Resbaló y uno de los ganchos, destinados al cuelgue de pavos, le atravesó el ojo. Un trabajador de Procavi, contratado a través de Randstad, perdía un ojo durante un accidente laboral ocurrido la madrugada del este viernes en el área de matanza de esta empresa dedicada a la producción integral del pavo en Marchena. Aunque rápidamente fue trasladado al Hospital Virgen Del Rocío, la gravedad de las heridas hicieron que Manuel perdiera el órgano afectado sin ninguna posibilidad de que vuelva a recuperar la visión del mismo.
Un gancho destinado al cuelgue se pavos se le atravesó en el ojo cuando «resbalé por el lado de las perchas», confirma este arahalense, quien ya ha recibido el alta hospitalaria tras la operación. Provisionalmente le han puesto una prótesis «para que no se me cierre un ojo» que le cambiarán dentro de un mes para llevar desde entonces la definitiva. Se encuentra bien pero reconoce que aún está «muy bajo de ánimos». De hecho, Manuel sigue viviendo el accidente de hace dos días como «un sueño». A pesar de la gravedad, reconoce que el cirujano le dijo que «era lo menos grave que me podía haber pasado».
Llevaba solo seis días en Procavi. Sin embargo, tenía sobrada experiencia para trabajar en cadena ya que «he estado 13 años en Roca». No obstante, se lamenta «del estrés y los ritmos de trabajo». Algo que defiende el Sindicato Andaluz de trabajadores, quien ha manifestado que «llevamos meses diciendo que la precariedad y los ritmos de trabajo nos cuesta la salud a los trabajadores y aquí tenemos la verdad». Desde el SAT acusan a la empresa –que ha declinado hacer declaraciones «hasta el lunes»– de querer «silenciar el caso y corriendo ha arreglado la zona donde ha ocurrido la desgracia que era de prever que ocurriera, dadas las condiciones de trabajo».
Anuncian que «hoy más que nunca decimos que las razones para la huelga se han multiplicado». Todavía no han informado sobre la fecha pero, entro los motivos para ella se encuentran que «en la fábrica se incumplen los convenios en materia de seguridad, de ritmos, descansos y salarios. Ésta es la realidad año tras año. Antes aquí se trabajaba con seguridad y por salarios más o menos decentes». Sin embargo, según ellos, «la subcontratación y la precariedad creciente han derrumbado los sueldos hasta llegar a vernos obligados a hacer horas extras y fines de semanas para llegar a alcanzar apenas los 1.100 euros con las pagas incluidas».
El sindicato explica que «no puede ser que la mayoría de la gente que trabajamos aquí sea eventual sin una mínima estabilidad, sufriendo un nerviosismo adicional por el futuro inmediato».
En los próximos días se concretarán paros, organizados por CCOO y SAT a través de distintas asambleas, y apoyados por las secciones de UGT, ya que «no vamos a dejar que el compañero y su familia sientan que su pérdida va a quedar impune y que se pueda repetir en cualquier momento».