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Destrozos en Marqués de Contadero. / Jesús Barrera
El vandalismo se ha instalado en los bajos de Marqués de Contadero. El recién estrenado centro de atención al visitante presenta casi de manera constante un estado que dista mucho de ser la imagen que la ciudad quiere dar a quienes la visitan. Paredes rotas y llenas de agujeros –que en ocasiones han llegado a alcanzar importantes dimensiones– debido a las patadas que de manera recurrente propinan sobre los paneles que actualmente protegen los espacios que estarán destinados a la promoción del Flamenco y de la Gastronomía sevillana.
Esta situación de «rutina» ha llevado al Ayuntamiento a licitar un contrato para proceder a la sustitución de estas planchas por otras de chapa que cuenten además con mayor grosor. Una medida con la que «será más difícil realizar esos actos vandálicos», apuntó ayer el delegado de Hábitat Urbano, Turismo y Cultura, Antonio Muñoz, tras el consejo de la Gerencia de Urbanismo. Y es que a pesar de que incluso la Policía Nacional ha llegado a detener in fraganti a quienes incurrían en el delito, la imagen de los bajos de Marqués de Contadero siguen dando muestras del vandalismo.
Además de esta primera medida de «contención», y mientras se instala en las dependencias que quedan libres la futura Policía turística –algo que el gobierno local tiene sobre la mesa y se plantea a medio plazo–, la «mejor solución» para acabar con esta situación es dotar de actividad a los locales que actualmente están vacíos, explicó Muñoz. Algo que en principio se solventará en este mismo trimestre pues, según apuntó el responsable de Urbanismo, la Gerencia sacará a licitación la explotación del centro de la tapa y del flamenco. «La ocupación de ambos espacios es la mayor seguridad».
Además, Muñoz afirmó que la intención municipal es que el resto de espacios disponibles acojan servicios turísticos o de venta de artesanía y productos agroalimentarios vinculados con la ciudad.