Un total de 29 mujeres han sido asesinadas por su pareja o expareja hasta mayo en España, contando la víctima de este sábado en Sevilla, lo que supone un aumento del 47 por ciento respecto al mismo periodo del pasado año, una lacra que también se ha llevado por delante la vida de cinco niños, cifra que quintuplica a la de un año antes. En cuanto a los menores asesinados por el compañero o ex compañero sentimental de su madre, entre enero y mayo han muerto cinco niños, cuatro más que en el mismo periodo de 2016. Además, esta lacra ha dejado a 12 niños huérfanos en sólo cinco meses.

De las 28 mujeres asesinadas hasta mayo, sólo cinco habían denunciado al agresor, y en otros cuatro casos terceras personas habían presentado denuncia. En diez de los crímenes, el asesino era expareja o estaba en fase de ruptura, mientras que las otras 18 mujeres asesinadas mantenían una relación sentimental con el agresor.

De estas 29 muertes, cinco han ocurrido en Andalucía y con la de este sábado ya son dos las ocurridas en Sevilla. La primera muerte ocurrió en la localidad de Alcolea del Río el pasado mes de abril, aunque el asesino confeso no fue detenido hasta el 5 de mayo. Entonces, la Guardia Civil arrestó a Antonio Gómez, vecino de Alcolea del Río, como presunto autor de la muerte de su pareja, María del Rosario Luna, que llevaba en paradero desconocido desde el 16 de abril y cuya desaparición había sido denunciada por su familia una semana después al no acudir la víctima a la comunión de su propia hija.

El detenido confesó que la había asesinado después de haber intentado suicidarse cortándose el cuello ante la presión que estaba sufriendo por parte de la investigación que intentaba aclarar los hechos, encabezada por equipos de la Policía Judicial del Instituto Armado de Lora del Río y de la Comandancia de Sevilla. Tras acabar con la vida de María del Rosario asfixiándola, el asesino escondió el cadáver en una maleta y la arrojó al cauce seco de un arroyo en el término municipal alcoleano, donde fue hallado días después y sin signos de heridas por algún tipo de arma por agentes de la Guardia Civil.