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Unos ‘Sanfermines’ de agua y diversión

Atuendos blancos, pañuelos rojos y carretones llenaron de diversión el encierro organizado por el Ayuntamiento de Guillena y el club taurino juvenil de la localidad sevillana

07 jul 2018 / 22:22 h - Actualizado: 07 jul 2018 / 22:54 h.
"La provincia en fiestas","El Correo de la Provincia"
  • Pequeños y mayores participaron en los ‘Sanfermines’ de Guillena, un encierro que revive la antigua tradición de la suelta de vaquillas, recuperada en 1979. / Fotografías: F.J.D.
    Pequeños y mayores participaron en los ‘Sanfermines’ de Guillena, un encierro que revive la antigua tradición de la suelta de vaquillas, recuperada en 1979. / Fotografías: F.J.D.
  • Los carretones incluyeron chorros de agua para refrescar a los corredores y espectadores.
    Los carretones incluyeron chorros de agua para refrescar a los corredores y espectadores.

Caía la tarde y la expectación se palpaba en el centro de Guillena. Cual gladiadores, los más pequeños de la localidad iban a batirse contra fieros astados, midiendo sus fuerzas frente a frente en una carrera sin más armas que la velocidad. Vestidos de blanco y con pañuelos rojos al cuello, una multitud se reunió en la plaza de España para participar de unos Sanfermines a la guillenera.

Pero en los toros de este encierro era donde estaba la peculiaridad. No se soltaron morlacos de cientos de kilos criados en las mejores ganaderías, sino que fueron carretones –los artilugios con astas y ruedas que se usan para entrenar en las escuelas taurinas– los que recorrieron a la carrera la calle Real. Unos toros simulados guiados por los miembros del Club Taurino de Guillena, que, además, han sabido mejorar el invento para que dispare a diestro y siniestro chorros de agua. Desaparecido así el riesgo de jugarse la vida ante los astados, cientos de niños se prestaron a correr en estos Sanfermines tan refrescantes.

Como marcan los cánones, los mozos y las mozas dispuestas a correr los toros en el encierro se congregaron para encomendarse a la Virgen de la Granada, que por eso de su patronazgo en el pueblo ejerce mejor labor de protección aquí que San Fermín. El chupinazo, lanzado desde uno de los balcones del Ayuntamiento, abrió la fiesta. Y a la inversa, desde la Plaza hasta la calle Real, los toros fueron soltados y puestos a correr.

Pero en Guillena no se imitaba nada. Este encierro ha revivido la tradición de los que la localidad siempre ha celebrado para trasladar a los toros desde el campo hasta la plaza. Recuperados en 1979, la suelta de vaquillas atraía a numerosos visitantes para correr delante de ellas. Una tradición que tras más de treinta años y por decisión popular dejó de celebrarse, pero que en esta ocasión, y gracias a unos astados menos fieros y más divertidos, ha vuelto a las calles de Guillena.

Es esta una localidad de tradición taurina. En su longeva plaza de toros y en sus fiestas patronales y populares de septiembre, tan vinculadas a la fiesta nacional. Ayer corrían los que no han conocido los verdaderos encierros, pero que mantienen el amor y la cercanía a la tauromaquia gracias a los jóvenes integrantes de la asociación, empeñados en difundir y mantener la fiesta.

La charanga Los Alterados, mediante la interpretación de pasodobles, canciones del verano y ritmos pachangueros, animó al respetable, que ni siquiera en las aceras estaba libre de llevarse algún que otro remojón. A la caída de la noche, con el fin del encierro, no hubo que lamentar heridos, aunque sí muchas camisetas mojadas y muchas risas entre las carreras, nerviosas y apresuradas, arriba y abajo de la calle Real.

Estos Sanfermines se incluyen dentro de Fly Guillena, una variada agenda de ocio y cultura para los meses de julio y agosto en la localidad y sus pedanías. Propuestas para todas las edades que, bajo el lema Atrévete a volar, recoge fiestas del agua, festivales de música, viajes y excursiones, competiciones deportivas, veladas festivas e incluso talleres de formación. Un programa completo para buscar alternativas al calor y que se extenderá hasta el 18 de agosto.