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Lluvias en Sevilla. / Manuel Gómez
La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) ha activado el aviso naranja por lluvias en el litoral de Málaga y Granada a partir de la madrugada de este jueves día 18, según ha informado Emergencias Andalucía, servicio adscrito a la Consejería de Justicia e Interior de la Junta. Y amarillo en Sevilla capital hasta las 15 horas.
En una nota, el 112 ha precisado que la Aemet prevé lluvias acumuladas de hasta 40 litros por metro cuadrado en una hora en las comarcas de la Axarquía, Sol y Guadalhorce entre las 3,00 y las 15,00 horas del jueves día 18.
Por otra parte, para la costa granadina la predicción de la agencia es de 30 litros por metro cuadrado en una hora de 6,00 a 18,00 horas.
Asimismo, permanecen en aviso amarillo por lluvias en las provincias de Sevilla y Córdoba al completo, además de en las comarcas de Aracena, Andévalo y Condado (Huelva), el Estrecho y Grazalema (Cádiz. En Andalucía oriental, se anuncian también avisos amarillos en Ronda y Antequera (Málaga) y en Poniente y Almería capital.
Recomendaciones
Ante estos días de lluvia, Emergencias Andalucía recomienda retirar del exterior de las casas aquellos objetos que puedan ser llevados por el agua o movidos por el viento para evitar accidentes.
Si tenemos que conducir, debemos extremar la precaución y respetar como siempre las normas de circulación e indicaciones de los paneles informativos de la Dirección General de Tráfico (DGT), así como no cruzar nunca en automóvil lugares inundados.
Ante pequeñas balsas de agua, debemos atravesar con una velocidad corta y avanzando muy despacio para que el agua no salpique el motor, y comprobar después el estado de los frenos.
No se debe conducir por una carretera inundada o cruzar un puente o paso subterráneo con agua, ya que la fuerza de la corriente podría arrastrar el vehículo. Además, se debe evitar viajar de noche, dado que es en estas horas los peligros y los obstáculos producidos por la lluvia son más difíciles de detectar.
También se aconseja no estacionar vehículos ni acampar en cauces secos, ni a la orilla de los ríos, para evitar ser sorprendidos por una súbita crecida de agua o riada.