Copenhague es la nueva gran referencia

Ciclismo urbano.Sevilla ocupa el décimo lugar en el ranking Copenhagenize. Las urbes que la anteceden muestran el camino a seguir para mejorar

11 nov 2016 / 08:00 h - Actualizado: 11 nov 2016 / 08:00 h.
"Movilidad","Ciclismo","Las bicicletas sí son para Sevilla"
  • Un semáforo en rojo para ciclistas en Copenhage. / Copenhagenize Design Co
    Un semáforo en rojo para ciclistas en Copenhage. / Copenhagenize Design Co
  • Ciclistas en ambos sentidos por las calles de Ámsterdam. / Copenhagenize Design Co
    Ciclistas en ambos sentidos por las calles de Ámsterdam. / Copenhagenize Design Co

Que Sevilla es un referente mundial de ciclismo urbano no está en cuestión. Que queda camino por recorrer y que hay ciudades en Europa con mucho que enseñar en materia de movilidad sostenible, tampoco. Como referencia fiable funciona el ranking Copenhagenize 2015, que evalúa infraestructuras, condiciones de las rutas, propuestas en diseño de bicicletas y otros factores en 122 ciudades con más de 600.000 habitantes en su área metropolitana.

Con Copenhague como mejor ciudad para las bicicletas, Sevilla ocupa un notable décimo puesto, justo entre Amberes y Barcelona, la segunda urbe española mejor posicionada. Aporta una visión general el sevillano Jesús Freire, project officer del proyecto EuroVelo y miembro de la Federación Europea de Ciclistas: «Europa cuenta con muchas ciudades líderes en uso de la bicicleta: Ámsterdam, Copenhague o Utrecht, líderes tradicionales, pero también muchas otras que están apostando fuerte por el uso de la bicicleta con grandes resultados: Viena, Sevilla, Gotemburgo, Estocolmo, Berlín, París».

Freire indica también qué aspectos comparten y qué factores son menos importantes de lo que quizá parezca a primera vista. Por ejemplo, el hecho de que «la geografía, el clima, la cultura, etcétera, no afectan al uso de la bicicleta», lo que descarta uno de los argumentos más empleados en Sevilla para defender su idoneidad para el uso de la bici. De hecho, es la gélida Copenhague la que encabeza el ranking.

Las ciudades que tienen un elevado uso de la bici comparten otros elementos: «Una apuesta integral por la bicicleta (con planes ciclistas, oficinas de la bicicleta, un presupuesto exclusivo...)»; infraestructuras como «vías ciclistas de calidad, homogéneas, interconectadas, aparcabicis seguros y apuesta por la intermodalidad bici-transporte público» y, en los últimos años, «otra serie de apuestas muy exitosas: incentivos fiscales por ir al trabajo en bici, planes estatales de la bicicleta (que tienen más del 50 por ciento de los estados de la UE), bici pública (sistemas de bicicleta compartida)...»

Copenhague ha desbancado a Ámsterdam, la más tradicional y consolidada ciudad de la bici. En el ranking valoran que, entre 2012 y 2014, la participación de la bicicleta en los recorridos diarios a los lugares de estudio o trabajo pasó en la capital danesa de un 36 a un 45 por ciento. No hay precedentes de ese crecimiento en un periodo tan corto. Freire explica que la ciudad registra un uso de la bici espectacular, como demuestra el hecho de que «más bicicletas que coches acceden cada día al interior de la ciudad».

Ámsterdam y Utrecht, que completan el podium, demuestran que las decisiones políticas son básicas. «La bicicleta se empezó a usar de manera masiva después una apuesta de Estado tras la crisis del petróleo de los años 70», recuerda Freire, que apunta a otra cuestión fundamental en la que Sevilla anda lejos de la excelencia: «La apuesta por la interconexión bici–transporte público». Un dato justifica su afirmación: el gobierno holandés acaba de anunciar 40 millones de euros en inversión en aparcabicis en estaciones de tren.

Sobre el resto de ciudades que están a la vanguardia del ciclismo urbano, Jesús Freire realiza algunas consideraciones. De Londres destacada «el enorme incremento del uso de la bicicleta tras implementar un peaje de acceso al centro de la ciudad (que financia con lo recaudado el transporte público) y un exitoso sistema de bicicleta pública. Londres está ahora invirtiendo en una red de carriles bicis espectacular». Por cierto, Transport For London estuvo en Sevilla aprendiendo de la experiencia hispalense.

En París, «el éxito de la bicicleta pública ha sido espectacular», lo que la ha llevado al puesto 17 del ranking, con mucha capacidad de crecimiento. En Viena se ha producido una «apuesta por una red de carriles bicis de alta calidad que han cambiado la fisionomía de la ciudad y provocado un boom en el uso de la bicicleta». Los autores del ranking le recomiendan ahora implementar campañas de comunicación.

Esta recomendación es extensible en parte a Sevilla, que ya ha realizado en los últimos años la mayor parte del gasto que necesita como ciudad ciclista. Cuenta Jesús Freire que, «para que Sevilla siga en cabeza en políticas de fomento del uso de la bicicleta, hay que hacer muchas cosas, pero afortunadamente no cuestan mucho al erario público. La gran inversión en la red de carriles bici ya está hecha, pero hay que apostar por otras cuestiones», entre las que cita un nuevo Plan Director de la Bicicleta; una oficina de la bicicleta para coordinar las políticas; una apuesta por la intermodalidad bici–transporte público; la creación «urgente» de aparcabicis seguros en lugares clave; un plan ciclista para el centro; reestablecer el Plan Centro; la apuesta por zonas libres de tráfico motorizado no sólo en el centro; la generalización de los 30 kilómetros por hora en los barrios de Sevilla; permitir circular en bicicleta a contramano en determinadas calles de un solo carril; la extensión de la apuesta por Sevici, y un Plan Andaluz de la Bicicleta que incluya conexiones ciclistas con el área metropolitana.

La lista es larga. Es decir, que queda trabajo.