“Disfruto más reinvirtiendo en mi empresa que comprando una casa en la playa”

Manuel Sánchez Vázquez, empresario y humorista. Desde los 17 años se gana la vida en escenarios y platós, a los 20 fundó su empresa y a los 31 tiene en nómina a 100 personas entre su productora sevillana, su filial mexicana y una red veterinaria. Todo esto y mucho más es Manu Sánchez

Juan Luis Pavón juanluispavon1 /
08 jul 2017 / 21:21 h - Actualizado: 08 jul 2017 / 21:32 h.
"Son y están","Entrevista"
  • Manuel Sánchez Vázquez, popularmente conocido como Manu Sánchez, estrenará en octubre su espectáculo ‘El Buen Dictador’. / Manuel Gómez
    Manuel Sánchez Vázquez, popularmente conocido como Manu Sánchez, estrenará en octubre su espectáculo ‘El Buen Dictador’. / Manuel Gómez

“Mi madre me dice: '¿Tú cuándo desconectas del trabajo, hijo?'. Y le respondo: 'Mamá, lo que hago es cambiar de palo. Si estoy agobiado con un tema de nuestra empresa en México le meto mano al texto de mi próximo espectáculo, y si me atasco en esto, me pongo con otro proyecto pendiente. Y mantengo la reconfortante sensación de estar disfrutando de todo a lo que me dedico”. Así es Manuel Sánchez Vázquez, nacido en Dos Hermanas, de 31 años de edad. Quien conozca solo a Manu Sánchez como humorista, actor, presentador y personaje de televisión (ahora en Telecinco con Risto Mejide), descubrirá con esta entrevista su dimensión empresarial.

Háblenos de su familia.

Mi madre trabaja de administrativa y mi padre, mecánico tornero, ejerce de encargado en la empresa OFM, de maquinaria sobre todo para la industria de la aceituna de mesa: deshuesadoras, rellenadoras, empaletizadoras,... Soy el mayor de tres hermanos y he tenido la suerte de ser criado también por mis abuelos.

¿Dónde estudió?

Primero en el Colegio Nuestra Señora de la Compasión, de una congregación francesa, gestionado por monjas muy modernas, iban en vaqueros y blusa, no llevaban hábito. De adulto he descubierto que su enseñanza estaba por delante de lo habitual en nuestra tierra. Sobre todo en educación en valores, con una mentalidad muy abierta. Después estuve en el Instituto de Secundaria El Arenal. Hice el bachillerato tecnológico. Me matriculé en la Universidad de Sevilla para Ingeniería de Telecomunicaciones, porque se me daba muy bien estudiar y aprender, y se sabía que tiene más fácil salida laboral. Pero descubrí que había compañeros de carrera tan apasionados por la ingeniería que hasta quedaban los fines de semana para ejercitarse en resolver infinitos supuestos. Y lo disfrutaban. Al compararme, aprendí que esa no era mi pasión, y dejé esa carrera. No fue fácil convencer a mi familia.

¿Qué se planteó como alternativa?

Entendí que mi pasión era escribir, era comunicar. Que uno ha de volcar sus esfuerzos en lo que contribuya a alcanzar la mejor versión de ti mismo. Así se tienen muchas más papeletas para prosperar. Me pasé a la carrera de Periodismo, que voy completando poco a poco a través de la UNED. Porque desde los 17 años estoy actuando. El monólogo era para mí un hobby, se estaba poniendo de moda gracias a la televisión el formato 'stand up comedy'. Yo no pensaba dedicarme a eso, ni al humor. La primera vez que lo hice ante amigos, en 2002 en la Feria de Dos Hermanas, era solo un divertimento con los compañeros del equipo federado de baloncesto en el que jugaba. Pero comenzaron a propagar que lo hacía bien, y empezaron a llamarme para diversos locales, y no les importaba que repitiera lo único que yo tenía preparado, y aquella ola fue creciendo, y pronto me vi casi a diario encima de un escenario, y me gustaba la relación con el público, y ganando un dinerillo para mis gastos sin tener que depender de mis padres.

Para usted, ¿qué es el humor?

El humor es algo innato a nuestra forma de afrontar la vida a diario. El cristal con el que solemos filtrar la realidad, las buenas y malas noticias, las alegrías y las desgracias... El humor, entre nosotros, es puro instinto de supervivencia. Es una herramienta por la que hemos decidido verle a cualquier cosa su cara positiva.

¿Y no será también un placebo para el conformismo?

Muchas veces me he preguntado si el humor no es también una vía de escape que fomenta el sistema para que nos relajemos. El humor no ha de ser una cortina de humo para tapar problemas. El humor que me gusta a mí es el que mete un poco el dedo en el ojo o en la llaga. El humor que causa una risa que puede ser útil, el que pone los puntos sobre las íes y airea las vergüenzas. Defiendo que el humor es algo muy serio, para tratar de modo alegre las cosas muy serias. Porque serio no es sinónimo de triste.

Esa espontaneidad inicial, ¿cómo evoluciona hacia la profesionalidad?

Cuando empecé, mucha gente no estaba habituada a ese tipo de espectáculos, les parecía extrañísimo que cortaran la música y no saliera un grupo a cantar por bulerías, sino un tío para hablar. Agradezco haberme criado en esa jungla, y aprender a valerme por mí mismo. Porque nunca podrá pasarme en un teatro o en un plató algo que no me haya sucedido antes en un garito donde había que sobrevivir a los dos graciosos que intentan reventarte la actuación. Como en muchos pueblos donde no había estado nunca, no conocía a nadie y yo era el forastero. O conseguía imponerme con mi actuación, o me volvía llorando a casa.

¿Le quisieron encasillar como chistoso?

Nunca he sabido contar chistes, me agobia la presión de tener que hacer gracia sobre todo con la frase final. Me gustaban las historias de Paco Gandía y de Gila, donde lo importante es la trama y no el final. Cuando empecé a tener que preparar más textos para incrementar el repertorio de monólogos, vi que en el formato del 'stand up comedy' una de las claves que mejor funciona es decir la verdad a través del humor. Porque muchas veces las personas no están acostumbradas a escuchar la verdad sobre la relación padre-hijo, sobre la relación de pareja, sobre muchas situaciones sociales, y les hace gracia.

¿Cómo asimiló los primeros síntomas de popularidad?

Recuerdo perfectamente la primera vez que me reconoce alguien por la calle, la primera vez que alguien se sabe mi nombre, la primera vez que alguien sabe en qué programa salgo.... Hay una frase que me dicen mucho y que a mí me hace gracia: “Manu, yo a ti te conozco de cuando tú no eras nadie”. Y respondo: “Usted querrá decir antes de yo salir en la tele, está feo decirle a alguien que tú no eres nadie si no sales en la tele”.

¿Quién fue clave para dar el salto a las televisiones?

Tomás Summers fue quien me dio la primera oportunidad para actuar en televisión. Tenía yo 18 años, y debuté en un programa de sábado noche en TVE que se montó para reemplazar el de José Luis Moreno. Duró solo cuatro semanas. Y había directivos del ente público a los que no gustaba mi estilo, y decían que no me entendían porque hablaba muy deprisa y tenía mucho acento andaluz. Pero Tomás siguió contando conmigo para programas en TVE y en Canal Sur. Aguantó las presiones de los directivos televisivos que le pedían orillarme. Con él, y con su socio Pepe Flores, un gran productor, aprendí mucho de los dos durante varios años. Poco a poco comencé a tomar decisiones no solo sobre mi creatividad, sino también sobre la dirección. Y cuando dejaron de compartir sociedad, en 2007 entendí que era el momento en que debía crear mi propia empresa y tomar todo el control sobre mis espectáculos.

¿Fue otro acto de valentía?

Con todo el dinero que yo había acumulado, un asesor fiscal me recomendó invertirlo en franquicias de lunas de coches o en tintorerías, me decía que eso era muy rentable. No le hice caso, yo tenía 20 años y vi que ni debía hacer eso, ni comprarme una casa en la playa, sino invertir en crear una productora para apostar por mi creatividad, fichando a buenos profesionales. Así empezó 16 Escalones, con sede en Dos Hermanas.

¿Cuántos puestos de trabajo están vinculados ahora a su actividad empresarial?

En la productora 16 Escalones, el promedio al cabo del año es de 25 trabajadores. Ahí incluyo la ticketera digital que hemos creado hace dos años, Sacaentradas.com. Con mis socios tengo en México la filial Destino Entertainment, donde en los momentos de más carga de trabajo hay 60 personas contratadas. Y ahora sumo otros 15 más en la empresa donde acabo de entrar como socio para impulsarla: UVI24.

¿La exposición sobre los guerreros de terracota de Xian fue la primera actividad empresarial al margen de sus producciones humorísticas?

No, la primera fue crear un video en 3D para hacer entendible fácilmente a cualquier promotor, constructor y arquitecto toda la normativa de accesibilidad en edificios, que suma miles de páginas.

¿Esa exposición fue una oportunidad de las que se cazan al vuelo?

Después de muchos años sin parar de hacer programas de televisión, cuando Canal Sur decidió dejar de contar con nosotros, empezamos a montar otros proyectos televisivos, ofreciéndoselos a las cadenas nacionales. Pero eso no sale adelante ni de un trimestre para otro. Y vi la necesidad de diversificar para mantener a la plantilla de la empresa. Conocí a Iñaki Fernández, de la productora Letsgo, desde entonces somos socios. Y por casualidad nos llegó el ofrecimiento, muy asequible, de exposiciones divulgativas de alto nivel. La que nos pareció más atractiva para rentabilizarla era la de los famosos soldados chinos de terracota, Patrimonio de la Humanidad.

¿Qué se planteó para no incurrir en errores de novato como gestor?

Aprender a comunicar proyectos que no se asociaran al personaje de Manu Sánchez, para no despistar. Por eso fichamos al historiador y divulgador Javier Sierra como comisario de la exposición, para aprovechar también su popularidad. Lo más importante, con los Guerreros de Xian, en la que teníamos el marchamo del Gobierno chino de que eran las réplicas oficiales de las esculturas, fue modernizar su puesta en escena y convertirla en una exposición multimedia, incorporándole además un documental. Y fue un gran éxito. En España la vieron más de 300.000 personas, sumando los asistentes en Madrid, Barcelona, Sevilla y Bilbao.

¿Cómo reinvirtió los beneficios?

Era el momento de consolidar en la empresa la diversificación de actividades. Fui de visita a México, a ver a David Vico, que había colaborado conmigo en el programa Colga2, de Canal Sur, y a quien había fichado la Universidad Autónoma de México (UNAM) por su experiencia en montar eventos sobre filosofía con un formato atractivo para los jóvenes. Y descubrí el auge económico y social que hay en México. Y las oportunidades de desarrollar desde allí producciones en habla hispana para ciudades importantes de Estados Unidos, y para el resto de Latinoamérica.

¿Lo suyo es 'hacer las Américas' sin salir a escena?

Sí. Mi socio en España para las exposiciones es el productor para España del cabaret The Hole. Y decidimos crear una empresa filial en México, con el nombre de Destino Entertainment, y testar el mercado mexicano con ese espectáculo durante un año. Buscamos socios locales, todo se puso en marcha. Y, solo dos semanas antes del estreno en el Foro Polanco, en la mejor zona de la capital, con toda la inversión hecha, esos socios dicen que no se hacen cargo de la explotación de ese espacio escénico. Tuvimos que decidir entre perder todo lo invertido, o echarle valor y también hacernos cargo de su gestión. Y salimos ganando. Lo hemos rebautizado como Gran Teatro Molière, porque está en la Avenida Molière, y ese guiño teatral es un valor añadido. Tiene 1.300 localidades, e invirtiendo en él lo hemos convertido en un teatro a la italiana. De ser un espacio con sillas plegables, ahora tiene su buena butaquería, palcos, caja escénica,... Con The Hole, y Dirty Dancing, y Peter Pan, etc. ya es de referencia en México para disfrutar de musicales. Y tenemos los derechos para gestionarlo durante 25 años.

¿No han montado en México exposiciones?

Hemos tenido abierta durante dos años en la capital, prorrogándose por éxito de público, la exposición divulgativa CSI Las Vegas, sobre las técnicas forenses de investigación científica y policial, y con el reclamo de la serie de televisión. Logramos la colaboración de la UNAM, nos cedieron el Palacio de la Autonomía, un lugar formidable, al lado de la Plaza del Zócalo.

Su próximo espectáculo como protagonista es 'El Buen Dictador'. ¿Va en la línea de 'El Rey Solo' y de 'El Último Santo'?.

Se estrenará en octubre en el Gran Teatro de Huelva, donde nos van a dejar ensayarlo durante varias semanas. Completa la trilogía Monarquía-Iglesia-Estado, que surge porque me apetecía dar un salto de calidad en lo que yo ofrecía en directo, y seguir mejorando. Llenaba teatros haciendo monólogos, y quería llenar haciendo teatro. Me puse en manos del director Julio Fraga, y con la ayuda de Verónica Hernández se diseñó el montaje escénico. El texto sigue siendo creado por mí. El miedo era que con esa nueva fórmula ni atrajera al público asiduo a los espectáculos teatrales, ni a los que son adeptos del formato monólogo televisivo, ni a los que buscan solo los tics del personaje Manu Sánchez. Hemos logrado atraer a todos, no decepcionarles, y estoy muy agradecido al público, con llenos en los teatros de muchas ciudades. En Sevilla, me daba miedo un auditorio tan grande como el de Fibes, con 3.500 butacas, y acabamos haciendo doble sesión para dar cabida a 7.000 personas.

¿'El Buen Dictador' es una parodia de los líderes populistas?

Por ahí van los tiros. Chaplin parodió a Hitler en El gran dictador. Woody Allen a Fidel Castro en Bananas. Sasha Baron Cohen a Gadafi en El dictador. Y ahora es la época de Donald Trump como dictador de referencia, al que se le va un poco la pinza. Machista, xenófobo y ejemplo de los populistas que llegan al poder a través de las urnas con mensajes facilones y quieren reventar desde dentro los sistemas democráticos en lugar de mejorarlos. Y también hablaremos de España, claro.

¿Qué es la empresa UVI24?

En una entrega de premios en Málaga de la que fui presentador, descubrí a Santiago Villalobos y Óscar Echeverría, los galardonados por el proyecto UVI24, Urgencias Veterinarias Internacionales, para las mascotas. Una aplicación en el móvil, como botón de emergencia, que te descargas gratis, y con la que llamas gratis para que auxilien cuando tu mascota tiene un problema, y te orientan hacia el mejor veterinario más cercano, estableciendo filtros de calidad y especializaciones por animales. Me pareció una idea buenísima, de las que me sorprende que nadie hubiera invertido en ella antes. Y me he asociado a ellos para potenciar su comunicación, con un equipo de 15 personas. Ya se atiende en inglés, alemán, francés y español. Hemos iniciado su desarrollo en España, donde, además de los españoles que tienen animales de compañía, muchos turistas europeos viajan a nuestro país con los suyos. Nos están llegando ofertas para extenderlo a nivel internacional, y la tenemos registrada y patentada para proteger el control sobre la idea, la marca y la propiedad.

¿Los jóvenes profesionales andaluces del sector cultural han aprendido a internacionalizar sus ingresos y a no depender del mercado local o regional?

Mi generación no es la generación perdida. No estamos perdidos. Estamos moviéndonos por todas partes. Que la movilidad geográfica sea porque tu proyecto lo requiere, no porque haya que huir. Es estupendo montar proyectos en otros sitios. Es una desgracia si ocurre porque en tu tierra no puedes. Pensémoslo, como ejemplo: Mientras algunas campañas de publicidad de la Junta de Andalucía las sigan haciendo empresas de Madrid, aquí tenemos un problema. No pido una autarquía, pero hay que tomarse en serio el tejido industrial de la cultura en Andalucía.

¿Cuál es su referente?

Me encanta cómo Francia defiende la cultura como cuestión de Estado, y hace de ella industria cultural. En España, parece que solo Rafa Nadal es cuestión de Estado. Me encanta Rafa Nadal. Pero, ¿por qué no hacemos en Andalucía de la industria cultural una de nuestras banderas, igual que con el turismo y la aeronáutica? Las empresas culturales en Madrid se basan muchas veces en talentos andaluces. ¿Es porque en Andalucía no hay buenos empresarios para eso? No lo creo. ¿En qué está fallando la Administración para no favorecer la iniciativa empresarial en el sector cultural?

¿Qué le gustaría hacer en Sevilla como empresario?

Lograr que haya teatros y otros espacios escénicos donde, como en Madrid o Barcelona, se exhiban buenos espectáculos en cartel durante toda una temporada, y no solo dos o tres días. Está muy bien que mucha gente coja el AVE para ir a Madrid a ver musicales como El Rey León. Estaría aún mejor conseguir que muchos más cogieran el AVE para venir a Andalucía a ver espectáculos en los teatros. Es una barbaridad que, por ejemplo, el flamenco, que ha tomado los grandes teatros en el mundo, no se ofrezca en Andalucía de esa manera y de modo continuo.

En las redes sociales ha tenido mucha aceptación su comentario 'Que emprenda tu padre'.

Yo animo a emprender, y a ser empresario. Pero critico el discurso vacío que todo lo llena con la palabra emprender y no cuenta la verdad de lo que es emprender. La primera trampa: parece que estamos eternamente empezando. Yo fui emprendedor cuando emprendí, y ahora soy un empresario. Que no dé urticaria usar la palabra empresario. Quien tiene una empresa es empresario, no emprendedor. Y hay empresarios buena gente, empresarios cabrones, empresarios rubios, empresarios morenos,... Insisto: apoyo que se fomente la cultura de la iniciativa empresarial. Pero desde la Administración se debería tener más cuidado para no venderle a la población que está desesperada por llevar varios años sin encontrar trabajo, que la solución es alquilar un local y montar una tienda de lo que sea, y que eso es emprendimiento. A la desesperada no se emprende bien. No obliguemos a la gente a hacer 'puenting' con su vida.

Como empresario, usted habla el lenguaje de la calle, no el políticamente correcto.

Porque nos habla de emprendimiento gente que no ha emprendido nunca. Nos hablan del mundo de la empresa gente que no tiene una empresa. Voy a muchos actos donde hay representantes de instituciones públicas, les oigo, y pienso: “¿Saben acaso lo que es llegar a agosto y pagar las nóminas de tus trabajadores, que van a tener sus merecidas vacaciones, cuando probablemente no vas a lograr ingresos en agosto, y desde septiembre del año anterior tienes en mente que con el trabajo de 11 meses has de conseguir pagar también el mes de vacaciones?”. Y también pienso: “¿Saben lo que supone para quien está al otro lado de la mesa que, en el ámbito que gestionan políticamente, se dilaten los trámites para permitir la realización de un proyecto en el que ya has invertido dinero?”. “¿Saben que así se vienen abajo las previsiones de rentabilidad?”.

Ponga un ejemplo de ese tipo de situaciones.

Quienes nos dijeron, ¡solo dos semanas antes!, que no se podía montar en las Setas de Sevilla la exposición de los Guerreros de Xian, porque calculaban que no estaba bien repartida la carga del montaje, son los que no calculan la diferencia de ingresos para una empresa entre cuánta gente la hubiera visto en Navidad en las Setas en comparación con los que fueron a verla al Muelle de las Delicias. Eso ocurre porque no se empatiza con quien arriesga su dinero. Si nos lo hubieran permitido, por supuesto que hubiéramos replanteado esas cuestiones de carga, antes que resignarnos a que nos reventaran un proyecto empresarial que le aportaba a la ciudad un atractivo cultural.

Si en esos actos usted fuera el orador y no el presentador, ¿qué recomendaría a los jóvenes?.

Merece la pena poner en marcha una empresa. Incluso cuando no confian en ti. Muchas veces, llego a la oficina y están con las orejas agachadas porque ha salido algo mal, y yo siempre digo lo mismo: “Bueno, ya sabemos lo que nos ha costado este 'máster'. Ya sabemos lo que no tenemos que volver a hacer, ya hemos aprendido”. Seguimos adelante, seguimos creciendo. Y ha sido especialmente complicado mantener la empresa en Andalucía, para que la mayor parte de los puestos de trabajo se generen en Sevilla. Porque la tentación es irse a Madrid. Porque en España el único modelo que le entra en la cabeza a mucha gente para que te tengan en cuenta empresarialmente es instalarse en Madrid. Se creen que la población residente en el resto de España solo tiene como función atenderles cuando ellos salen de Madrid para hacer turismo.