La Delegación Provincial de Educación de Sevilla ha presentado una propuesta en la que cuatro centros de educación concertada perderían el concierto en seis unidades para el curso próximo. La Escuela Infantil El Trébol perdería una unidad de infantil de tres años. El Colegio Pontífice Pablo VI, una unidad de Primero de Primaria. El Colegio Altair sería el más afectado, puesto que la Delegación propone que pierda una unidad de Infantil de tres años y dos unidades de Bachillerato. Por último, el colegio salesiano Nuestra Señora del Carmen de Utrera perdería una unidad de Infantil de tres años. Aunque se trata sólo de una propuesta previa, que debe ser analizada en la Consejería, que será la encargada de tomar las decisiones que considere oportunas, las patronales de la educación concertada han acogido la proposición con disgusto.

«A todos nos ha sorprendido, porque nunca se nos ha dicho, ni se nos ha avisado de que en Sevilla hubiese problemas de escolarización. En otras zonas de Andalucía ya estábamos avisados de que había problemas por bajada de natalidad y otras cuestiones, pero en Sevilla no había habido ningún aviso en meses anteriores», explicó el presidente de la Federación Andaluza de Centros de Enseñanza Privada (CECE) en Sevilla, Rafael Caamaño.

Defiende Caamaño que estas unidades cuentan con un número suficiente de alumnos para garantizar su viabilidad. «La Consejería siempre dijo que no se podía permitir la existencia de líneas con cuatro, con cinco alumnos. Y en eso estamos de acuerdo. Todos entendíamos que se iban a revisar situaciones con una bajada llamativa, exagerada, y que objetivamente hubiera sucedido. Pero retirar unidades, siendo el máximo de 25 alumnos, con 20 o más alumnos: ¿dónde está ahí el problema de la escolarización y la natalidad?», cuestionó.

La patronal Escuelas Católicas de Andalucía (ECA) valoró ayer, a través de su responsable provincial, María de los Ángeles Repetto, que «lo que dijo ayer la comisión no sirve para nada. No es vinculante para la Consejería. Estas comisiones provinciales mandan su propuesta a la Consejería, que ahora será la que diga o desdiga».

Repetto aceptó que «la Delegación ha cedido en algo, porque iba a quitar más conciertos a más centros y los ha mantenido. Y –reitera– esto no quiere decir que la Consejería vaya a respetar las comisiones provinciales».

Lo cierto es que la propuesta de la Delegación viene a añadir un elemento nuevo en un conflicto que el día anterior había vivido, o eso parecía, una paz siquiera provisional.

La consejera de Educación, Adelaida de la Calle, insistió el miércoles en que la previsión de la planificación escolar que ahora se diseña es que se mantengan los conciertos existentes pero «ningún centro más nuevo sea sujeto a concierto», porque teniendo en cuenta el cálculo de alumnos de nuevo ingreso (de tres años) «no podemos mantener clases vacías, podemos dejarlas preparadas para cuando vengan más niños pero estamos hablando de dinero público». De la Calle compareció en comisión parlamentaria mientras los centros pertenecientes a la patronal ECA celebraban actos de protesta al considerar su modelo de enseñanza «amenazado». El secretario general de ECA, Carlos Ruiz, aseguró más tarde estar «moderadamente satisfecho» al haber visto una «sensibilidad» por parte de la Consejería hacia sus demandas. Su responsable provincial desmintió ayer ese buen clima: «De llegar a un acuerdo, nada. ¿Cómo vamos a acordar que se supriman líneas?», se preguntó Repetto.