«Un nuevo tiempo para Alcalá de Guadaíra»

La flamante alcaldesa socialista, Ana Isabel Jiménez, propone un gran acuerdo a la oposición

13 may 2016 / 19:28 h - Actualizado: 13 may 2016 / 23:42 h.
"Política","Antonio Gutiérrez Limones"
  • Ana Isabel Jiménez recoge el bastón de mando de manos de Miriam Burgos, la primera teniente de alcalde, que fue la que presidió el pleno de ayer. / Pepo Herrera
    Ana Isabel Jiménez recoge el bastón de mando de manos de Miriam Burgos, la primera teniente de alcalde, que fue la que presidió el pleno de ayer. / Pepo Herrera

La frase «un tiempo nuevo para Alcalá de Guadaíra» fue el mantra que repitió ayer en varias ocasiones en el pleno de investidura la nueva alcaldesa de Alcalá de Guadaíra, la socialista Ana Isabel Jiménez, que sustituye al que fuera regidor de la localidad en los últimos 21 años, su compañero de partido Antonio Gutiérrez Limones. Este ha dimitido alegando incompatibilidad con el cargo de alcalde y de diputado –irá en el número tres por Sevilla en las listas socialistas al Congreso– y, además, está salpicado por un presunto desvío de fondos públicos de la empresa Alcalá Comunicación Municipal (ACM).

Jiménez prometió el cargo rodeada de los suyos, como la secretaria general del PSOE de Sevilla, Verónica Pérez; el presidente de la Diputación, Fernando Rodríguez Villalobos; y el consejero de Economía, Antonio Ramírez de Arellano, entre otros, y tras haber conseguido el respaldo unánime de sus compañeros de formación en Alcalá de Guadaíra, una agrupación que siempre ha estado muy dividida. De hecho, la sucesora natural de Gutiérrez Limones era la edil que presidió ayer el plenario y la que cedió el bastón de mando a la flamante regidora, la primera teniente de alcalde, Miriam Burgos, una mujer muy próxima al exalcalde. Jiménez, sin embargo, está vinculada a la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, quien en su cuenta de Twitter la felicitó por su nuevo cargo y auguró que es «un nuevo impulso para que la ciudad siga avanzando».

La alcaldesa en su discurso de investidura tendió la mano a la oposición y adelantó que a partir de este mismo lunes iniciará una ronda de contactos con los grupos políticos y con los agentes económicos y sociales de la ciudad para lograr «un gran acuerdo» sobre los principales objetivos estratégicos.

La oposición en el Ayuntamiento alcalareño lleva tiempo reprochando la falta de transparencia y el nulo diálogo por parte del equipo de gobierno, por ello Jiménez hizo mucho énfasis en poner toda su «capacidad de diálogo en buscar los puntos en común» y en encontrar, «el consenso», para contribuir «al progreso de Alcalá» y para hacer frente entre todos a los principales problemas de los vecinos: «El desempleo y la precariedad laboral». De hecho, señaló que «de nada sirve que haya nuevas inversiones y proyectos empresariales, si no generan empleos de calidad ni benefician socialmente al conjunto de la ciudad».

Entre los pilares básicos que serán la hoja de ruta de su gobierno está la cohesión social. Para ello anunció un plan para mejorar los servicios sociales y apostó por la igualdad: «Incorporaré el enfoque de género en todas las políticas públicas municipales», a lo que añadió que apostará por la educación y que creará un parlamento joven.

Otro punto esencial es la apuesta por el desarrollo sostenible. El turismo y la cultura serán los nuevos ejes para este crecimiento.

Asimismo, prometió que su gobierno será transparente, se contará con la participación ciudadana, por ser un derecho de los vecinos, y garantizó una gestión de calidad. Todas estas líneas de trabajo, según repitió en varias ocasiones, las llevará mediante el acuerdo y el diálogo permanente, por lo que aseguró que «no os voy a decepcionar».

El discurso de Jiménez supone un punto y aparte en la gestión que han hecho los socialistas en el gobierno de Alcalá de Guadaíra, de hecho, ahora tendrá que repartir las áreas de gobierno a sus concejales y elegir al nuevo portavoz. Previamente se reunirá con cada uno de sus ediles y luego hará una puesta en común para realizar esta reorganización.

La oposición cogió el guante lanzado por la alcaldesa y prometió darle un margen de confianza, aunque en sus discursos fueron muy duros con el gobierno socialista y de forma muy especial con Antonio Gutiérrez Limones, sobre el que no dudaron en reprochar la falta de diálogo, la opacidad y los presuntos casos de corrupción que le rodean.

Los grupos de la oposición votaron a su propia candidata –todas son mujeres– a excepción del PA, IU y dos ediles de Alcalá Puede, que apoyaron a la andalucista Lola Aquino, tal y como habían anunciado. Entre ellos también se lanzaron pullitas por este intento de acuerdo para echar al PSOE de la Alcaldía y que no lograron cerrar.