Abuelos: el mayor servicio social durante la crisis

Todavía hay un 45% de mayores que ayudan a sus hijos y nietos con las facturas

09 nov 2016 / 10:03 h - Actualizado: 10 nov 2016 / 07:28 h.
"Crisis","Sociedad","Abuelos de una nueva era"
  • Un pensionista cuida a su nieta. / Efe
    Un pensionista cuida a su nieta. / Efe

Con la crisis económica no sólo engrosó la lista del paro, aumentó la ayuda otorgada por Cáritas y muchas familias tuvieron que volver a casa de sus padres. Si no literalmente, sí de forma parcial. En los años más oscuros del crack económico, los abuelos se han convertido en un pilar fundamental para que familias siguiesen viviendo dentro de los límites de la dignidad, sin correr el riesgo de desestructurarse. Según el último Informe de Mayores de la Unión Democrática de Pensionistas (UDP), la solidaridad de los progenitores «se ha consolidado como una estrategia clave» para la adaptación de muchos ciudadano a la difícil situación económica.

En la actualidad, todavía son muchos los abuelos que mantienen en pie a familias enteras. Según el último informe de UDP, fechado en abril de este año, cerca de un 45 por ciento de las personas mayores del país siguen ayudando económicamente a sus familiares. Una cifra elevada, pero muy lejos del 60 por ciento que se rozó en 2014, el peor año de la crisis.

Pagando la compra, asumiendo facturas, dándoles de comer a diario, cediéndoles viviendas o acogiéndoles en su casa. Toda ayuda es poca cuando la necesidad aprieta. De hecho, una cuarta parte de los abuelos solidarios aseguran que sin su apoyo sus hijos y nietos no tendrían una alimentación y vida dignas.

De hecho, la ayuda de los mayores ha sido fundamental para reducir la pobreza infantil, reconoce la directora de Educación y Acción Social de Educo, Clarisa Giamello. El año pasado, el riesgo de pobreza o exclusión social en la infancia mejoraba levemente, al reducir el porcentaje al 34,4 por ciento (frente al 35,8 por ciento de un año antes). Sin embargo, Giamello considera que se deben «revisar las prestaciones actuales, que son claramente insuficientes» y reclama implementar «la prestación universal por hijo a cargo», una medida que se ha mostrado exitosa en otros países de la UE. De esta forma, el peso sobre los abuelos sería también menor y no se pondría en riesgo a dos grupos sociales especialmente vulnerables.

En muchos casos este salvavidas pone en riesgo el bienestar de los propios mayores. Educo realizó en julio de 2015 un informe sobre El papel de los abuelos en la crisis económica en el que recoge que el 65 por ciento de las personas mayores solidarias es pensionista y un tres por ciento está en paro. Una situación que hace que en la mitad de estos hogares los ingresos menores sean menores a 1.000 euros. Conclusión: el 50 por ciento de los abuelos solidarios llegan justos a fin de mes. Un 10 por ciento directamente no llega y tiene que recurrir a terceros o retrasarse en los pagos.

Toda una vida trabajando para que sus hijos vivan bien y ahora otra vez a luchar. ¿Les suena esa frase verdad? La gran mayoría tiene una casa en propiedad, pero muchos todavía pagan un alquiler (12 por ciento) o siguen amarrados a una hipoteca (16 por ciento) que se han visto obligados a refinanciar.

Pero, ¿qué implica para nuestros abuelos haberse convertido en el gran servicio social del país? Para seis de cada diez su situación personal ha empeorado. Y no sólo se refieren a un detrimento de la situación financiera, también a su bienestar mental e incluso a su estado de salud. El cinco por ciento asegura que su alimentación ha empeorado, un dato que se recrudece hasta diez puntos cuando los abuelos tienen dificultades para llegar a final de mes. Todos coinciden en algo: compran menos productos frescos y el gasto en su propia alimentación ha caído considerablemente.

EN DATOS

El 44,2% ayuda

Según el último Informe de Mayores de UDP, publicado en abril de este año, el 44,2 por ciento de las personas mayores ha ayudado económicamente a algún familiar en los dos últimos años. El 84,9 por ciento de los casos eran para sus hijos. Para la gran parte de los beneficiarios, este soporte «es imprescindible para que puedan vivir dignamente». Pese al elevado porcentaje de personas mayores que siguen ayudando a sus descendientes, el dato ha disminuido más de un 15 por ciento en los dos últimos años. El año 2014 fue el más duro de la crisis en este sentido, ya que por entonces el 59,5 por ciento de los mayores ayudaban económicamente, siendo el año con mayor incidencia.

290 euros

Aquellos abuelos que ayudan a sus hijos y nietos aportan una media de 290 euros al mes. Una cantidad que en dos de cada diez casos supone el 40 por ciento de sus ingresos mensuales, recoge uno de los últimos estudios realizados por Educo en esta materia. El 26 por ciento de los casos da una cantidad económica al mes. Sin embargo, ayudan de múltiples formas. La más común es pagando o haciendo la compra (36 por ciento), aunque el 35 por ciento reconoce haber pagado también algún que otro recibo. Algo más de una tercera parte de los encuestados asegura llegar con dificultades a fin de mes. Curiosamente, este grupo de mayores es el que más recursos aporta de media, unos 338 euros.

El 6,2% son ayudados

Desde el año 2010, las personas mayores han incrementado sus esfuerzos para ayudar a sus hijos y nietos. De hecho, el porcentaje de abuelos que apoyaban económicamente llegó a incrementarse por encima del 45 por ciento, cuando hace dos años el número de mayores que pagaban facturas, hacían la compra o acogían en su casa rozó el 60 por ciento. Sin embargo, las personas mayores que reciben ayuda han sufrido el efecto contrario y el porcentaje se ha reducido a la mitad. Mientras que hace seis años el 12,5 por ciento de los abuelos recibían ayuda de sus familiares, en la actualidad sólo un 6,2 por ciento lo hace, y la necesita «para vivir dignamente», según recoge UDP.