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El observatorio abarcará el estudio de otras patologías oculares como la retinopatía diabética o el glaucoma. / El Correo
Avanzar en años no tiene que ir necesariamente unido a la pérdida de visión. Este hecho, tan naturalizado entre la población mayor de sesenta años, puede tener detrás una patología denominada degeneración macular, hasta el momento desatendida, y por cuya reconsideración lucha la asociación Mácula Retina, ahora, junto al Ateneo de Sevilla.
Esta entidad y la Casa Docta han acordado la instalación de un observatorio de patologías oculares en la sede de la histórica institución, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de los pacientes afectados, los cuales, como informa el presidente de la asociación Mácula Retina, Jacinto Zulueta, «sufren una gran pérdida de autonomía por la disminución visual, que les acarrea problemas de confianza y autoestima muy graves, y aislamiento social».
Otro de los objetivos de este observatorio es hacer efectiva la Proposición No de Ley (PNL) aprobada en el Parlamento de Andalucía por unanimidad, que tratará de fomentar las iniciativas para mejorar la vida de las personas con baja visión, así como conocer «el número total de afectados».
Según Zulueta, la degeneración macular asociada a la edad (DMAE) «no se detecta a tiempo, ya que la gente percibe la pérdida de visión como algo asociado a su edad y se acostumbran a ello, hasta que el problema es demasiado grande». Además, destaca que «estas personas que padecen baja visión no llegan al reconocimiento de la ceguera legal, se encuentran en el límite, lo que supone que no pueden acceder a los servicios que ofrece por ejemplo la ONCE: los bastones, las nuevas tecnologías aplicadas a ciegos, y otras ayudas».
Por otro lado, critican que el tratamiento de esta patología tampoco es el óptimo y llegando a provocar los retrasos del sistema sanitario una mayor pérdida de visión en los pacientes. «Existen dos tipos de máculas: secas o húmedas. Las segundas acarrean una pérdida de visión muy rápida, por lo que son necesarias unas inyecciones intravítreas cuanto antes. Sin embargo, la mitad de los hospitales andaluces sólo suministran esta inyección en quirófano, con la espera que ello conlleva para el paciente. En la otra mitad, estas inyecciones se ponen en salas blancas, antisépticas, de forma inmediata. Queremos que todos los hospitales estén dotados con las salas».
Zulueta precisa que «esta población no está recibiendo respuesta, mientras que existen una serie de medidas que podría ayudarlas». Por ello, desde la asociación proponen la agilización de la inyección en los hospitales, la rehabilitación visual y establecer un protocolo de prevención. «Ayudaría contar con una red de ópticos optometristas dentro del sistema de salud, que podrían detectar la pérdida de visión. También, que los médicos de familia realizaran test de prevención a las 50 años», proponen.
El observatorio también abarcará el estudio de otras patologías oculares como la retinopatía diabética o el glaucoma, denominado «el ladrón silencioso de la vista». Como sentencia Zulueta, «todas estas patologías tienen en común que no producen dolor pero van disminuyendo la visión de la persona sin que ésta se de cuenta, acostumbrándose a ello. Merecen toda nuestra atención, porque luego son totalmente invalidantes».