Un pueblo de diseño con forma de abanico

El urbanismo de la pedanía de Esquivel es reconocido por la Fundación DOCOMOMO en la Semana de la Arquitectura

05 oct 2017 / 21:22 h - Actualizado: 05 oct 2017 / 21:27 h.
"Urbanismo"
  • El templete, imagen icónica de Esquivel, fue el lugar elegido para el acto. / F. J. D.
    El templete, imagen icónica de Esquivel, fue el lugar elegido para el acto. / F. J. D.
  • El blanco ayuntamiento de la pedanía alcalareña. / F.J.D.
    El blanco ayuntamiento de la pedanía alcalareña. / F.J.D.

La pedanía alcalareña de Esquivel es un poblado de colonización de nueva planta, erigido entre los años 1952 y 1963. Obra del afamado arquitecto y urbanista Alejandro de la Sota, mantiene la arquitectura rural de pueblo tradicional con un diseño original y moderno. La Fundación DOCOMOMO Ibérico –Documentación y conservación de la arquitectura y el urbanismo del movimiento moderno– junto con el Colegio Oficial de Arquitectos de Sevilla atestiguaron en la tarde de este jueves la singularidad e importancia de su urbanismo con la colocación de una placa, que supone tanto un reconocimiento como una llamada de atención para su conservación. Una actividad que se incluye dentro del programa que se viene realizando en estos días con motivo de la XVI Semana de la Arquitectura.

El pueblo se concibió como un gran espacio escénico. Un continuo de casas blancas que ofrece una fachada uniforme, cual rotundo decorado para el visitante que accede o pasa por la carretera A-8006, –que aunque se mantiene tal como fue concebido, un parque de pinos posterior a la construcción del pueblo hace de pantalla y evita la visión de ese efecto grandilocuente de la concepción urbanística–. Desde ahí, una planta en abanico donde, como figuradas varillas, las calles abren sus brazos en vías concéntricas y radiales. Jalonadas de pequeñas plazas, hasta seis tipos de viviendas de una y dos plantas se reparten por ellas.

En toda su concepción el ser humano es la referencia para la medida de los espacios, tanto de convivencia pública como para la vida privada. Los muros encalados, los motivos constructivos y decorativos propios de la arquitectura rural andaluza dan imagen de pueblo tradicional actualizado. Un lugar que, con la acción de sus moradores, hace que «hoy Esquivel sea atractivo y se esté bien en él», según notas del arquitecto De la Sota.

En ese gran espacio escénico que da la bienvenida al pueblo, los poderes fácticos –ayuntamiento a la izquierda e iglesia a la derecha– configuran un inmenso ágora público para el desarrollo de la vida y las relaciones en el pueblo. Y en el centro, a modo de arco de triunfo, un original templete, que aún conserva la veleta con los símbolos del Instituto Nacional de Colonización. Este monumento ya fue donde quedó perpetuado el homenaje a los hombres y mujeres que construyeron y poblaron Esquivel, mediante una cerámica conmemorativa del cincuentenario del pueblo. Y este mismo ha sido el enclave elegido por la Fundación DOCOMOMO Ibérico para dejar constancia del reconocimiento a este urbanismo singular y extraordinario.

Las placas informativas de DOCOMOMO suponen una llamada de atención para la conservación del patrimonio del siglo XX, así como una puesta en valor de elementos y edificios patrimoniales y urbanísticos poco considerados. El Colegio de arquitectos además dedica su colocación para incentivar el acercamiento de la arquitectura a la sociedad.

En el caso de Esquivel, esa atención y acercamiento son necesarios. Su trazado se mantiene a pesar de las sucesivas ampliaciones urbanísticas. Sus edificios principales siguen en pie, al igual que muchas de sus casas, repartidas a lo largo del núcleo. Sin embargo, en muchos casos este valioso patrimonio ha sido destruido, para edificar nuevas viviendas que rompen la estética y la continuidad de un pueblo estudiado y planificado desde la nada. Un hecho ante el que se impone la necesidad de protección.

Al acto asistieron el alcalde de Alcalá del Río, Antonio Campos, el alcalde pedáneo de Esquivel, Antonio Florencio, y en representación del Colegio Oficial de Arquitectos de Sevilla, Francisco García Romero –tesorero– y José María Prieto –director técnico–. Para Campos, este reconocimiento «pone más en valor el diseño del pueblo. Un pueblo grande por su urbanismo y por su gente». García Romero hizo hincapié en que «es buen momento para establecer un plan de protección, que recupere algo de lo que con los años se ha perdido. Así como para que los pobladores tomen conciencia de lo que tienen». Con ello, señaló que «la salvaguarda del patrimonio es un elemento de progreso, no de retroceso, así como de generación de actividad para la conservación patrimonial». Al respecto, el edil pedáneo reconoció que «nunca es tarde, pero vamos tarde», en relación con el establecimiento de esas necesarias medidas de conservación.

DOCOMOMO es una organización internacional destinada a estudiar, divulgar y proteger el patrimonio arquitectónico moderno. La colocación de placas informativas es una de las iniciativas que lleva a cabo para fijar la atención sobre elementos destacados. Además de Esquivel, en esta edición han sido también reconocidos con esta placa el Instituto Anatómico Forense, incluido en el campus universitario de la Facultad de Medicina y la Escuela técnica superior de ingeniería informática (antes Escuela de ingenieros industriales), sita en la avenida de Reina Mercedes. En colaboración con los colegios de arquitectos han sido concedidas 21 placas en el territorio nacional.