«Díaz ha sido de ‘conmigo o contra mí’ desde que era joven»

Una socialista histórica en la acera de Sánchez. Mandamás de la potente agrupación sevillana, diputada en el Congreso, consejera de postín y voz autorizada con el marchamo de saborear la famosa tortilla que esos jóvenes rojos legaron como foto de una época de rebelión

25 abr 2017 / 21:09 h - Actualizado: 25 abr 2017 / 21:17 h.
"Política"
  • Carmeli Hermosín, en el acto de inicio de recogida de avales de Pedro Sánchez celebrado en Sevilla. / José A. Muriel
    Carmeli Hermosín, en el acto de inicio de recogida de avales de Pedro Sánchez celebrado en Sevilla. / José A. Muriel

{ Carmeli volvió, hace apenas unos días, a la histórica sede de Luis Montoto, donde tantas horas despachó en variopintas tareas: desde la gestión hasta el entuerto. «Yo he sido aparato», clamó en el patio central mientras pedía el voto para Pedro Sánchez, en un acto de los rebeldes que la tenía como estrella destacada. Ahí estaba, apoyando casi sin fisuras al rival acérrimo de esa joven decidida e impetuosa a quien ella mismo había dado la venia en esto de la política de partido.

—De nuevo en Luis Montoto, aunque por otros motivos. Se retiró de la política en 2011.

—Sí, y no me retiró nadie, tomé la decisión porque había cumplido tiempo de actividad política y tenía que apartarme. Si hubiera tenido intención de seguir, el partido estaba dispuesto a apoyarme.

—Esa salida de la política activa coincidió con el ascenso de Susana Díaz.

—Sí, aunque no hay relación entre ambos supuestos. Cuando yo tomé esa decisión, el presidente de la Junta era Griñán y él me dijo que me hubiera apoyado. Con Susana nunca he tenido ninguna discrepancia fuerte. Cada una tiene sus maneras, somos de distintas generaciones. Hemos coincidido mucho en el partido, la recuerdo cuando empezó. La primera vez que fue en la candidatura del Ayuntamiento yo era Secretaria General e incluso apoyé que fuera en la lista. Aunque no he estado en su ámbito más estrecho, sí he estado con ella, pero lo que ha sucedido después es un tema distinto.

—Desde primera hora, ¿qué impresión le dio?

—La conocí desde Juventudes Socialistas, ya despuntaba. Era muy activa, trabajadora, con mucho empuje. También tenía ya esos métodos, que no son exclusivos de ella, y que son los de estar conmigo o de estar contra mí. Ella ya lo practicó mucho en esa época. Yo no estaba en ese grupo, pero los compañeros sí contaban sus confictos con otros compañeros.

—Por ejemplo con Gómez de Celis

—Sí, es conocido que mantienen enfrentamientos desde las Juventudes, por controlar esa organización. Los métodos que ella ya tenía no eran acordes a un ámbito juvenil.

— Fíjese que ha sido defensora de la mujer en el ámbito político y ahora que parece que una mujer se puede poner al frente del PSOE, le pilla con el paso cambiado.

—Es que estas cosas, no se eligen. Por supuesto, yo desde muy joven, en política, siempre he tenido esas ideas. Desde las reuniones en la clandestinidad las mujeres éramos muy pocas. Se ha avanzado mucho, pero lo que siempre he dicho es que la mujer ha de tener igualdad de oportunidades en política y que eso no quiere decir que haya que votar a una mujer por el hecho de ser mujer.

— ¿Cree más en Pedro porque no cree en Susana?

—No, no. Cuando Pedro se presentó a las primarias en 2014 yo no lo voté. No lo conocía, sí a Madina. Nadie pedía avales para Madina en Andalucía. No tengo una especial vinculación con Sánchez, pero los acontecimientos que han llegado después, han provocado mi apoyo hacia él, porque pienso que lo que ha ocurrido en el partido, la defenestración de un secretario general por esos métodos, es intolerable. No entro a valorar si tienen razón o no. Todos la tienen, Pedro ha cometido errores. Pero llevo muchos años en el PSOE y lo que he visto es inadmisible. Pero respeto a Susana Díaz.

— Andalucía le dio la llave a Sánchez, y ahora puede dársela a Díaz.

—No lo sé. En el 14 no se esperaba lo que ocurrió. En las primarias a veces salen cosas que no se esperan.

— Que se lo digan a Almunia, en aquellas con Borrell...

—Pues sí. Fíjate que a Felipe le preguntaron el otro día que a quien iba a votar y dijo que no lo diría porque cada vez que lo ha dicho, ha salido otro. Es posible que pueda ganar Susana, en Andalucía sí, pero se ha levantado una reacción de afiliados hacia la candidatura de Pedro que está siendo muy sorpresiva.

— Esas primarias se parecen a las actuales. Es curioso entonces apoyó a Almunia y su marido a Borrell.

—Sí. Somos pareja desde hace muchos años, pero nunca hemos perdido la autonomía. Yo fui con el candidato de González, y a mí me parecía bien lo que decía González, que era el camino de mi secretario general. A Felipe le tengo un gran respeto, admiración y cariño.

— Pero pertencía al aparato y tenía que apoyar al candidato oficial.

—Claro, yo era aparato. Pero es que dicho así, la palabra aparato parece algo negativo. Tiene sentido, pero tiene que haber democracia en los órganos del partido, y que haya lealtad. Cuando se elige a un secretario general, hay que respetarlo. Y si comete errores, hay que hablar y tratar las cosas con franqueza, pero no esta batalla que se le ha presentado desde el inicio de su mandato.

— Gane quien gane, los que ya han perdido son las siglas. Hay demasiada división.

—Se ha producido una brecha en la organización, quizás porque las cosas no se han explicado bien. Salga quien salga, tendrá que hacer un gran esfuerzo por arreglarlo.

— De la famosa foto de la tortilla, eres la única ‘sanchista’.

—(Risas) No es obligatorio que todo el mundo tenga que decir con quién está, aunque yo lo haya dicho. Todavía queda mucha campaña... y además, el voto es secreto. Cuando haya un acto de López o Díaz en Sevilla,yo voy a ir. No me van a poner en primera fila, pero voy a ir. Luego votaré, y no voy a cambiar mi voto que será a Pedro, lo tengo claro.

—Este proces interno implica también un camino ideológico.

—Pues sí. En el PSOE siempre hubo dos almas. Ahora también. Susana representa una opción más conservadora, que no digo que sea negativo.

— ¿No es negativo dar el gobierno al PP?

—Eso se puede discutir. Porque se puede desbloquear la situación, que había que hacerlo, pero no a cambio de nada, como se hizo.

— ¿Es compatible liderar el PSOE y presidir la Junta?

— Yo he sido Consejera de la Junta y he visto la agenda y el día a día de Manolo Chaves, un presidente que fue extraordinario para Andalucía, y no tenía ni un hueco libre. Y eso era teniendo una dedicación súper exclusiva, porque Andalucía no es una región como otras, es más grande que algunos países europeos. Admiro el trabajo en la Junta de Susana, pero creo que llevarlo al mismo tiempo que el PSOE es imposible.