Arellano exige financiación e inversiones para Andalucía

La Junta de Andalucía no renunciará a exigir al Gobierno central los dos elementos que considera vitales para apuntalar la senda de crecimiento emprendida hace cuatro años y encarar el futuro con garantías: una financiación «justa» para crear empleo y garantizar la sostenibilidad de los servicios públicos y un plan estatal de inversiones productivas con los que recuperar el «déficit» acumulado en los últimos ejercicios. El cambio de color político en la Administración central no supondrá una bajada de exigencias, sino más bien todo lo contrario. «Desde la lealtad y la transparencia, debemos reclamar lo que es justo para Andalucía» en aras de lograr «la convergencia y la cohesión social».

Así lo puso de manifiesto el consejero andaluz de Economía, Hacienda y Administración Pública, Antonio Ramírez de Arellano, durante su intervención en el acto de presentación de la quinta edición del anuario El Correo Económico de Andalucía 2018, junto al presidente editor del periódico, Antonio Morera Vallejo, y al presidente de la Diputación Provincial de Sevilla, Fernando Rodríguez Villalobos, encargado de su clausura.

Ramírez de Arellano incidió en que «buscamos un salto a la modernidad que se nos ha negado a Andalucía» en los últimos años y que queda establecido en el Estatuto, donde se fija una inversión pública del Estado que debe tender a equipararse con el peso de la población (18 por ciento), recordó Arellano, que cifró en 1.700 millones el déficit de inversión procedente del Estado entre los ejercicios 2012 y 2018. Así, reivindicó inversiones productivas vinculadas a los siete puertos andaluces, «abriendo pasillos ferroviarios que nos permitan conectar estas siete puertas a las exportaciones con el interior de Andalucía y sus plataformas logísticas», entre otras cuestiones. De esta manera, la comunidad se posicionará como punto geoestratégico del comercio mundial y se convertirá en un foco de atracción para grandes empresas, aseveró.

El consejero andaluz puso el acento, asimismo, en el consenso alcanzado en el Parlamento andaluz entre los distintos grupos parlamentarios para demandar un modelo de financiación que suponga recuperar los 4.000 millones que El Estado le adeuda. Así, «se hubieran creado 200.000 empleos más y restado 500.000 parados y el PIB hubiera crecido un 3,2 por ciento». Es la traslación en números si no existiera ese gap, indicó Arellano.

El titular de Economía, que recientemente ha incorporado la cartera de Hacienda con la marcha a Madrid como ministra de María Jesús Montero, consideró que hay razones «para sentirnos orgullosos de los avances» que se están produciendo en Andalucía, cuyo PIB «ha recuperado niveles de crecimiento previos a la crisis, el empleo ha crecido un once por ciento en los últimos tres años y se ha recuperado cerca del 60 por ciento del empleo destruido durante la crisis». Además, una de cada cuatro personas que ha salido del paro en España –abundó– lo hizo en Andalucía.

Ramírez de Arellano destacó que el dinamismo en la creación de empleo procedió del sector privado –«los gobiernos están para ayudar y no solo para dar ayudas», dijo–, lo que a su juicio «habla del compromiso de empresarios y trabajadores». Sin olvidar, incidió, el compromiso «con la recuperación de la calidad del empleo y de los salarios, que es lo que corresponde al tiempo actual».

El buen comportamiento de la economía andaluza, profundizó, se sostuvo en cuatro vectores: inversión –con un incremento cercano al cinco por ciento anual–, industrialización, internacionalización y el aumento de la cantidad y el tamaño de las empresas andaluzas.

De cara al futuro, enfatizó que serán clave para afianzar el crecimiento «la estabilidad política», con los trabajos iniciados para preparar los próximos Presupuestos, y la consolidación de las inversiones. «Debemos ser una región atractiva e impulsar la competitividad de los factores productivos, no degradando las condiciones laborales».

Por su parte, el presidente de la Diputación, Fernando Rodríguez Villalobos, destacó durante la clausura del acto que hoy día «estamos bastante lejos de aquellos calamitosas circunstancias», en alusión a los años de la crisis económica y en referencia al título que este año sirve de leitmotiv del Anuario económico: 10 años de la crisis. ¿Dónde estamos ahora?

El escenario actual, destacó, es bien distinto y tiene su reflejo en indicadores económicos que presentan un buen estado de salud como los avances de las exportaciones, el buen momento que atraviesa el sector turístico, la mejoría en el empleo, con un incremento de la contratación indefinida en el pasado mes de mayo (21,7 por ciento más) y su reflejo en la afiliación a la Seguridad Social, así como el dinamismo en la creación de empresas (con 330 nuevas sociedades mercantiles en abril, con un aumento del 4,4 por ciento) en el conjunto de la provincia. Rodríguez Villalobos, que destacó la estabilidad política de la comunidad, utilizó esta retahíla de datos positivos para encarar el futuro con optimismo. Son una muestra que «evidencia las oportunidades para una tierra con un enorme potencial» como la sevillana y andaluza.