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El Desmarque
En Sevilla nos encanta celebrar los días D. Parece que no haya nada más entretenido y que genere más titulares que el Día de la Bicicleta, la Semana del Medio Ambiente o la Jornada del no sé qué. Al día siguiente, a todos los noveleros se les ha olvidado esa causa tan olvidada y que necesitaba ser rescatada de inmediato con esta condecoración; pero bueno, resulta que esta semana es la de la Policía Local.
Hasta mañana vamos a tener que ver en prensa y por la calle cómo se engrandece la figura del policía de la ciudad, y cierto es que no está de más ensalzar el trabajo de estos efectivos porque los que cumplen con su trabajo lo hacen con eficiencia (corramos un tupido velo por los escándalos que ha habido durante el último año sobre los amaños en las oposiciones, porque aquí el copieteo y el compadreo también están de moda). El caso es que se conmemora esta figura porque quien cumple con su obligación lo hace bien.
En Sevilla disfrutamos de una meteorología envidiable por lo que se hace vida en la calle hasta el punto de realizar al aire libre –de media– dos protestas al día y dos eventos religiosos. Según una información que publicó este medio de comunicación el pasado 23 de enero con la pluma de Antonio Morente, podríamos afirmar que la calle está tomada.
Si nos detenemos a pensar son en total 3.597 eventos al año completamente planificados y autorizados, lo que viene a ser diez al día, con la consiguiente responsabilidad municipal que conlleva preocuparse por que no generen problemas. Por ejemplo, el dispositivo de seguridad para la vuelta del Señor Gran Poder el día 7 se preparó para la afluencia de 220.000 personas, lo que necesitó de 200 efectivos de la policía local que fueron capaces de controlar el orden público, y todo salió de maravilla.
Si esto lo comparamos con las procesiones que de la noche a la mañana te impiden entrar en casa porque la hermandad de turno ha decidido conmemorar su particular día D, se necesita aproximadamente, según fuentes municipales, el trabajo de cuatro policías. Todo muy bien, muy atado y muy controlado porque ellos, junto a las Fuerzas y Cuerpos del Estado velan por nuestra tranquilidad, como nos repite en cada comparecencia el delegado del Gobierno en Andalucía, Antonio Sanz. Pero, ¿qué pasó el lunes por la noche?
La ira de los Biris se cebó en la avenida Reyes Católicos y por esta zona emblemática no asomó el pelo de ningún efectivo de la Policía Local hasta bien avanzada la batalla. Apareció la Nacional cuando ya hubo tres personas apuñaladas y aún hoy una de ellas se debate entre la vida y la muerte en el Virgen del Rocío. ¿No existe un dispositivo preparado para actuar cuando cuatro locos manchan la imagen de Sevilla y, sobre todo, de la afición sevillista?
La idiosincrasia sevillana vive en la calle, pero cuando ocurran barbaridades, por favor, préstenle atención porque estos horribles sucesos eran predecibles. En el partido contra la Juve hubo más de 800 efectivos coordinados con la Policía Nacional y con Protección Civil. Pero los heridos de la noche anterior podrían haber tenido ayuda antes por parte de un Cuerpo que esta semana es puesto en valor por una efectividad, que a veces, queda en entredicho.