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Vecinos y visitantes del municipios tendrán la oportunidad de acercarse al pasado desde el presente. / El Correo -
Caballeros –de los de espada, casco y cota de malla– llenaban las calles loreñas en la mañana de ayer, bajo pendones y banderolas en las fachadas. Bien pudiera parecer que se había viajado en el tiempo hasta la Edad Media. Pero es pleno siglo XXI y la localidad rememora su historia a través del ciclo Lora del Río y la Orden de Malta, siglos de vida en común, que desde estos días hasta el próximo mes de febrero repasará y traerá a la actualidad su pasado y sus orígenes, inseparables de la influencia de la orden militar y hospitalaria, que determinó la vida de la localidad hasta bien entrado el siglo XIX.
El pasado día 10, con la inauguración de la exposición en la sala El Bailío –sobre los seis siglos en común entre Lora y la Orden–, y el inicio de la ruta gastronómica, comenzó este viaje al pasado. Un viaje de conocimiento –a través de exposiciones, conferencias– y reconocimiento –un encuentro con la propia cultura a través de la música y la gastronomía– para conocerse desde los orígenes de la localidad. Cuatro meses en los que las actividades se irán sucediendo para acercarse hasta una historia en común que, si bien finalizó al desaparecer el señorío de Lora en el siglo XIX, aún pervive en sus monumentos, su heráldica y en tradiciones y costumbres.
En este primer fin de semana, los más pequeños han sido los beneficiarios de las actividades, a través de talleres de panadería medieval, creación de armas y banderas, construcción de castillos y juegos de la época. Uno de los principales atractivos fue la recreación histórica de la conquista de Lora del Río por Fernando III. Si bien, como explicó un caballero antes del inicio de la escenificación, la localidad pactó su rendición, por lo que no hubo batalla ni derramamiento de sangre. Pero los grupos Código Mercenario y Milicias Sur recrearon, en la Plaza de España, una escaramuza entre una avanzadilla cristiana y un grupo de resistencia musulmán, seguido por público de todas las edades. Un concierto de música medieval y una exposición de cetrería completarán este fin de semana de actividades, cerrando este primer mes una conferencia sobre la Orden de Malta en el valle del Guadalquivir el próximo día 18.
El buen yantar del que tanta constancia hay en la literatura y el imaginario sobre los siglos pretéritos merecen un capítulo aparte en todo este ciclo. Tres rutas gastronómicas se irán sucediendo para, a la vez que revitalizar el sector de la restauración en la localidad, dar a conocer platos que hoy en día ya no se elaboran y en sus épocas eran habituales. La primera de ellas tiene lugar en estos días, y bajo el nombre Aromas Medievales, recrea la cocina de los siglos XIII y XIV. En enero se celebrará la segunda, Peroles del Siglo de Oro, con platos del XVI y XVII. Y pondrá fin la ruta El esplendor de Lora, con platos del siglo XVII, ya en febrero.
En la primera, en desarrollo durante este fin de semana, 12 bares y restaurantes, una confitería, una cafetería y hasta una churrería ofrecen propuestas, realizadas con fundamento histórico y con productos conocidos en la época y según la forma de elaboración de entonces. Tapas y platos, con nombres tan bien sonantes como Confitura del Bailío, Jabalí de la Encomienda o Pestiños de la Alcaicería completan una carta a lo largo del pueblo, con mucho mejor paladar que sonoridad. Y ello con ayuda de doncellas con vestimentas propias de la época que visitan los establecimientos incluidos en la ruta para animar a su degustación.
Entre las distintas propuestas de este ciclo sobresale la que tendrá lugar el 28 de enero, el Capítulo de la Candelaria. La iglesia de la Asunción acogerá el encuentro de caballeros y el ritual de imposición de hábitos a los novicios de la Orden en una solemne misa. Un ritual solemne organizado por la Orden de Malta, quien junto al Ayuntamiento Loreño y la Agrupación Cultural Amigos de Lora (ACAL) han dado forma al programa de actos y celebraciones.
El antiguo poblado de Setefilla, junto al santuario de la Virgen, fue el lugar de asentamiento de los caballeros de la Soberana Orden Militar y Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, de Rodas y de Malta, allá por el siglo XIII. Los restos del castillo dan idea de la importancia del asentamiento, creado por la orden tras recibir estas tierras en pago al apoyo en la toma del valle del Guadalquivir y la conquista del territorio andalusí. Desde aquí, extendieron su influjo por gran parte de la Vega (Alcolea del Río, Brenes, La Rinconada, Lora del Río, Peñaflor y Tocina), llegando incluso hasta como Carmona, La Campana, Las Cabezas de San Juan y un barrio propio en independiente en Sevilla.
Su importancia y su impronta quedó marcada tanto en los símbolos de dichas localidades (la Cruz de Malta en los escudos municipales), en los monumentos y en la cultura.
Lora del Río conserva gran parte de aquellas edificaciones históricas (Casa de la Virgen, Bailío, diversos puentes históricos...), además del Centro de interpretación de la Ruta, ubicado en las caballerizas del palacio del Bailío. Desde ahora y hasta febrero, Lora del Río hará un viaje por estos seis siglos de unión a través de este ciclo, para comprender su pasado y seguir apostando por un futuro en común.