Clamor sevillano por el refugio por derecho

Centenares de personas reclamaron ayer respuestas a la crisis migratoria y una acogida urgente de refugiados

20 jun 2016 / 23:00 h - Actualizado: 20 jun 2016 / 23:11 h.
"Refugiados","Crisis de refugiados","Acojamos a los refugiados ¡ya!"
  • La marcha reivindicativa recorrió la Avenida de la Constitución en defensa de los refugiados. / Manuel Gómez
    La marcha reivindicativa recorrió la Avenida de la Constitución en defensa de los refugiados. / Manuel Gómez

Un nuevo y cada vez más fuerte clamor se alzó ayer en las calles de Sevilla, en consonancia con tantas otras ciudades, con motivo del Día Internacional del Refugiado. Bajo el lema Refugio por derecho, casi un millar de personas gritaron contra el silencio y la inacción de los gobiernos y la Unión Europea, que «parecen haber olvidado, mientras miles de personas pierden la vida huyendo del horror», rezaba en la convocatoria de la manifestación.

La marcha, respaldada por más de una treintena de asociaciones, plataformas, sindicatos y partidos políticos, recorrió la Avenida de la Constitución hasta la Plaza Nueva para mostrar el rechazo ciudadano por el acuerdo firmado entre la Unión Europea y Turquía y los impedimentos y dificultades para la entrada en los territorios de algunos países. «No más muertes, pasaje seguro» o «abrid las fronteras, porque huyen de la guerra», fueron de las consignas más coreadas por los asistentes, que mostraban a la par su enfado con los poderes gubernamentales y su esperanza y ganas de colaborar. Ejemplo de ello era Mohamed Achraf, refugiado marroquí, que lleva ya diez años en España. Podía vérsele tras la pancarta de la plataforma de Mairena Solidaria Ciudad Refugio, con la que, sin embargo, no tenía ninguna relación: «He visto un hueco y hacía falta gente para sujetar la pancarta, así que me he puesto. Para eso estamos aquí, para ayudar, en lo que haga falta. Pero necesitamos que se actúe».

Otros dos pequeños, de cuatro y siete años, portaban también pancartas. Las cartulinas de los hijos de Kirsten Sutherland hacían un llamamiento desesperado a la «cooperación para acoger, no para expulsar». Su madre explicaba que «ellos también ven las noticias todos los días, y vieron la foto de Aylán [por el niño sirio muerto en una playa de Turquía]. Saben que existe la guerra y la pobreza, y es importante que crezcan en valores de solidaridad».

Otro de los convocantes fue la Asociación de la Prensa de Sevilla, que desde el mes de mayo realiza una campaña para que el Gobierno de España acoja a los 17.680 refugiados a los que se comprometió, y a la que este periódico se ha sumado. Alejandro Antona, parte de la junta directiva de esta asociación, ve que «ante el drama humano que estamos viviendo, cuando veamos hacia atrás en el tiempo, nos escandalizaremos precisamente por haber mirado hacia otro lado ahora. Cualquier persona con un mínimo de conciencia debe manifestarse contra esta barbarie que viven las personas solicitantes de refugio».

En la manifestación estuvieron muy presentes también los municipios sevillanos, cuyas plataformas reivindicaron la acogida en sus pueblos. Un ejemplo de ello fue la asociación de Dos Hermanas Marea por la paz, cuya integrante María del Carmen González incidía en que «en España tenemos una deuda con la humanidad, a nosotros nos acogieron cuando fue la Guerra Civil en otros países. Ahora tenemos que escuchar nuestro propio himno de Andalucía y ponerlo en práctica: por los pueblos y por la humanidad». Beatriz Díaz es secretaria de la Asociación en apoyo al pueblo sirio. Criticaba que «no se dan soluciones al problema, incluso cuando más peticiones de asilo hay en España, menos se resuelven».

También respaldaron la solidaria convocatoria los sindicatos Comisiones Obreras y Unión General de Trabajadores, la asociación de consumidores Facua, así como los partidos políticos PSOE, Podemos e Izquierda Unida. Éste último, presentará una moción en el próximo pleno del Ayuntamiento para «exigir al PSOE la toma de medidas ya en favor de las personas refugiadas y promover un debate que, por desgracia no ha discurrido hasta ahora por los cauces del respeto a los derechos humanos y la solidaridad entre los pueblos».