Una calle para una santa en vida

El Ayuntamiento de Cantillana dedica por petición popular una calle a Asunción Camacho López 'la Monja', vecina de la localidad que ha dedicado su vida al servicio de los más necesitados

15 feb 2019 / 08:59 h - Actualizado: 15 feb 2019 / 09:02 h.
  • Una calle para una santa en vida

No hay en Cantillana quien no conozca a Asunción 'la Monja' y su labor callada y continua de entrega a los demás. Ejemplo de generosidad y dedicación como vivencia de la fe, sin más recompensa que el bienestar de sus paisanos. Por hacer de Cantillana "un lugar mejor", el Pleno del Ayuntamiento ha aprobado por unanimidad una petición popular para cambiar el nombre de la céntrica calle Buenavista por el suyo, y recordar su incansable labor en la calle donde nació, donde vive y desde donde se ha dedicado siempre a ayudar.

Asunción Camacho López nació en 1942. Con 19 años descubr su vocación y se trasladó a Madrid, donde ingresó en la Orden de las Religiosas Teatinas. Compaginó sus votos con el trabajo como maestra en un centro de la orden. Se llenó así del espíritu de sacrificio y servicio, con la exaltación del amor como única regla, lejos de los intereses egoístas.

Prefirió consagrarse al servicio a los demás en su pueblo

En los años 90 volvió a Cantillana para cuidar a su madre. Durante su estancia en el pueblo continuó promoviendo obras asistenciales y de caridad. Desde ayuda económica a material, pasando por visitas a enfermos, cuidado de ancianos y apoyo en las circunstancias desfavorables. Fallecida su madre, prefirió permanecer consagrada al servicio a los demás. "Vio que era más necesaria aquí", comentan, y dedicada a los cantillaneros continuó hasta que sus condiciones físicas se lo han permitido.

"No usaba hábito, pero desprendía un halo de santidad", explican sus vecinos. " Siempre tenía buenas palabras para todo el mundo. Pero no palabras huecas, sino amables y resaltando lo mejor de cada persona". Presta y abnegada "se la veía todo el día andando por el pueblo, de un sitio a otro, en una labor incansable. No tenía vida, pues su vida era entregarse a los demás".

Se dedicó a los demás sin distinciones

Asunción tejió una red de contactos, de donantes y de colaboradores para sustentar su buen oficio. Fue así como supo en todo momento donde acudir o a qué puertas llamar. Desde ella emanó una corriente de solidaridad, calando su ejemplo. Empresas, entidades y particulares que, sintiéndose una gran familia, ofrecían ayuda a quien lo necesitase.

A ella también acudían los vecinos cuando tenían algo para ofrecer. Ropa, alimentos o enseres, la Monja iba recogiendo todo aquello que sabía que, tarde o temprano, podría hacer falta. Llegó incluso a desprenderse de sus mismas pertenencias para ayudar. Porque siempre antepuso al prójimo a sí misma.

Sin distinciones, Asunción 'la Monja' trabajaba por cualquier persona que pasase necesidad. "Yo soy de la Virgen", comentan que decía siempre, como muestra de que su vocación estaba por encima de cualquier interés, devoción o partido.

La dedicación de Asunción Camacho, vivida por sus contemporáneos, ha sido un ejemplo a seguir e imitar. Por ello los propios vecinos, encabezados por un grupo de señoras del pueblo, han elevado la propuesta de cambio de denominación de su calle como forma de reconocer su dedicación a la localidad y su gente. Como agradecimiento a "una santa en vida" a la que han visto darse por entero a los más necesitados.

La nueva rotulación será inaugurada el Día de Andalucía

Será el 28 de febrero cuando se haga efectivo el homenaje. Día representativo en la localidad, pues Cantillana se relaciona con el ideario andalucista y los símbolos andaluces - aquí fue donde Blas Infante se inspiró para componer el himno de Andalucía -. Este día tan simbólico, la alcaldesa de Cantillana, Ángeles García, acompañada por la corporación municipal, inaugurará la nueva rotulación de la calle Buenavista. Casualmente, en ella se ubica el centro cívico que lleva el nombre del padre de la patria andaluza.

Posiblemente Asunción no acudirá. La enfermedad ya nubla su razón y tal vez no llegue a ser consciente del reconocimiento que su pueblo le va a profesar. Pero aún así, su carácter humilde la llevaría a alejarse de cualquier acto público. Jamás quiso ser protagonista de nada. No tuvo nunca más interés que ayudar a los demás como reflejo perfecto de su ministerio. Por eso huyó siempre de toda mención que la resaltase por encima del anonimato de su labor callada.

Humilde y alejada de protagonismos, rehusó la mención de Cantillanera del Año

Tanto fue así que en 2004, y también por unanimidad del Pleno, fue distinguida con la mención de Cantillanera del Año, como reconocimiento a su labor. Sin embargo, Asunción "considerando que la suya es una labor sencilla, que no merece mayor atención" rehusó acudir a recoger el nombramiento. Una verdadera negación de su persona para dar prioridad siempre a los demás.

Pero aunque la edad haya hecho mella, su incansable labor ha dado frutos en su pueblo. En el ejemplo de darse al que lo necesita. En el agradecimiento y en el cariño de sus paisanos, evidente en cómo hablan de ella y en el recuerdo mantenido de su trabajo callado. Materializado además en casi medio millar de firmas que en apenas cuatro días se reunieron para avalar el cambio de denominación de su calle.

Con la ratificación del Pleno, Buenavista pasará a llamarse calle Asunción Camacho López 'la Monja'. Quedará así constatado el agradecimiento de Cantillana. Pero sobre todo quedará plasmado su inconmensurable trabajo. Y con su nombre en los rótulos de la que siempre ha sido su calle seguirá dando testimonio de la mejor vivencia de la fe a través de la entrega a los demás, dejando así plantada para las generaciones venideras su semilla de generosidad.