Cómo evitar una estafa en internet

E-commerce. Los usuarios ‘online’ tienen dos años de garantía y 14 días para devoluciones sin justificar. El miedo a ser estafado retrotae al comprador

15 mar 2017 / 08:34 h - Actualizado: 15 mar 2017 / 08:38 h.
"Consumo","Internet","Los atropellos al consumidor"
  • Un comprador utiliza el pago con tarjeta para una compra a través de internet. / El Correo
    Un comprador utiliza el pago con tarjeta para una compra a través de internet. / El Correo

¿Quién no ha reservado alguna vez un billete de avión o tren a través de la web? ¿O una habitación de hotel? ¿Y un libro o una prenda de ropa? Internet nos da acceso a la calle comercial más grande del mundo. En tan sólo un click hemos hecho la compra del mes, reservado nuestras vacaciones o renovado el armario. Y aunque para gran parte de la sociedad combina el método tradicional de compra con el online, todavía son muchos los que prefieren acudir a la tienda que consumir por la red.

El miedo a ser estafado, sobre todo por los consumidores añosos, hace que el desarrollo del e-commerce ya sea en Andalucía, España o Europa, tenga un largo camino por recorrer. Sin embargo, el presidente de la Asociación Andaluza de Comercio Electrónico, Pedro Rodríguez López de Lemus, asegura que todo aquel que opere por la web «tiene más exigencias que cumplir que cualquier otro establecimiento». Además de la normativa general, tienen que atenerse a las directrices de la Ley de Servicios de la Sociedad de la Información, así como al apartado de ventas a distancia de la Ley General para la Defensa de Consumidores y Usuarios. Además, el consumidor digital tiene más derechos que el tradicional. La garantía es de dos años y el periodo de devolución es de 14 días, que empiezan a contar una vez el cliente tiene en sus manos el producto, además sin tener que dar ningún tipo de explicación.

La primera cosa que tiene que cumplir una empresa que vende por internet es informar sobre quién es, está obligada a poner su denominación social, su dirección física y el NIF. «El usuario tiene que saber a quién está comprando, si se puede fiar de él», explica el presidente de la Asociación Andaluza de Comercio Electrónico.

El problema viene cuando dejamos de utilizar el sentido común. Si cuando acudimos a un comercio tradicional pedimos recomendaciones o nos gusta poner cara a nuestro vendedor, ¿por qué no hacerlo cuando comprados a través de internet? Ahí está la clave para evitar un timo. «Lo primero que hay que mirar es que la empresa esté identificada y si no lo está buscar comentarios en la red; es fácil de coger a una estafadora porque la gente advierte», señala Rodríguez López de Lemus.

También hay que saber qué sistema de pago utilizamos. Lejos de la creencia común de que pagar con tarjeta puede implicar un riesgo, es el sistema de pago más seguro, sostiene el experto en comercio electrónico. «La ley dice que si pago con tarjeta y me estafan, el banco tiene que retrotraer el pago, devolvérmelo cuanto antes y quitárselo a quien me lo ha vendido», explica. En el caso de que se utilice paypal, «este sistema tiene procedimiento de reclamación y si hay un timo, congela el dinero y los devuelve si no ha recibido el producto o servicio».

Pero los métodos que no hay que usar bajo ningún concepto o, al menos, fiarse poco de ellos son los que implican el pago mediante transferencia o envío de dinero, recalca Rodríguez López de Lemus.

Todavía son muchos los fallos que presentan las empresas que venden por internet. La primera de ella es la facilidad con la que envía comunicaciones comerciales. Según el presidente de la asociación de e-commerce, «está prohibido enviar este tipo de comunicaciones sin la autorización del cliente, sin embargo, lo primero que hace una empresa es coger la dirección y enviar boletines, eso es spam y genera desconfianza al consumidor».

Además, muchas empresas siguen sin identificarse. Tampoco informan sobre el derecho de desistimiento (devolución) ni sobre las condiciones legales de compra, recuerda el presidente de la Unión de Consumidores de Andalucía (UCA-UCE), Juan Moreno.

Pero, ¿qué ocurre cuando compramos a través de una página con productos de segunda mano? ¿Seguimos igual de protegidos? Ahí los derechos se reducen a que uno se fíe del vendedor, ya que este tipo de plataformas –mercadillos de segunda mano virtuales– son simples intermediarios, sólo ponen en contacto a particulares. De hecho, tan siquiera se paga a través de este intermediario y se exoneran de cualquier responsabilidad en sus condiciones legales. Es decir, se pierde la condición de consumidor débil (que recoge la ley para defender ante abusos comerciales), ya que se trata de un negocio entre dos consumidores, explica Rodríguez López de Lemus.

De hecho, incluso el vendedor puede ser estafado a través de estas aplicaciones. La asociación tiene constancia de que personas aprovechan para comprar productos caros, como joyas, que pagan a través de paypal y que una vez recibe el producto denuncian que han sido estafados, por lo que la compañía paraliza el cobro, se lo devuelve al comprador y éste se queda con la joya y el dinero, estafando realmente al vendedor.

E-commerce andaluz

El 72 por ciento de las empresas andaluzas tienen conexión a Internet y web propia. De éstas, el 49,4 por ciento ofrece acceso a un catálogo o a una lista de precios y el 21,3 por ciento permite realizar pedidos o reservas online, según la Encuesta sobre el uso de TIC y comercio electrónico en las empresas, que recoge el Instituto de Estadística y Cartografía de la Junta de Andalucía.