Doce buzos rastrean 800 puntos de la dársena en busca de los restos de Marta del Castillo

Los padres siguieron los trabajos esperando que «acabe esta pesadilla». «Si pudiera, la habría buscado como he hecho en otros sitios», ha dicho el padre de la joven.

20 feb 2017 / 15:28 h - Actualizado: 20 feb 2017 / 23:20 h.
"Sucesos","Caso Marta del Castillo"
  • Labores de rastreo de los buzos de los GEO. / Manuel Gómez
    Labores de rastreo de los buzos de los GEO. / Manuel Gómez
  • Antonio del Castillo y Eva Casanueva miran las labores de los buzos. / Manuel Gómez
    Antonio del Castillo y Eva Casanueva miran las labores de los buzos. / Manuel Gómez
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  • Hubo gran expectación en la zona. / Manuel Gómez
    Hubo gran expectación en la zona. / Manuel Gómez
  • Labores de rastreo de los buzos de los GEO. / Manuel Gómez
    Labores de rastreo de los buzos de los GEO. / Manuel Gómez
  • Labores de rastreo de los buzos de los GEO. / Manuel Gómez
    Labores de rastreo de los buzos de los GEO. / Manuel Gómez

Ocho años después, la investigación por el crimen de Marta del Castillo vuelve a mirar al río Guadalquivir. Esta vez en la dársena, entre la Barqueta y el Alamillo, donde doce buzos de la Policía Nacional rastrean 800 puntos previamente marcados por el sonar de la Armada como susceptibles de que sean restos. Los padres de la chica siguieron los trabajos esperanzados de que «esta sea la última vez» que buscan el cuerpo de su hija y termine «esta pesadilla». Es la octava gran búsqueda que presenciamos los medios de comunicación, aunque a Marta se le ha buscado en este tiempo en centenares de lugares, muchos de ellos insospechados y tras seguir todo tipo de pistas.

A primera hora de la mañana, el Grupo Especial de Operaciones (GEO) comenzaba en el Centro de Alto Rendimiento (CAR) con los preparativos para las inmersiones que les permitirá rastrear los 800 puntos marcados por el sonar Escandallo de la Armada, que peinó el fondo fluvial el pasado sábado. Con el informe en la mano, la Policía ha decidido dividir el tramo entre los puentes de la Barqueta y del Alamillo en nueve zonas. La primera que se ha rastreado ha sido la orilla y la zona más próxima al pantalán situado entre ambos puentes, justo en el túnel de desembocadura de la calle José Díaz. «Es una zona que está bastante cerca del domicilio de Carcaño y yo recuerdo que los amigos de Marta al primer sitio al que vinieron a buscar fue a esta a zona, al pasaje este», aseguraba la madre de la joven, Eva Casanueva, al ser preguntada por los periodistas sobre las posibilidades de que los restos de su hija estén ahí.

Para Antonio del Castillo «no es buscar por buscar, yo no molesto a nadie para buscar por buscar, si hay indicios sí. Hay sitios en los que he buscado por buscar, pero soy yo en particular y por quitármelo de la cabeza. Aquí no tengo posibilidad de hacerlo yo, pues cuando yo puedo hacer las cosas procuro no molestar y sin montar este revuelo. No es la primera vez que lo hago», ha indicado Del Castillo.

Sobre las 10.50 horas, los primeros buzos se introdujeron en el agua, después de que varios agentes de los GEO marcaran la zona mediante boyas. Estas van unidas por unas cuerdas que se introducen en el agua formando una especie de calles y que permite a los buzos orientarse en un entorno turbio y con muy escasa visibilidad y a unos siete metros de profundidad. «El día está nublado pero también les viene bien que haya menos luz, porque las partículas con la luz hacen como un efecto de espejo, según nos han explicado», ha señalado el padre de Marta.

En total, en esta tarea, para la que no se ha puesto una fecha concreta de finalización, según fuentes de la Policía Nacional, trabajan doce buzos repartidos en dos turnos y en tres parejas. Los buzos han estado auxiliados en todo momento por una zodiac, en la que siempre va un buzi de seguridad para poder asistir a sus compañeros en caso de emergencia. Mientras fuera del agua, la Policía Nacional mantiene cortado la zona baja del Paseo Juan Carlos I desde las proximidades del Alamillo hasta casi la Barqueta para evitar el paso de peatones por la zona en la que se ha desplegado todo el dispositivo policial, situado justo a la salida del túnel de la calle José Díaz. Desde allí, los jefes policiales coordinan los trabajos y es donde se han visto con los padres de la chica, a los que les han transmitido que «están animados» y que «no van a dejar nada sin mirar», ha señalado Eva. Todo ello bajo la atenta mirada de los cientos de ciudadanos, que se asomaban desde la zona alta del paseo hacia el río, muchos de ellos ataviados con ropa deportiva, pues es una zona muy usada por corredores y personas que salen a pasear. Junto a ellos, en un espacio reservado, varias decenas de periodistas y varias unidades móviles que han ido relatando prácticamente en tiempo real cada movimiento de los buzos.

Los que sí han podido seguir los trabajos más de cerca han sido los piragüistas que suelen entrenar en el río. Para ellos se ha acotado una zona, de la mitad del río hacia la orilla contraria, para evitar que entorpecieran a los buzos. Aún, algún despistado se ha metido en el espacio de la Policía, que tuvo que advertirle que debía abandonar la zona.

Los padres de Marta han estado pendientes en todo momento. Antonio del Castillo ha indicado que esta búsqueda parte después de que una enfermera le llamara recientemente para contarle que la noche del 24 de enero de 2009 tras salir de un concierto cofrade en la basílica de la Macarena «sobre las 23.30 horas a la altura del Anatómico forense vio a tres chavales con una silla de ruedas y unos bultos encima. Ella lo primero que pensó es que la silla era robada. Los tres llevaban capucha, uno de ellos más bajito, una pareja se les acercó y le dio al más bajito una cosa en la mano. Y después ya los perdieron de vista». A partir de ahí, el padre de la chica comenzó a trabajar en esta línea que ha terminado con un informe que le fue remitido al juez y quien finalmente, tras recabar la opinión de la Policía y de los forenses del Instituto de Medicina Legal (IML), autorizó estos nuevos trabajos en la dársena.

«La esperanza es lo último que puedo perder. Yo lo que quisiera es que esta fuera la última vez para que esta angustia, esta pesadilla terminara, por nosotros principalmente y porque cada vez que se busca a mi hija se arma la que se arma», ha indicado a los periodistas la madre de Marta, que ha vuelto a lamentar que «esto no debería haber pasado. Se debería haber encontrado antes si los que tenían que haber dicho la verdad, lo hubieran dicho desde el principio». La familia espera que esta sea la última y el propio Antonio del Castillo ha reconocido que en esta ocasión enfrenta la búsqueda «más nervioso», al igual que sus otras dos hijas «que están deseando que su hermana aparezca», ha concluido la madre de Marta.