El ADN del violador del parque fue hallado hasta en 20 puntos

Los forenses afirman que la «brutal agresión sexual» hizo que Sara muriera horas después desangrada. Las pastillas que ingirió impidieron que reaccionara

10 may 2017 / 20:34 h - Actualizado: 10 may 2017 / 23:35 h.
"Tribunales"
  • El acusado, Francisco Morillo Suárez, custodiado por dos policías nacionales durante el juicio. / Julio Muñoz ( Efe)
    El acusado, Francisco Morillo Suárez, custodiado por dos policías nacionales durante el juicio. / Julio Muñoz ( Efe)

El ADN del acusado de la violación y asesinato de una joven en el parque María Luisa no solo estaba en uno de los pañuelos localizado por una limpiadora de este espacio verde, sino que fue hallado hasta en 20 de las 43 evidencias que se recogieron en la escena del crimen. Así lo corroboraron en la mañana de este miércoles los agentes de la Policía Científica que se encargaron del análisis de estas pruebas. En esta tercera jornada de juicio también declararon los forenses encargados de la autopsia quienes certificaron que la muerte se produjo como consecuencia de la brutal agresión, que hizo que Sara muriera horas después desangrada.

El perfil genético de Francisco Morillo Suárez, que se enfrenta a una pena de prisión permanente revisable más otros 15 años de cárcel, estaba en las bragas de la chica, pero también en su vagina. Los agentes explicaron que no localizaron semen en ninguna de las muestras, pero sí «restos de piel por descamación » en esta zona del cuerpo de la víctima, además de ADN en varios pañuelos. En este sentido, destacaron que en los clínex con sangre retirados por la limpiadora del parque –cuya cadena de custodia es cuestionada por la defensa del acusado– se localizó perfil de ambos mezclados, mientras que en otros pañuelos recogidos en el escenario por la Policía.

La Científica también halló ADN de Sara en la bicicleta del acusado, mezclado con el de este, tanto en las empuñaduras del manillar como en el portabidón, donde «había ADN puro de Sara». Por ello, creen que Francisco Morillo utilizó la noche del 23 de febrero la bicicleta para desplazarse al parque.

La jornada de este miércoles fue dura, no solo por la cantidad de testigos que de nuevo estaban citados, sino también porque era el turno de los forenses y sus explicaciones de las lesiones que presentaba el cadáver y la forma en la que se produjo la muerte de Sara. Los primeros en declarar fueron los profesionales del Instituto Nacional de Toxicología que se encargaron de analizar sangre, orina y varias vísceras. Sara tomó aquella noche barbitúricos y benzodiacepinas. Ellos dejaron claro que las pastillas que tomó esa noche «no era una ingesta masiva». En estas dosis no es letal». Una idea que repitieron los forenses de la autopsia: «la única intervención de estas sustancias en la muerte fue dejarla en situación de sumisión ante la agresión». «Era como una muñeca de trapo», añadieron.

Igual de contundente fue otro forense de Toxicología que aseveró que «la muerte se produce por los desgarros causados a una mujer que no pudo defenderse por los efectos sedantes», algo que incluso admitió un forense propuesto por la defensa. «Las lesiones anales eran muy severas, muy severas», recalcó con énfasis el especialista de Toxicología. La chica presentaba un «desgarro anal circuferencial bastante grande, en el recto bastante importante y en la base de la vagina». Fue el primero en especificar que Sara «murió como mínimo dos o tres horas desde que se produce la lesión», tras «un sangrado lento y progresivo». Unas lesiones que «sin lugar a dudas fueron realizadas con algo muy rígido». «El desgarro fue provocado por una fuerza muy importante en el esfínter», puntualizó.

Su escalofriante testimonio lo refrendaron los forenses que realizaron la autopsia. «Un miembro viril no tiene diámetro para causar esas lesiones», dijo uno de ellos tras explicar que la herida tenía una longitud de nueve centímetros. También señalaron que la muerte no se produjo hasta horas después de la violación y que de haber contado con asistencia «se hubiera salvado». Pero además del «brutal» desgarro, el cuerpo de Sara presentaba otras lesiones que, según los forenses, evidencia que fue colocada con la cara y el abdomen pegados al banco y «las rodillas en el suelo». La chica tenía «heridas contusas» propias de haber sido «golpeada con una superficie plana» y «las rodillas erosionadas».

En la sesión de este miércoles también declaró un perito informático de la Policía Nacional quien señaló que en el ordenador del acusado y su pareja «se recuperaron archivos borrados, imágenes y vídeos caseros» de alto contenido sexual, además de estar asociado a una red de contactos sexuales. El juicio se reanuda este viernes con la declaración de los peritos psiquiátricos.

El juez indispuesto durante la exposición de la autopsia

La sesión de este miércoles se vio interrumpida unos minutos por la indisposición del magistrado Pedro Izquierdo, que preside el tribunal que juzga al supuesto violador. En un momento de la declaración de los dos forenses, el magistrado los interrumpió pidiéndoles disculpa y que salieran de la sala. Poco después todo el público fue desalojado mientras los propios forenses atendían al juez, que se había mareado por la tensión e intensidad del juicio y por no haber desayunado debidamente. Da la casualidad que minutos antes los forenses habían mostrado al tribunal las imágenes de las lesiones de la chica.