El Ayuntamiento encara esta semana la recta final de la negociación de las ordenanzas fiscales para 2018 con el alcalde al frente. Juan Espadas se ha puesto al mando de unas conversaciones que este miércoles se tradujeron en dos reuniones con los portavoces del PP, Beltrán Pérez, y de Cs, Javier Millán. En principio, ambos líderes mostraron su predisposición a encontrar un punto de encuentro entre sus planteamientos y los del ejecutivo local, aunque sin renunciar a una serie de mínimos que harán que cada minuto cuente a la hora de lograr un posible acuerdo.
Con la valoración del Consejo Económico y Social de Sevilla (CESS) sobre la mesa, nada partidaria del proyecto del Consistorio, y el horizonte temporal del 31 de octubre como posible fecha en la que se celebre el pleno que debe refrendar la política impositiva del próximo ejercicio, el alcalde afronta ahora un escenario inesperado. Las consecuencias de las decisiones de su gobierno en minoría le hacen contar con la negativa de IU y Participa al descenso de los tributos y el apoyo, hasta ahora casi ciego, de Cs encontró cierto freno en las palabras de Javier Millán.
«Nos vamos a oponer a cualquier propuesta del gobierno que implique una subida de las tasas», dijo el portavoz de la formación naranja, que recordó que su único acuerdo con el gobierno local pasa por sacar adelante el descenso del 3 por ciento en el IBI de cara a 2018. Así se lo planteó al alcalde durante su encuentro, en el que, según señaló, salió con «la esperanza» de que Espadas dé marcha atrás en el incremento de tasas como «el sello del coche». Lo que sí dejo claro es que el gobierno socialista no contará con el apoyo de Ciudadanos en la subida prevista en otras figuras impositivas, ni tampoco en la del Alcázar o la Feria de Abril.
Tampoco será fácil que el ejecutivo local cuente con el apoyo del PP para la aprobación de este proyecto de ordenanzas fiscales. Su portavoz, Beltrán Pérez, que también se reunió este miércoles con Espadas, mostró su «predisposición a desbloquear» éste y otros asuntos, aunque para ello, advirtió, será necesario que el alcalde «deje de actuar con minoría absoluta» y asuma las líneas generales del programa con el que los populares se presentaron a las elecciones municipales. «Estamos dispuestos a llegar a un acuerdo sobre la bajada del IBI, en un punto intermedio entre el 10 por ciento que proponemos y el 3 por ciento que plantean, pero, a día de hoy, ninguna de las propuesta del PP están incluidas en la ordenanza», señaló.
Lo que pasará en los próximos días es todavía un interrogante, aunque la voluntad de todas las partes sigue siendo la de alcanzar acuerdos. En el PP, por el momento, no descartan ninguna opción. Ni siquiera, llegado el caso, la de una posible abstención que, unida al voto a favor de Cs, garantice al menos la bajada del 3 por ciento del IBI. «Todo lo que sea bajar impuestos va a contar con el apoyo del PP», aseguró Pérez. Y aunque reconoció que la propuesta actual es «poco ambiciosa» sí advirtió que se trata de «un proceso abierto» en el que su formación está dispuesta «a negociar y a ceder», aunque siempre «por la ciudad y no por la estrategia personal de Juan Espadas».
¿Y los presupuestos?
Parece claro que lo que ocurra con las ordenanzas fiscales tendrá su reflejo en el debate de los presupuestos para 2018. En este sentido, Millán aseguró que «Sevilla necesita que estén en tiempo y forma, para que en el mes de enero entren en vigor». Pero para sumar sus votos a los del gobierno, Cs exige que se cumplan todos los acuerdos del pacto que posibilitó la aprobación de las cuentas locales del actual ejercicio, cuatro «líneas naranjas» de las que de momento «solo se ha cumplido la bajada del IBI».
El PP, por su parte, reclamó al alcalde «altura política» y le ofreció la posibilidad de contar con una mayoría de 23 concejales –los suyos y los socialistas– que le permitan que estén aprobados «sin sobresaltos y cuanto antes». Para ello, los populares exigirán al gobierno que se desarrollen una serie de proyectos planteados por una oposición «leal, constructiva y responsable». Sí advirtió que «un no a las ordenanzas fiscales podría condicionar el de los presupuestos».