«El día que a mí me haga falta entrar en una residencia, me tendré que ir a Cantillana, a Marchena o a Sevilla capital. Me obligarán al exilio», lamenta Juan Teyssiere, vecino de Cazalla de la Sierra y uno de los impulsores de un colectivo que pretende formalizarse a partir de esta misma tarde: la Plataforma Pro Residencia de Mayores. Su objetivo no es otro que pedir una solución a un edificio que dijo adiós a sus últimos usuarios en noviembre de 2015, casi siete años después de que un informe técnico encargado por la Diputación de Sevilla –gestora de la residencia– confirmara las «deficiencias no subsanables del edificio y que imposibilitaban e imposibilitan su adaptación para este tipo de servicios».
En concreto, los problemas que tenía eran de seguridad –evacuación o bocas de incendio– y estructurales –dimensiones de pasillos y escaleras–, lo que no permitía ajustarse a la normativa autonómica vigente y, por tanto, la Junta no podía autorizar la actividad. Pese a los intentos de arreglar la infraestructura en forma de inversiones que se produjeron en 2014, la administración autonómica dictó el desalojo progresivo de todos los residentes. Esta es la justificación que la institución provincial ofrece a la reivindicación, tanto de los propios vecinos, que presentaron recientemente casi 2.000 firmas solicitando información y pidiendo el mantenimiento del servicio, como al PP de Sevilla, cuya presidenta, Virginia Pérez, apoya a la futura plataforma y exige a la Diputación que «trace una estrategia con el objetivo de reabrir la residencia, así como la puesta en marcha de un mecanismo para que su funcionamiento sea viable y sostenible».
En este sentido, el nuevo uso que se plantea para la antigua residencia –ahora mismo funciona como comedor, y presta ayuda a domicilio y de lavandería a 30 personas de la comarca con dificultades económicas– es la reconversión en centro multifuncional de tipo comarcal, un proyecto aprobado por los órganos ejecutivos de la Diputación y que conlleva dos acciones que ya están en marcha: la remodelación del edificio para que pueda adaptarse al uso por parte de colectivos pequeños y con plenas capacidades de movilidad y, por otra, la firma de un convenio de colaboración, previsto para el próximo otoño, con el Ayuntamiento de Cazalla para que en el centro se puedan desarrollar actividades de interés vecinal.
RECUPERACIÓN «POSIBLE»
Esta respuesta, sin embargo, no satisfizo las expectativas de los vecinos que, según Teyssiere, creen firmemente que la residencia San Francisco de Sales «se puede recuperar con verdadera voluntad». «La idea del centro multifuncional no es mala, pero podría ser complementaria si se hiciera otro edificio en el terreno que existe junto al actual. Así se daría un servicio integral a los mayores de toda la comarca», sugiere uno de los portavoces de la futura plataforma.
Así, todo apunta a que tendrá recorrido la movilización de unos vecinos que temen quedar «desarraigados» de sus lugares de origen en el tramo final de sus vidas.