¿Aislamiento? Físico nada más

Al otro lado de la Feria. Los vecinos de Nueva Tablada aseguran que están logrando mejoras, mientras que el corazón de la antigua zona militar se rejuvenece poco a poco

15 jun 2017 / 06:34 h - Actualizado: 15 jun 2017 / 06:34 h.
"Barrios","Radiografía a Los Remedios"
  • Edificios de la zona residencial de Tablada, originalmente construidos para los militares y el personal al servicio del Ejército. / Jesús Barrera
    Edificios de la zona residencial de Tablada, originalmente construidos para los militares y el personal al servicio del Ejército. / Jesús Barrera
  • Bloques de la Nueva Tablada, frente a la fábrica de Airbus. / Jesús Barrera
    Bloques de la Nueva Tablada, frente a la fábrica de Airbus. / Jesús Barrera N. Jiménez

Los Remedios es más que Asunción y República Argentina. Es el recinto ferial y es Tablada. Allí donde en 1481 se instaló uno de los principales quemaderos de la Inquisición, en activo hasta 1781. Allí donde se inicia la gesta aeronáutica del primer vuelo trasatlántico entre Sevilla y Camagüey (Cuba), en el avión Cuatro Vientos. Allí donde viven en la actualidad más de 3.000 personas. Un barrio con dos muros que lo aíslan: la avenida Juan Pablo II y la Feria, pero que, con todo, no se siente olvidado.

El aislamiento de Tablada es «físico», pero no «institucional». Así lo explica el presidente de la Asociación de Vecinos de la barriada de Tablada, Juan Antonio Pérez Vicente, para quien la integración de la zona en el distrito de Los Remedios en 2005 fue un acierto y un logro conseguido por la asociación, creada en 2002 precisamente para luchar contra el aislamiento de la barriada y ser la voz legal de los problemas de los vecinos. Un vecindario que ya tiene centro de documentación de la Policía Nacional en el corazón de la antigua Tablada y un supermercado junto a la Nueva Tablada, en la carretera de la Esclusa.

Precisamente esta nueva zona del barrio, con tres grandes bloques paralelos a Juan Pablo II, está de enhorabuena por doble motivo. En primer lugar porque han logrado que el Ayuntamiento haya programado la reurbanización de la calle Antonio Bienvenida de la Feria y, además, porque el distrito aceptó habilitar una pista multideporte en el solar junto al parque infantil que disfrutan a las puertas de la fábrica de Airbus.

«Poco a poco estamos logrando cosas» asegura Daniel Villalta, presidente de la Asociación de Vecinos Nueva Tablada, con un total de 450 viviendas –edificios Los Lances, Vega Real y Torvisco– y una media de edad que no llega a los 40 años.

Por contra, la antigua zona militar tiene un vecindario que, de media, ronda los 70 años, si bien el relevo generacional ya se ha puesto en marcha, sobre todo desde que estas viviendas, bloques y casas adosadas, han pasado a tener régimen libre. Ya no son de titularidad del Ministerio de Defensa. Así, mientras que un piso en la zona frente a Airbus puede costar unos 200.000 euros de media, en la antigua Tablada se venden por alrededor de 150.000 euros. Sus colegios y su instituto, no obstante, siguen mayoritariamente ocupados por alumnos que no viven en la Tablada militar. «Sólo un cinco por ciento es oriundo del barrio», explica Pérez Vicente, que también aplaude la próxima reurbanización de Antonio Bienvenida. «Cruzar la Feria con los niños es un peligro. Los coches no respetan al peatón y éste no tiene un sitio de paso definido», critica Villalta, quien lamenta que para resolver los problemas de la Nueva Tablada se requiera la intervención de varios departamentos municipales (Fiestas Mayores, Movilidad, Urbanismo...) o de varias administraciones, puesto que la rotonda que reclaman en la Carretera de Esclusa requiere el visto bueno de la Autoridad Portuaria, y el Puerto no está por la labor.

En el caso del carril bici que demandan, el Ayuntamiento les ha comunicado que depende del futuro parque en la dehesa de Tablada, mientras que de su conexión por Tussam no se quejan, «aunque es mejorable» porque la línea 41 ya no es tan puntual desde que se amplió hasta la Magdalena.

Y cuando menos aislados están estos vecinos es durante la Feria. Entonces son «el centro de Sevilla». Y, sin embargo, están más aislados que nunca. Los diez minutos hasta Asunción se hacen eternos. Y llega la «invasión» de coches. Primero de los montadores de casetas, de los vendedores y de los feriantes. «Y no hay el control exhaustivo del resto de Los Remedios. De hecho, por aquí no se ve a la Policía Local», lamentan.