Un «garrafón» que le echa el pulso a los estanqueros

Los impuestos han encarecido tanto el producto que los fumadores buscan alternativas

27 ene 2017 / 11:33 h - Actualizado: 28 ene 2017 / 18:46 h.
"Fuerzas de seguridad","Contrabando","Tabaquismo","Contrabando y piratería"
  • La presidenta de la Asociación de Estanqueros de Sevilla, Olivia Escaja, en su local. / Jesús Barrera
    La presidenta de la Asociación de Estanqueros de Sevilla, Olivia Escaja, en su local. / Jesús Barrera

Aunque desde fuera pueda parecer que en los estancos nunca faltan clientes, la realidad es que muchos de ellos mantienen el negocio «a duras penas, tirando de ahorros o, en mi caso, teniendo que prescindir de una de las dos empleadas que tenía», lamenta la presidenta de la Asociación de Estanqueros de Sevilla, Olivia Escaja, que regenta una expendeduría en el barrio de Rochelambert, donde lucha diariamente por mantener a flote su negocio.

Porque su sector, que siempre ha sido muy tranquilo, ha sido especialmente castigado en los últimos años, según dice, con pérdidas que alcanzan entre un 10 y un 15 por ciento cada año. Y es que el aumento progresivo de impuestos que se ha atribuido a la mercancía desde el año 2009 la ha convertido en «el producto que más se ha encarecido», lo que ha llevado al fumador a buscar alternativas más baratas a pesar de que estas sean «tabaco de garrafón, cuyo origen por lo general se desconoce además de que no pasa ningún tipo de control sanitario», recuerda la presidenta del colectivo estanquero.

A su juicio, es un fenómeno que se ha «multiplicado muy rápidamente» echándoles un pulso constante, y aunque el sector tabaquero ha tenido apoyo de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y del Gobierno central, lo cierto es que al ser un problema «muy localizado que no se da en otras comunidades», los recursos destinados a acabar con el contrabando de tabaco no son suficientes. En este sentido, señala que compañeros de otras comunidades, como la de Madrid, se sorprenden de las cifras que se manejan en Andalucía.

Por eso, y porque aproximadamente el 55 por ciento de los impuestos que tiene el tabaco los recauda la comunidad autónoma, Escaja no entiende cómo el Gobierno andaluz «no se implica en la lucha frente al contrabando», pues de los 900 millones de euros que el sector pierde cada año por culpa de este mercado ilegal, «son 300 o 400 millones los que pierde Andalucía, con la multitud de cosas que se podrían hacer con ese dinero», explica.

Para Escaja, la clave está en la concienciación de la sociedad en general y de los fumadores en particular. De ahí que los estanqueros pusieran en marcha hace dos años una campaña específica, costeada por ellos, precisamente para resonar en las mentes de los usuarios. «Hicimos camisetas, cartelería e incluso metimos publicidad en algunos medios de comunicación». De hecho, hoy en día aún es posible encontrar restos de esta campaña en la mayoría de locales que se sumaron a ella.

Eso sí, el colectivo echa de menos campañas a nivel nacional, «como las que se han hecho contra la piratería», si bien las restricciones publicitarias que la legislación vigente impone sobre tabaco tiene impiden que su petición sea realidad.