatividad y, además, pueden aprender a trabajar en grupo, a comprender la importancia de la individualidad dentro del grupo y se fomenta el gusto por el arte», dijo.
Entre otros, este trabajo, de Arnold Collado, contará con la participación de Danivel y María, dos pequeños de nueve y diez años que pondrán su talento con el violín sobre el escenario del Auditorio Rocío Jurado. Ellos, como los 698 restantes, lo tienen muy claro: «Es un proyecto muy bonito que nos ha hecho aprender y que hará que vivamos una experiencia única y maravillosa. Aunque, estaremos nerviosos».