El párroco de la iglesia de San Eutropio, enclavada en Paradas, ha denegado a un vecino del municipio ejercer como padrino en el bautizo de su sobrina, al tratarse de un joven que mantiene «abiertamente» una relación homosexual, según ha denunciado el joven en cuestión y ha confirmado a Europa Press el párroco.
El vecino en cuestión es Alejandro Rodríguez Portillo, quien a través de una entrada en su perfil de la conocida red social Facebook ha denunciado la «ofensa» recibida por parte de la parroquia de San Eutropio, al solicitar ser padrino en el bautizo de su «nueva sobrina». El párroco, según sus palabras, le denegó tal papel en el bautizo de la niña por su «orientación sexual». «Los homosexuales que viven en pareja y públicamente manifiestan su amor no tienen el derecho de apadrinar a un ser querido bajo el sacramento del bautismo», expone Alejandro Rodríguez Portillo parafraseando al sacerdote.
Quisiera hacer pública lo ofensa que... - Alejandro Rodriguez Portillo | Facebook
«Una persona que es creyente, cristiana, practicante y que vive en torno a la comunidad cristiana como yo lo he hecho hasta ahora no puede ser el padrino de un niño sea cual sea su condición sexual? ¿Acaso yo no puedo darle el cariño y las necesidades por ser algo extraño, según él y la palabra de Dios?», pregunta retóricamente el joven, según el cual «Dios seguro que no está de parte de este tipo de personas a los que con su condición sexual, se esconden tras una sotana y presumen de predicar lo que ellos mismos han inventado». «Preocúpense de los problemas de peso y dejen vivir en paz a la Humanidad», reclama a las autoridades eclesiásticas.
Francisco Javier, el párroco de esta iglesia en cuestión, ha manifestado a Europa Press que la denuncia de Alejandro Rodríguez Portillo es cierta «en parte», porque no tiene nada contra «su persona», pero «la Iglesia nos dice claramente que las relaciones homosexuales son un pecado grave» y «no permite las relaciones entre personas del mismo sexo». «Yo sólo digo lo que la Iglesia enseña», se encoge de hombros avisando de que ser padrino va más allá de «transmitir la fe», sino que implica la asunción de «la moral de la Iglesia y un modo concreto de vivir».
«Le dije que no podía ser padrino. El podría serlo siempre que viviese en unas determinadas condiciones, de forma coherente a la fe y las costumbres de la Iglesia», alega el párroco explicando que Alejandro Rodríguez Portillo es creyente pero «vive abiertamente con otro chico» con el que mantiene «abiertamente una relación homosexual». «Yo estoy dispuesto a seguir hablando con él y ponerle en contacto con el Arzobispado o el vicario», alega el párroco, quien asegura que le gustaría encontrar una solución al asunto.