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Los trabajos se han realizando en una fosa común situada en el cementerio municipal de Utrera. / V. C.
Utrera ha dado un paso importante en el proceso de recuperación de su memoria histórica democrática tras hacerse público este lunes el informe de los trabajos de búsqueda, localización y delimitación de la fosa común con restos de represaliados a consecuencia del Golpe de Estado de 1936 que se han desarrollado en el cementerio municipal. Dicho informe da cuenta de la aparición de seis cuerpos en una primera fase de localización, cinco hombres y una mujer que corresponden, dados los datos de estratificación del suelo –que los sitúan en los años 30 del siglo pasado–, ausencia de ataúdes y posición de los cuerpos superpuestos, a personas represaliadas en la Guerra Civil y la posguerra.
El trabajo arqueológico, que ha levantado gran expectación, se ha realizado a solicitud de los familiares de los represaliados vivos por la Dirección General de Memoria Democrática de la Junta, que ha sufragado los más de 7.000 euros del coste del proyecto, con la colaboración del Ayuntamiento de Utrera. La iniciativa se ha llevado a cabo por un equipo multidisciplinar capitaneado por la arqueóloga y documentalista, Inmaculada Carrasco Gómez, del que han formado parte la arqueóloga Carmen Romero, la arqueóloga y antropóloga forense inmaculada López y la arqueóloga, topógrafa y delineante María del Carmen Barragán.
El informe destaca que «los restos conservados son mínimos y que en ellos no se han encontrado proyectiles, porque las partes del cuerpo conservadas son extremidades inferiores aunque, en uno de los cuerpos que conserva parte de cuerpo y cráneo hay una pigmentación verdosa que debe corresponder a un impacto de proyectil».
Carrasco explicó que puede haber más cuerpos en la zona y ahora se llevará a cabo un estudio más concienzudo para determinar la identidad de los hallados mediante análisis de ADN y entrevistas personales a los posibles familiares de las personas enterradas. Durante el proceso de intervención arqueológica se han realizado estudios y trabajos previos, trabajos de campo, delimitación en planta de las fosas con el fin de establecer los perímetros y garantizar su protección y conservación. Ahora, queda la parte de la posible identificación de los restos.
Dicho estudio ha tenido como base los antecedentes históricos de la época investigada, principalmente los sucedidos entre el 18 de julio y el 11 de septiembre de 1936 con las sucesivas operaciones militares llevadas a cabo por las tropas rebeldes al mando del general Queipo de Llano. En Utrera, al conocerse las primeras noticias del golpe militar del 18 de julio se formó un grupo de resistencia para la defensa de la ciudad formado por el Frente Popular y el sindicato obrero CNT. Desde ese momento y hasta la entrada de los sublevados hay documentados el asesinato de 14 personas de derechas. Este grupo consiguió resistir hasta el 25 de julio de 1936, día en el que las fuerzas golpistas tomaron Utrera.
A partir de ese momento, comenzaron los asesinatos producto de la ola de represión que terminó con la vida de más de 400 utreranos, en concreto hay documentados 416, cuyos restos de debieron repartir, principalmente, en el cementerio municipal de Utrera y también en menor medida en otros cercanos como Sevilla y El Coronil.
Ahora, este trabajo arqueológico ha sacado a luz, algunos de los restos de estos represaliados que van a tratar de identificarse. El proyecto final contempla la creación dentro del cementerio de un espacio de recuerdo a la Memoria Democrática en la zona del cementerio donde han aparecido los restos.
Los colectivos de familiares de víctimas de represaliados de Utrera mostraron su satisfacción por el hallazgo, algo que, según aseguran, les produce «alegría y emociones encontradas» al mantenerse la incertidumbre sobre la identificación de los restos.
En el acto de presentación del informe de los trabajos arqueológicos estuvieron presentes el director general de Memoria Democrática de Junta, Javier Giráldez, y el alcalde de Utrera, José Mª Villalobos (PSOE), además de una representación de los familiares de la víctimas de la represión agrupados en las asociaciones de la Memoria Histórica de Utrera.