Donde habita la desigualdad

Según el Instituto Nacional de Estadística, cinco de los diez barrios más pobres de España se encuentran en Sevilla. Tres Barrios-Amate está a la cabeza del listado

25 oct 2016 / 07:00 h - Actualizado: 25 oct 2016 / 11:03 h.
"Barrios","Pobreza","Pobreza, la otra Sevilla"
  • La calle Alberche en una de las zonas con la renta más baja. / José Luis Montero
    La calle Alberche en una de las zonas con la renta más baja. / José Luis Montero
  • Donde habita la desigualdad

Los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) hablan por sí solos: cinco de los diez barrios con mayor índice de pobreza de España están en Sevilla. Un cifra escalofriante que deja entrever las dificultades económicas por las que pasan desde hace años numerosas familias sevillanas, no solo azotadas por la crisis económica sino también por las consecuencias que ésta ha tenido en la sociedad: pérdida de puestos de trabajo, falta de oportunidades, rentas bajas y hogares que deben tirar de ingenio para llegar a fin de mes.

Un récord negativo que se obtiene al valorar los niveles de renta por casa de las capitales de provincia españolas, entre las que Sevilla destaca como una de las ciudades con mayor desigualdad entre sus barrios más ricos y sus barrios más necesitados. Así, el listado de estos cinco focos de la pobreza lo lidera Tres Barrios-Amate, una de las zonas que se ha visto más azotada por la crisis, según la publicación Urban Audit del INE que barema datos relativos al año 2012, con una cifra de 12.613 euros de media por cada uno de los hogares.

Para elaborar esta relación de barrios afectados por la crisis se han tenido en cuenta dos aspectos diferenciados como son la renta disponible anual neta, cuya fuente es la Agencia Tributaria, y el número de hogares con rentas. La media de estos indicadores muestran que Sevilla es la ciudad en la que se acumulan el mayor número de barrios con más alto índice de pobreza, mientras que el extremo contrario lo copan algunas zonas ubicadas en Madrid o Barcelona.

El resto de barriadas que forman parte de este listado son el Polígono Sur, que dispone de 12.777 euros de media por renta, los alrededores de la avenida Emilio Lemos –la zona conocida como El Parchís– en Sevilla Este, con 14.841 euros, las calles Alhambra y Alberche (junto al Juncal), que tienen una media de 17.987 euros, y algunas calles del Polígono Norte. Sólo se cuelan en este ranking los barrios de la plaza del Mediterráneo y la calle Unamuno en Alicante, Santa Marina en Córdoba, el paseo Ciudad de Melilla en Málaga y San Cristóbal en Madrid.

A pesar de acumular cinco de los diez puestos de los barrios más pobres, Sevilla se queda a la mitad de las ciudades con una menor renta, por detrás de Murcia, Cádiz o Valladolid. Una variable que confirma la importante desigualdad que aún existe entre algunos de los barrios, pues no sólo se copan los puestos más bajos sino también los más altos. También son negativas las cifras del desempleo, con un 30,7 por ciento de tasa de paro en el área metropolitana, que se sitúa en el décimo puesto del país.

Tres Barrios-Amate

La realidad de sus calles, y la más íntima en sus hogares, supera a veces la ficción. La mayoría de las familias de Tres Barrios-Amate tienen que hacer encaje de bolillos para llegar a fin de mes y hacer frente a los gastos derivados de su hogar. Con una media de 12.614 euros de renta anual por vivienda no les resulta sencillo pagar las facturas y hasta poner cada día un plato en la mesa, especialmente en aquellas en las que el número de comensales ha ido creciendo por esa reagrupación familiar –con los abuelos como sostén– a la que obligó la crisis.

Basta con dar un paseo por cualquiera de sus calles para darse cuenta que la decadencia de esta zona no es algo efímero. Sus edificios son el reflejo de ese plan integral que aprobó el Ayuntamiento de Sevilla pero que nunca ha llegado a ponerse en práctica. Entre otras cosas porque los presupuestos municipales de los últimos años no han asignado ninguna partida para ejecutar el ambicioso programa de intervenciones que necesita una zona declarada de actuación preferente. Hay fachadas ruinosas, rellanos tortuosos y bloques de pisos pequeños y techos de uralitas en los que sobrevivir cada día se convierte en una auténtica prueba.

Otro de los problemas que detectan las asociaciones vecinales es el alto índice de absentismo escolar entre su población más joven. Junto a ello, la falta de oportunidades de empleo de un censo de 25.000 habitantes para los que la construcción era una de las pocas vías de escape ante la crisis. Una situación de desesperación que también llega a los hogares, el reflejo de unos barrios que claman contra el olvido de las administraciones.

Polígono Sur

La falta de recursos que tienen los vecinos del Polígono Sur se palpa en la realidad que les rodea. Sus habitantes reclaman que se lleven a cabo las mejoras sociales, urbanísticas y de infraestructuras que se recogían en el plan integral para la zona, el primer ejemplo de un modelo de colaboración entre administraciones que, posteriormente, se ha trasladado, con diferente éxito, a otros puntos de la ciudad que requerían también de este conjunto de inversiones.

Un plan integral que cumple más de una década y que, en la actualidad, busca el entendimiento entre los tres actores implicados: el Estado, la Junta y el Ayuntamiento. De su éxito depende, en gran medida, que pueda buscarse una salida a la difícil situación por la que pasan algunos de sus vecinos, con viviendas en mal estado, sensación de inseguridad en sus calles y falta de oportunidades en cuanto al acceso al mercado laboral, en ocasiones después de varios años en la listas del paro. De hecho, sus hogares sobreviven a duras penas con una renta media de 12.777 euros, situándolo como uno de los tres barrios más pobres de todo el país.

Con estos datos sobre la mesa, las diferentes asociaciones vecinales de la zona apuestan porque el objetivo debe ser ahora buscar soluciones a lo que ocurre dentro de cada casa. En esta misma línea se manifiesta la comisionada para el Polígono Sur, María del Mar González, que considera que ha llegado el momento de centrarse «en lo humano» y reforzar las actuaciones en materia de empleo, cursos de formación y proyectos de intervención social.

El Parchís

Sus edificios constituyen una manzana de bloques de viviendas en régimen de alquiler y cuya titularidad corresponde a la Agencia de Vivienda y Rehabilitación de Andalucía (AVRA) de la Consejería de Fomento y Vivienda de la Junta. Desde que sus vecinos llegaron a esta zona de Sevilla Este, casi en la frontera imaginaria que separa al barrio del Parque Alcosa, han sido constantes los problemas de integración y convivencia que se han venido produciendo y que han sido denunciados en reiteradas ocasiones por algunas de las asociaciones de vecinos del distrito.

Son viviendas sociales en las que se ha reubicado, entre otros, a antiguos vecinos del Polígono Sur o del asentamiento chabolista de El Vacie, pero en las que residen también muchos sevillanos que, por las limitaciones económicas, solo han podido optar a un piso de estas características subvencionado por la administración andaluza. Pero lo cierto es que los datos del INE constatan la delicada situación por la que pasan muchos de sus hogares, con una renta media de 14.841 euros anuales. Por ello, desde el Ayuntamiento se ha reclamado en varias ocasiones su declaración como zona de Transformación Social, al igual que otros barrios como Torreblanca o Polígono Sur, para que así la integración y mejora de sus condiciones de habitabilidad sean más reales.

Calles Alhambra y Alberche

Las calles Alberche y Alhambra, cercanas a la avenida de la Paz en el distrito Sur, conforman un eje de espigados bloques de vivienda en los que sus vecinos tienen serias dificultades para poder llegar a fin de mes. No es algo ajeno al resto de hogares del barrio del Juncal, del que forman parte, pero sí es cierto que es ahí donde la crisis ha afectado de forma más incisiva al día a día de sus habitantes. Hay falta de trabajo, problemas para pagar las facturas y familias que salen adelante gracias a la valentía y el ingenio, los mismos que se desarrollan cuando la necesidad aprieta imperiosamente.

Según los datos del Instituto Nacional de Estadística, los vecinos de esta calles sobreviven con 17.987 euros anuales por hogar. Cantidad que se antoja insuficiente para aquellas viviendas en las que conviven una familia media, con entre tres y cuatro habitantes, que deben subsistir cada mes con menos de 400 euros por cada uno de sus miembros. Una cifra de la que deben salir todos los gastos de la casa: la hipoteca, los suministros básicos, la alimentación, etc. Las asociaciones del barrio lleva bastante tiempo reclamando la intervención municipal en la zona, no solo desde el apoyo que ya realizan los servicios sociales sino a través de la búsqueda de oportunidades para sus vecinos.

Polígono Norte

El décimo puesto en la lista de los diez barrios más pobres de toda España lo ocupa el Polígono Norte, una de las zonas residenciales de mayor extensión de la ciudad y en la que, por tanto, existen realidades muy distintas entre sus vecinos. No es que los haya que naden en la abundancia pero sí es cierto que la mayoría de las familias son de clase obrera, no se permiten grandes dispendios económicos, pero con esfuerzo y mentalidad ahorrativa acaban llegando a final de mes y haciendo frente a los gastos derivados de su día a día.

Tampoco es menos cierto que las viviendas más cercanas a la SE-30, especialmente las del entorno de la calle Hermano Pablo, se caracterizan por ser hogares en los que el paro y la falta de recursos ha llegado a generar grandes problemas. De hecho, la renta media de las familias es de poco más de 18.000 euros para cubrir los gastos del día a día. Por ello, siguen esperando que se concreten las actuaciones previstas en el plan integral aprobado por el Ayuntamiento y que aún están en el aire. «Estamos con el agua al cuello. Hay muchas familias jóvenes que han quedado en paro y están regresando al barrio para vivir en las casa de sus padres y salir adelante con la pensión que reciben los abuelos», advierten desde las asociaciones vecinales.