22.000 kilos de solidaridad directos al corazón de la pobreza

Tres Barrios recibe cuatro camiones de la Cruz Roja para atender a 500 familias

Manuel J. Fernández M_J_Fernandez /
29 jun 2017 / 15:13 h - Actualizado: 29 jun 2017 / 21:06 h.
"Barrios"
  • Una treintena de voluntarios, algunos parados de larga duración, colaboró ayer en la descarga de los palés de alimentos para repartir en el barrio. / Fotos: Manuel Gómez
    Una treintena de voluntarios, algunos parados de larga duración, colaboró ayer en la descarga de los palés de alimentos para repartir en el barrio. / Fotos: Manuel Gómez
  • 22.000 kilos de solidaridad directos al corazón de la pobreza
  • 22.000 kilos de solidaridad directos al corazón de la pobreza

Viuda, con la hija y el yerno en la cárcel, tres nietos pequeños en casa y cero euros al mes. El caso de Chari no es menos. Lleva «años» sin ingresar en la libreta y desde hace semanas busca desesperadamente «un ventilador, aunque sea de segunda mano» para sus nietos, su hija y su yerno. La última vez que trabajó Antonio fue en la escuela taller de Virgen de los Reyes. Se consuela con que no tiene gente a su cargo. Algo que lamentablemente sí le ocurre a Ricardo. Trabaja «de sol a sol» y lo que cobra es para el alquiler. De dar de comer a su hija, se encargan los abuelos. A cada paso, una historia y en cada casa, un drama personal «con nombres y apellidos». Desgraciadamente se confirman los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), que apuntan a Tres Barrios (Los Pajaritos, Candelaria y Madre de Dios) como la zona más pobre del país, con unos ingresos medios anuales de 12.307 por familia, más de 300 euros menos que en el ejercicio anterior.

Por suerte, Tres Barrios cuenta también con «una fuente de riqueza humana muy importante». Se ha podido ver este jueves en la guardería infantil Nuestra Señora de la Candelaria de las Hermanas Misioneras de Jesús, María y José. El centro abre el portalón del patio a primera hora de la mañana para recibir el cargamento de 21.019 kilos de alimentos no perecederos procedentes de la Comunidad Europea a través de Cruz Roja. Palés de arroz, cereales, leche de iniciación y entera, garbanzos, crema de verduras... va arribando a una de las dependencias de la guardería. «Ya han llegado dos camiones. Faltan otros dos», supervisa la hermana Margarita mientras una cadena humana de 30 voluntarios va pasándose, caja a caja o bote a bote, cada uno de los alimentos. Muchos de ellos en clara situación de riesgo de exclusión pero, aún así, dando lo poco que no les ha arrebatado la crisis: tiempo y un par de manos para ayudar. «Llevo 15 años en paro y solo tengo 24 años cotizados. No dejo de buscar trabajo pero a punto de cumplir 50 años... ¿quién me va a contratar?», confiesa uno de los voluntarios mientras avisa que «el mes que viene» se le acaba la ayuda de los 426 euros.

Como a tantos, solo les quedan las ayudas de Cáritas, la asociación de vecinos y la UTS (Unidad de Trabajo Social). Junto a él, otro con faja ajustada a la cintura para evitar lesiones de la carga de peso, lanza un mensaje bastante claro: «No queremos limosna, sino trabajo». Una reivindicación en la que incide el representante vecinal, quien se muestra muy crítico con la escasa respuesta de las administraciones públicas. «La pobreza en Tres Barrios tiene nombre y apellidos. Si no fuera por las grandes ayudas de donaciones particulares, del Banco de Alimentos y de la Cruz Roja, no sé que sería de tantas casas». Este cargamento de alimentos se repartirá del 3 al 12 de julio (de 11 a 13 y de 18 a 20 horas) entre unas 500 familias desfavorecidas de Tres Barrios y «de barrios colindantes», como Amate o Santa Aurelia. Una familia de tres miembros recibe, por ejemplo, «24 cajas de leche en su partida». Eso sí, en esta ocasión, no han llegado botellas de aceite entre los 36 palés recepcionados. «A ver si hay alguien que nos puede ayudar. Es muy importante para los guisos», apela con humildad la hermana Margarita mientras explica que, como cada año, recibirán otros dos cargamentos más en los próximos meses: «en septiembre-octubre y a principios de enero».

Ante esta situación, la asociación de vecinos se reafirma: «Que el Estado, la Junta de Andalucía, el Ayuntamiento y Diputación vayan todos a una y busquen de una vez una solución; y que no olviden las 526 viviendas de Los Pajaritos y las cláusulas sociales: contratando siempre mano de obra desempleada en el barrio para los trabajos». Es el grito desesperado que lanza el corazón de la pobreza más extrema.