El Alcázar reparará la carpintería del palacio de Pedro I

La falta de mantenimiento obliga a volver a restaurar los portalones y ventanas mudéjares en una intervención que durará dos años

25 sep 2016 / 16:30 h - Actualizado: 25 sep 2016 / 17:53 h.
"Patrimonio","Real Alcázar de Sevilla"
  • La última vez que se realizó una intervención de estas características en las puertas y ventanas del patio de las Doncellas fue en el año 2001. / Javier Díaz
    La última vez que se realizó una intervención de estas características en las puertas y ventanas del patio de las Doncellas fue en el año 2001. / Javier Díaz
  • Algunos de los desperfectos que presentan los portalones y ventanas del Alcázar. / El Correo
    Algunos de los desperfectos que presentan los portalones y ventanas del Alcázar. / El Correo
  • Algunos de los desperfectos que presentan los portalones y ventanas del Alcázar. / El Correo
    Algunos de los desperfectos que presentan los portalones y ventanas del Alcázar. / El Correo
  • Algunos de los desperfectos que presentan los portalones y ventanas del Alcázar. / El Correo
    Algunos de los desperfectos que presentan los portalones y ventanas del Alcázar. / El Correo

Ser el monumento más visitado de la ciudad en los últimos años obliga, entre otros aspectos, a mantener en un perfecto estado de conservación los tesoros patrimoniales que lo configuran. En ello están trabajando los responsables del Real Alcázar que, tras apostar este verano por la rehabilitación de sus fuentes ornamentales, han puesto ahora en marcha un plan para la restauración y conservación preventiva de las puertas, ventanas y portones del palacio de Pedro I y sus dependencias anexas.

Se trata de la primera intervención de estas características que se acomete en este espacio, tras la ejecutada en el año 2001 en el patio de las Doncellas y en 2007 en el del resto de las carpinterías del palacio. Según se advierte en la memoria del proyecto, estas dos restauraciones lograron «estabilizar los materiales, recuperar su lectura estética y que continuaran cumpliendo su función cotidiana de uso». Pero faltó el «paso lógico» de elaborar un plan de mantenimiento para estas piezas que nunca llegó, provocando que algunos de los daños presentes con anterioridad hayan vuelto a aparecer con el tiempo.

Es esta situación la que ha llevado al patronato del Real Alcázar a actuar de una forma decidida. Para ello, desde el Ayuntamiento se ha licitado una propuesta para la restauración, conservación preventiva y mantenimiento de las carpinterías del espacio, con un presupuesto base de 63.926,13 euros (IVA incluido) y un plazo aproximado de dos años. En él se incluye el desarrollo de una intervención que afectará a una docena de portalones y ventanas mudéjares del patio de las Doncellas, así como a las carpinterías del siglo XIX (unas diecisiete piezas) del resto de estancias.

Son las propias características de estas piezas, realizadas con materiales como madera, hierro y cobre las que las hacen ser más propensas a su afección por diferentes agentes de alteración. Entre ellos se encuentran elementos atmosféricos como la lluvia, el viento, las temperaturas, las humedades o la insolación, dada su ubicación en espacios abiertos dentro del monumento. A todo ello hay que sumar que la madera es un material muy sensible al ataque de un amplio catálogo de insectos y otros animales como palomas y murciélagos que han provocado daños biológicos y estéticos.

La memoria del proyecto incluye también entre estos elementos a los agentes de tipo antrópico, es decir, derivados de la acción humana, como el incumplimiento de las medidas de conservación preventiva, el uso o las intervenciones de reparación inadecuadas. Además, considera que también puede influir la idoneidad de los materiales utilizados para su construcción, que en el caso de las carpinterías neomudéjares realizadas en el siglo XIX, las hacen muy sensibles a los efectos de la insolación.

Una vez analizados todos estos agentes de alteración, los técnicos señalan las patologías detectadas en las piezas de carpintería. En concreto, las de madera cuentan con depósitos de polvo y suciedad, daños por el roce, fotodegradación, pérdidas de piezas y de almohadillas de amortiguación, pérdida de la capa protectora y falta de adhesión de la policromía. En el caso de los metales, las principales afecciones vienen dadas por las deformaciones de las piezas y la pérdida de los anclajes, la corrosión en las planchas de cobre o la inclusión de elementos ajenos como clavos y tornillos de materiales oxidables.

Así será la intervención

Los trabajos en el monumento se dividirán en dos categorías. Primero, se realizarán intervenciones bimensuales de revisión y control, que consistirán en la elaboración de unas fichas individualizadas con las que hacer un seguimiento del estado de las piezas. Por otro lado, estarán las intervenciones de mantenimiento. La mayoría serán de carácter preventivo y consistirán en la limpieza y desempolvado de superficies, la reubicación de las mamparas de protección y el reajuste de los elementos de sujeción y giro, entre otras. También se repondrán elementos de los anclajes y las almohadillas de las mamparas.

En cuanto a la ejecución material, la memoria advierte que, dada la catalogación histórica del monumento, se ajustará a los parámetros recogidos en la legislación vigente sobre patrimonio histórico, utilizando para ello los materiales más adecuados en cada una de las tareas descritas. Sin obviar que éstas deberán seguir la línea de las realizadas en las intervenciones de 2001 y 2007.

El proyecto definitivo lo elaborarán los técnicos tras conocer el resultado de los análisis de las causas que han provocado el deterioro. También se tendrán en cuenta las patologías presentes en las carpinterías y las propias características de los trabajos ejecutados. Con ello, se realizará un manual con un calendario de actuaciones, las intervenciones y controles en cada una de esas fechas y la relación de las medidas de conservación preventiva que deberá cumplimentar la propiedad del monumento.

Los trabajos se desarrollarán en unos 18 meses

El plazo para la ejecución de estos trabajos de conservación preventiva y de mantenimiento del conjunto de carpinterías históricas del palacio de Pedro I del Real Alcázar será de unos 18 meses. La intervención se dividirá en dos fases: una primera, entre octubre de 2016 y marzo de 2017, para la elaboración de un proyecto definitivo de conservación y la progresiva puesta a punto de las piezas, y una segunda, entre los meses de abril y septiembre de 2018, para su mantenimiento anual.

Aunque la intervención afectará al conjunto de estancias del palacio de Pedro I, los trabajos más destacados serán los que se ejecuten en la carpintería mudéjar del patio de las Doncellas. En él se rehabilitarán portalones y ventanas de salones tan insignes como el del Techo de Carlos V, el de Sevillanos, el de Toledanos, el de Embajadores o la Cámara Regia. También se suman a este listado la puerta nordeste y el dintel de acceso al vestíbulo o la puerta sudeste de acceso a la capilla.