Viaje al centro de la Sierra

El puente de Todos los Santos trae a El Cerro del Hierro a espeleólogos de toda Andalucía a las jornadas de esta disciplina que, de momento, es minoritaria

01 nov 2015 / 17:49 h - Actualizado: 01 nov 2015 / 19:10 h.
"Deportes"
  • Las jornadas de espeleología atrajeron a numerosos aficionados a la Sierra Norte. / Fotos: J. Á. F.
    Las jornadas de espeleología atrajeron a numerosos aficionados a la Sierra Norte. / Fotos: J. Á. F.
  • El descenso, una de las actividades realizadas.
    El descenso, una de las actividades realizadas.
  • El pozo del viaje al centro de la tierra, una de las actividades más demandadas. / J. Á. F.
    El pozo del viaje al centro de la tierra, una de las actividades más demandadas. / J. Á. F.
  • Los amantes de esta disciplinan valoran de forma muy positiva el entorno. / J. Á. F.
    Los amantes de esta disciplinan valoran de forma muy positiva el entorno. / J. Á. F.
  • El Cerro del Hierro se convierte en un paraje idóneo para la práctica de la espeleología. / J. Á. F.
    El Cerro del Hierro se convierte en un paraje idóneo para la práctica de la espeleología. / J. Á. F.
  • Todo listo para comenzar la jornada. / J. Á. F.
    Todo listo para comenzar la jornada. / J. Á. F.

No apareció ningún manuscrito del Heimskringla, ni revelación alguna de ningún alquimista islandes. Sin embargo, este fin de semana, El Cerro del Hierro vivió su particular viaje al centro de la tierra. Y es que desde el sábado se pudo disfrutar, en esta pedanía de la Sierra Norte, de unas jornadas de espeleología familiar organizadas por la Federación Andaluza de Espeleología. Una actividad en la que se aúna deporte, aventura y naturaleza por partes iguales.

Según Carmen, responsable de la federación, la ubicación de estas jornadas obedece a un doble motivo. En primer lugar, durante este fin de semana también se celebró en la comarca, en concreto en Almadén de la Plata, el campeonato andaluz de descenso de barrancos. La cercanía del evento y la intención de promocionar esta disciplina en la provincia constituyen la segunda razón. Y es que, tras el boom de los 90, aseguran, la espeleología viene siendo una actividad minoritaria y con unas posibilidades en la zona que pocos conocen.

Las jornadas comenzaron el sábado en la mañana con la recepción de los visitantes, unos 50, quienes alrededor de las once empezaron a repartirse en grupo para llevar a cabo las actividades. Una de las más atractivas, la entrada en las cuevas. Una entrada, lamentaba Carmen, limitada a cinco personas por día, asegurando que «se pidieron todos los permisos necesarios» al tratarse de parque natural. A pesar de esta restricción, Carmen afirmó estar «contenta» con el trato recibido por parte de la dirección del propio parque. Por otra parte, Julio, experimentado espeleologo, comentó que en dichas cuevas tan solo se podía acceder el sábado ya que ayer, 1 de noviembre, comenzaba «el periodo de hibernación del murciélago», una colonia que poco a poco se va extinguiendo y que se lucha por conservar. También dejó bien clara la diferencia entre simple cueva y la denominada «sima», una cueva con profundidad y para la cual es necesario descender con cuerda, mientras que «cueva simplemente se llama a la horizontal».

Y precisamente una cuerda, es lo que buscaba Ángel, un bombero profesional llegado desde Algeciras (Cádiz) que ansiaba disponer de este material para poder «saciar» lo que considera afición y formación a la vez. Según él, en esta disciplina hay inmersos numerosos bomberos y guardias civiles, ya que ayuda a formarse en tareas de rescate. Del gremio también es Miguel Ángel, uno de los pocos TD3 de Andalucía. Los TD son los títulos que acreditan a los técnicos deportivos en actividades como esta. Miguel Ángel, residente en Sevilla, conoce bien El Cerro del Hierro, ya que muchos fines de semana sube hasta la Sierra Norte junto a otros compañeros para ejercitarse en los puntos de escalada dispuestos en la pedanía. Especialista en salvamento, fue uno de los integrantes de la expedición española que acudió a Marruecos para colaborar con el rescate de los tres montañistas atrapados en el Monte Atlas. Por eso, apuntó que en este tipo de tareas «es importante la forma física pero sobre todo la resistencia».

Él practicó una de las actividades más lúdicas de las jornadas, la tirolina, y también, otro de los grandes atractivos, el descenso denominado, al igual que la novela de Verne, Viaje al centro de la tierra. Se trata de un pozo natural de unos 50 metros de altura, que a pesar de lo aparatoso que pueda parecer, «con un curso de iniciación se está preparado para descenderlo».

A pesar de ser un deporte minoritario, hay quien ve posibilidades en él, como es el caso de Miguel, carpintero granadino con mas de 30 años de experiencia en la especialidad y que posee un negocio de deportes de aventura. Negocio que, por cierto, desatendió este fin de semana para poder estar en estas jornadas en un paisaje que considera espectacular. «Es un sitio idóneo para hacer campeonatos», señaló.

Como su propio nombre indica, las jornadas pretendían servir también de inclusión familiar y por eso fueron varias las parejas que acudieron con sus pequeños. Si bien no podían realizar parte de las actividades, sí que podían relacionarse con la espeleología e irse introduciendo en este mundillo, tal y como señalaba Jose Ángel, de Lora del Río, que acudía con su mujer y sus dos hijos. Pese a las inclemencias climatológicas que se presumían, las jornadas se desarrollaron en un magnífico ambiente, un entorno natural mágico, y llevando a cabo una actividad sana que combina a la perfeccion lo deportivo, lo lúdico y lo atractivo.