La Red Sevilla por el Clima ha elaborado un decálogo de medidas concretas para luchar de manera efectiva contra el cambio climático desde un ámbito local. Para ello, además de contar con expertos multidisciplinares en su elaboración, han mantenido reuniones con todos los responsables de las fuerzas políticas con representación en el Ayuntamiento de Sevilla. Según el coordinador de la Red, Francisco Oñate, «todos han recibido las propuestas con mucho interés y han manifestado su apoyo a las medidas», pero, como apunta Oñate, ahora tendrán que quedar reflejadas en los próximos presupuestos municipales para que no sean papel mojado como indica el documento al que ha tenido acceso Ecoperiodismo: «Iniciativas que de no plasmarse específicamente, con los recursos complementarios necesarios que hagan posible su puesta en funcionamiento, pueden quedarse en un catálogo de buenas intenciones y proclamas voluntaristas que generen desconfianza y, en última instancia, frustración entre la población destinataria».
La primera de las propuestas tiene mucho que ver con la estructura de las casas de Sevilla, dotadas en su gran mayoría de azoteas. Las azoteas, cubiertas, terrazas, balcones y fachadas ocupan una superficie importante en el conjunto urbanístico no sólo de Sevilla, sino de todas las ciudades. «El uso de plantas en estos espacios disponibles de viviendas y edificios introduce color, estética y variedad en las ciudades; mejora la calidad del aire y la salud de sus habitantes, contribuyendo a la adaptación al cambio climático; proporciona beneficios para la biodiversidad, el aislamiento térmico y la eficiencia energética de los edificios y mejora el entorno urbano reduciendo la contaminación ambiental, absorbiendo ruidos y paliando el efecto isla de calor urbana», explican.
La propuesta de la Red Sevilla por el Clima es empezar a implantar azoteas verdes en los edificios y colegios municipales y centros hospitalarios que lo demanden, además de incentivar las iniciativas privadas, comunidades de vecinos y propietarios que lo soliciten.
Precisamente lograr transformar los centros educativos en «colegios bioclimáticos» es la segunda de las propuestas de este decálogo. Un plan de «bioclimatización de colegios» que incluiría la incorporación de infraestructuras y equipamientos relativos a energías renovables, aislamientos térmicos y acústicos, eficiencia energética, reciclaje de agua y residuos, cubiertas y fachadas verdes, jardines biodiversos y huertos escolares.
«El objetivo es doble –dicen–, convertir los patios de recreo de muchos centros escolares (muchos de ellos cementados y sellados con exceso) en lugares más frescos y habitables por la comunidad educativa, y utilizar esta infraestructura verde como herramienta didáctica y aula de educación ambiental y por el clima».
La tercera de las propuestas se refiere a la ampliación de los huertos urbanos existentes actualmente en la ciudad. Algo que llega después de que el propio equipo del alcalde Juan Espadas haya presentado oficialmente la Red de Huertos Urbanos de Sevilla que permitirá pasar de los 13 actuales a más de 30, convirtiendo así a la ciudad en el referente de los huertos urbanos de toda España. Si embargo, la propuesta de la Red Sevilla por el Clima incide también en que se cree e incentive el mercado de cercanía de productos locales, que sería la salida comercial lógica de la producción de los huertos.
Tras el arboriZoido, como denominaron en redes sociales diferentes colectivos ecologistas la campaña del anterior alcalde de Sevilla de erradicación de árboles en zonas urbanas, la cuarta propuesta se refiere a la necesidad de revertir ese proceso devastador de sombras. «Los árboles y la sombra verde son nuestro mejor aliado contra el calor en las calles, y las más beneficiosas en términos de coste–beneficio», apuntan desde la Red y aclaran que «los árboles deben ser plantados en el suelo, no en macetones, para que puedan acceder al agua subterránea y desarrollar eficazmente una zona de sombra». Como en todas las propuestas, se indican las acciones que deberían llevarse a cabo para su ejecución. En este caso la Red sugiere empezar por identificar, cuantificar y seleccionar los árboles por área de copa y biomasa como sumideros de CO2, para los 5.000 árboles que faltan por plantar en viario hasta el próximo 2020. También la plantación de árboles de sombra en zonas de gran impacto de calor estival, reposición de los alcorques vacíos o coordinar con Urbanismo el diseño de alcorques y especies para que beneficie el crecimiento y desarrollo de los árboles, y se evite el levantamiento del suelo por las raíces y otros posibles problemas, entre otras medidas concretas.
La energía es sin duda una de las claves en la lucha contra el cambio climático y la Red Sevilla por el Clima le dedica un apartado muy significativo en su decálogo: Puesta en funcionamiento y mantenimiento de las 68 instalaciones fotovoltaicas ubicadas en la actualidad en 63 colegios y 5 rotondas del casco urbano de Sevilla; un plan de instalación de energía fotovoltaica en el resto de edificios de titularidad municipal, que suman más de 400 edificios en toda la ciudad; y fomento de las instalaciones fotovoltaicas en las comunidades de vecinos, que reduzcan los consumos de los servicios comunes. Si bien en este punto el principal escollo es la normativa del Gobierno central que penaliza la producción de energía limpia.
Mientras, más de 700 municipios en nuestro país tienen o se han comprometido a que el suministro eléctrico de todas sus instalaciones tenga certificado de origen renovable. Es decir, dejarán de consumir electricidad que se haya originado con combustibles fósiles o nucleares. «Este es un gran paso para la necesaria transformación de actual modelo energético hacia otro que priorice la eficiencia, el ahorro, la desfosilización y la democratización de los mercados asociados, para reducir drásticamente las emisiones de CO2, causantes del cambio climático, y tratar de mejorar la calidad del aire que respiramos». En efecto, más de un tercio de todas las emisiones de CO2 que se producen tienen su origen en la quema de carbón y gas para la generación de electricidad.
Para contrarrestarlo, la Red sugiere incluir en las próximas licitaciones de electricidad de todas las instalaciones la exigencia de certificación de origen renovable para el 100% del suministro, incorporando cláusulas sociales y medioambientales que contribuyan a la consecución de los objetivos que en estos campos se ha fijado el Ayuntamiento de Sevilla.
Lograr tener «viviendas municipales sostenibles», realizar una «educación por el clima y lograr crear la oficina de la capital verde europea, son otras de las propuestas que cierran un decálogo a favor del clima sevillano pero que podría exportarse a cualquier ciudad del planeta.
En el primero de estos puntos la Red considera que todas las promociones de viviendas protegidas deben incluir criterios de eficiencia energética, aislamiento térmico y acústico y disminución de la producción de residuos, promoviendo además los «eco–barrios».
En lo que respecta a la educación, se proponen entre otras acciones la creación de un Programa de Voluntariado Ambiental Urbano de Sevilla que implique a los distintos sectores asociativos y entidades de la ciudad interesados en la mejora y salvaguarda del patrimonio ambiental de la ciudad. Mientras que para lograr el galardón de Capital Verde Europea, que reconoce y recompensarlos esfuerzos locales en la mejora del entorno, la economía verde y la calidad de vida ciudadana, la Red aclara que la candidatura presentada por el Ayuntamiento de Sevilla para el año 2019 necesita el soporte de una estructura de carácter público–privada destinada a impulsar y coordinar las iniciativas que se generen, así como la colaboración con los agentes económicos y sociales para la consecución de dichos objetivos, por lo que es esencial tener una oficina propia dedicada a estos asuntos.