Desesperación entre volantes

El martes previo al festivo local registra numerosas retenciones en el entorno del Real de la Feria, cuyo acceso en vehículo privado se convierte en una odisea

Manuel Pérez manpercor2 /
17 abr 2018 / 20:48 h - Actualizado: 17 abr 2018 / 22:49 h.
"Feria de Abril","Movilidad","Tráfico","Feria de Abril 2018"
  • La red de autobuses metropolitanos acercan a la Feria a los vecinos de los municipios cercanos a la capital. / El Correo
    La red de autobuses metropolitanos acercan a la Feria a los vecinos de los municipios cercanos a la capital. / El Correo
  • Una parada de taxis en el Real. / Jesús Barrera
    Una parada de taxis en el Real. / Jesús Barrera
  • La bicicleta es otra alternativa para llegar al recinto ferial de Los Remedios. / El Correo
    La bicicleta es otra alternativa para llegar al recinto ferial de Los Remedios. / El Correo
  • Muchos coinciden en señalar a los carruajes como ralentizadores del tráfico. / Manuel Ibáñez
    Muchos coinciden en señalar a los carruajes como ralentizadores del tráfico. / Manuel Ibáñez
  • Las calles del Real, repletas de personas. / Jesús Barrera
    Las calles del Real, repletas de personas. / Jesús Barrera

Si todos los caminos conducen a Roma, los que llevan al Real de la Feria son un auténtico caos en estos días de albero y farolillos. No se engañe, dilecto lector. Hay una cosa mucho más difícil y enrevesada que encontrar al colega de turno en Jesulín de Ubrique número 14 –nótese la ironía– y es llegar a la Feria en coche. Una tarea al alcance de unos cuantos valientes que se atrevieron a desafiar a las largas colas y los atascos que se iban generando en las zonas aledañas al Real de los Remedios.

Uno de los puntos calientes en materia de tráfico es la Glorieta de los Marineros Voluntarios. La reordenación de esta zona durante la Feria de Abril, consecuencia del plan de movilidad, restringe el acceso de vehículos particulares por la glorieta hacia la Avenida de María Luisa en dirección al Prado de San Sebastián, que se convierte en una vía de sentido único durante la semana de farolillos. La medida busca priorizar y garantizar la fluidez del servicio público de transportes, que son los únicos que tienen acceso. Ni siquiera los coches de caballos pueden pasar porque ralentizarían mucho el tráfico, si bien son muchos los conductores que se tiran de los pelos cuando tienen delante un carruaje.

No obstante, las colas que se originan pueden llegar a ser realmente desesperantes. Este martes se registraron atascos importantes en el nudo de Marineros Voluntarios y que se extendían por Paseo de Colón, Avenida de María Luisa, Virgen de Luján y Paseo de las Delicias. El atasco llegó a afectar a la zona del Prado de San Sebastián, Avenida de Portugal, Avenida de Carlos V y la calle Enramadilla.

«El otro día tardamos hora y media en llegar a la Feria con el coche», cuentan Paco y Lucía, un matrimonio que tiene un abono de aparcamiento que le permite acudir en coche al Real. Uno de esos aparcamientos es el P3, situado en el solar contiguo a las instalaciones deportivas del Círculo Mercantil. Un total de 580 plazas que no llegaron a llenarse, si bien hubo más afluencia de lo normal.

Este martes fue víspera de festivo. Algo que, unido al tiempo casi veraniego con temperaturas superiores a los 25 grados, hizo que el tráfico estuviera «algo más denso de lo habitual», como afirmó un agente de la Policía Local que se encontraba controlando el acceso en Marineros Voluntarios. Otro policía, sin embargo, veía «normalidad» en el tráfico. «No veo que haya más coches que un día cualquiera», afirmó con rotundidad antes de explicar que hay ciertas horas que son claves, como el almuerzo, los toros, la salida de los carruajes del recinto ferial y la cena. «Todo el mundo quiere venir a disfrutar y aquí estaremos nosotros para que eso sea posible», apostilló este agente que oteaba desde su punto de control todos los taxis y autobuses que bajaban del puente de las Delicias hacia Virgen de Luján.

Este miércoles será festivo local, pero no se espera que la afluencia de coches sea excesivamente superior. «Habrá más tráfico, pero no creo que el festivo vaya a disparar el número de coches que vienen a la Feria», dijo uno de los policías. En todo caso, afirman los agentes, es posible que el día festivo presente un tráfico mucho más constante y persistente que el registrado durante estos días de farolillos. Es decir, se prevén más desplazamientos hacia el Real de la Feria, ma non troppo, pero no demasiado.

Por poner un ejemplo, si se accede por Torneo, las colas pueden empezar a surgir en hora punta en Plaza de Armas. Por esta razón, el mejor antídoto para evitar la desesperación al volante es el transporte público, si bien en los últimos días han sido muchos los ciudadanos que han dejado ver en las redes sociales su descontento con el servicio del taxi. La noche del pescaíto se registraron colas kilométricas en las paradas de taxis. Unas colas que numerosos taxistas parecieron borrar de sus hojas de ruta, prefiriendo cargar a los clientes en la acera de enfrente.

Por su parte, el despliegue que de un tiempo a esta parte desarrolla Tussam en Feria parece dar resultados. Aunque muchos usuarios se quejan de que los autobuses se llenan demasiado y parecen latas de sardinas, lo cierto y verdad es que la frecuencia de paso de los vehículos es bastante alto, amén de la ampliación horaria de numerosas líneas así como el servicio ininterrumpido de la línea 3, que un año más se erige como una de las más demandadas por facilitar el acceso a la Feria desde el sur y el norte de la ciudad tomando al río Guadalquivir como eje vertebral.

A pesar de que el coche es un medio muy cómodo, bien es cierto que en Feria plantea más inconvenientes que ventajas. No se trata solo de lo complicado de acceder al Real o aguantar los atascos y no morir en el intento. Más bien se trata de garantizar el cero alcohol al volante. Porque más vale prevenir que curar.