Blindaje para el Cuarto Real Alto del Alcázar

Patrimonio del Estado actualiza la seguridad de las estancias más desconocidas para los sevillanos

22 jul 2018 / 21:03 h - Actualizado: 23 jul 2018 / 09:55 h.
"Patrimonio","Real Alcázar de Sevilla"
  • Las salas configuran la residencia oficial en uso más antigua de Europa. / P. Estado
    Las salas configuran la residencia oficial en uso más antigua de Europa. / P. Estado
  • La seguridad de las estancias del Cuarto Real Alto de los Reales Alcázares se ha mejorado y actualizado para llegar a su grado más alto. / José Manuel Cabello
    La seguridad de las estancias del Cuarto Real Alto de los Reales Alcázares se ha mejorado y actualizado para llegar a su grado más alto. / José Manuel Cabello

El Cuarto Real Alto se blinda ante cualquier incidencia. Esta zona de los Reales Alcázares, gestionada por Patrimonio del Estado, y que fue objeto hace años del robo de una yesería del siglo XIV, cuenta desde hace unos meses con la última tecnología en materia de seguridad.

La actualización de los sistemas con los que cuenta este área del conjunto palaciego se enmarca dentro de un proyecto iniciado por Patrimonio Nacional para renovar la seguridad electrónica de siete Reales Sitios gestionados por el Estado por un importe de 697.000 euros. Además, viene de la mano del cambio regulatorio en esta materia que se puso en marcha en 2011 y que ahora el Estado ha decidido implantar en los espacios bajo su protección, «a pesar de no estar obligado a ello», explica Juan José López, director de preventa de la empresa Gunnebo, que ha sido la encargada de llevar a cabo este proyecto que contribuye a «proteger y preservar el patrimonio histórico» de nuestro país, «en un contexto en que la seguridad ciudadana y la protección del espacio público e histórico han pasado a un primer plano».

En concreto, la multinacional sueca ha trabajado en la adaptación de las estancias del Cuarto Alto de los Reales Alcázares así como el Palacio Real de La Almudaina (Mallorca), la Granja de San Ildefonso y el Palacio de Riofrío (Segovia), el Real Convento de Santa Clara de Tordesillas (Valladolid), el Monasterio Real de Santa María de las Huelgas (Burgos) y el Monasterio de Yuste (Cáceres).

Las actuaciones se han centrado en la renovación del software de gestión y control integral de seguridad, homogeneizando sus sistemas de circuito cerrado de televisión (CCTV) y adaptando sus sistemas de alarma a un grado de seguridad acorde a la categoría del inmueble, a través de la implementación y uso de una tecnología de control moderna e integrada. Es decir, «hay un cambio en los dispositivos, una evolución y una renovación», resume López, quien explica que estas intervenciones se han complementado con otras acciones como la modernización de la tecnología de detección de intrusos –con sensores de presencia, videovigilancia exterior, pulsadores de pánico ante posibles atracos o robos, alarma silenciosa...–, así como la mejora de la comunicación –gracias a su digitalización– con los puntos de control externos. «Todo ello ha permitido aumentar su grado al más alto en términos de seguridad», afirma el responsable de Gunnebo.

En todo ello, la empresa especializada en productos, soluciones y servicios de seguridad ha invertido un 10 por ciento del montante total, calcula López, que destaca la complejidad de la actuación en espacios patrimoniales como el Cuarto Real Alto. «Hay que cuidar mucho la estética y minimizar las intervenciones. Buscamos siempre soluciones que no destaquen en el espacio y den seguridad».

Dependencias reales

El Cuarto Real Alto una zona especialmente desconocida es para el sevillano. Su entrada, al ser gestionada por Patrimonio del Estado, es independiente a la general del recinto monumental por lo que es más frecuentada por los turistas. El motivo de esta diferenciación no es otra que este área alberga las dependencias que usa la familia real, aunque se utilizan poco porque cuando los monarcas están en la ciudad donde realmente residen es en un ala más privada que se adecuó en 1992. En cualquier caso, gracias a este uso el Alcázar puede presumir de ser la residencia oficial en uso más antigua de Europa, ya que hunde sus orígenes en la época musulmana para llegar hasta hoy.

Este complejo comprende varias salas como el vestíbulo, el oratorio o el mirador de los Reyes Católicos –con influencia granadina, realizado en los años posteriores a 1492, y donde se consiguen unas de las mejores vistas del Alcázar–; el comedor de gala construido en el reinado de Felipe II; el dormitorio del rey Don Pedro –una de las estancias del palacio mudéjar del siglo XIV–; y la cámara oficial o de audiencias.