Utrera le dedica un gran monumento a su Virgen de Consolación

El Ayuntamiento ha iniciado las reuniones con la Iglesia, la hermandad de la Virgen de Consolación y el Consejo de Hermandades utrerano

05 jul 2018 / 21:49 h - Actualizado: 05 jul 2018 / 23:27 h.
"Tradiciones"
  • Peregrinos ante la Virgen de Consolación. / V. C.
    Peregrinos ante la Virgen de Consolación. / V. C.

La ciudad de Utrera contará con un gran monumento que rendirá honores a su patrona y alcaldesa perpetua, Nuestra Señora de Consolación. Así lo anunció ayer el Ayuntamiento de la ciudad, presidido por el socialista José María Villalobos, quien informó del inicio de las reuniones con todas las partes implicadas: el propio Consistorio, la Iglesia, la hermandad de la Virgen de Consolación y el Consejo de Hermandades utrerano.

En la primera reunión se informó de la intención del Consistorio de acometer este proyecto y se pidió que en próximas citas se presenten ideas y propuestas en torno a esta iniciativa para un monumento dedicado a la Virgen de Consolación con el fin de que sea venerado por los utreranos y por los muchos visitantes y peregrinos que cada año se acercan a la Ciudad del Mostachón.

Durante este encuentro se trataron numerosas cuestiones relacionadas con este proyecto como son los posibles diseños y emplazamientos. En próximas reuniones, las partes implicadas presentarán sus propuestas o ideas sobre este tema para comenzar a ir concretado las decisiones más importantes que se han de adoptar para poner en marcha esta iniciativa.

La Virgen de Consolación tiene una larga tradición en Utrera desde la antigüedad en la que fue protagonista de la romería antigua más importante de España. Era una época en la que Utrera se llenaba con personas procedentes de todos los rincones cada 8 de septiembre, una devoción a la Virgen que incluso cruzó el océano y se convirtió en una de las advocaciones más conocidas del continente americano.

En el siglo XVIII, el rey de España Carlos III prohibió su romería por los desórdenes y altercados que se provocaban y la imposibilidad de controlar a un número tan importante de personas en un lugar tan reducido. A partir de ahí, comenzó otra historia para la Patrona de Utrera, una más local, aunque aún a día de hoy, en torno al 8 de septiembre, son varios millares de peregrinos los que vistan su santuario como testigos de su pasado y como muestra de que su devoción aún perdura después de tantos siglos de historia y tantas vicisitudes.