El antiguo cine X no se vende

El Consejo de Gobierno de la Gerencia decide dar plazo a la Junta para que se declare BIC el edificio antes de sacarlo a venta forzosa

18 may 2017 / 07:23 h - Actualizado: 18 may 2017 / 07:23 h.
"Urbanismo"
  • La antigua sala de cine X fue despojada de su clásico cartel en el año 2014. / El Correo
    La antigua sala de cine X fue despojada de su clásico cartel en el año 2014. / El Correo

El Consejo de Gobierno de la Gerencia de Urbanismo ha paralizado el proceso en el que se encontraba inmerso el antiguo cine X de Trajano. El delegado de Hábitat Urbano, Turismo y Cultura, Antonio Muñoz, decidió retirar el punto del orden del día previsto para ayer después de que así se lo solicitara el resto de grupos a instancias de la representante de Participa Sevilla, Susana Serrano.

«No tenía sentido permitir la venta forzosa de este imbueble cuando hemos apoyado en el pleno del Ayuntamiento por unanimidad su protección como Bien de Interés Cultural (BIC)», explica Serrano. Y es que el pleno municipal de septiembre de 2015 aprobó reclamar a la Consejería de Cultura que la antigua Sala X (y el Cine Cervantes) sean declarados como Bien de Interés Cultural (BIC). Se trataba de una propuesta promovida por Participa Sevilla que defendía que «son dos espacios que por su interés histórico, artístico, etnográfico y social, deben formar parte del catálogo general del Patrimonio Histórico Andaluz». Por ello, antes incluso de que se llegara a debatir, el delegado retiró la propuesta del orden del día, dando así un mayor plazo tanto a los dueños del edificio –que tiene salida a Amor de Dios y a Trajano– para su posible rehabilitación, como a la Junta de Andalucía para su final declaración como BIC.

Ya el pasado enero, el área de Bienes Culturales de la Junta aseguró estar elaborando la documentación técnica para valorar su inscripción en el Catálogo General del Patrimonio Histórico andaluz. Algo que pudo confirmar Serrano, quien afirmó que «el proceso sigue adelante y podría estar aprobado el reconocimiento este mismo año».

El edificio, que realizara Aníbal González en 1922 como ejemplar muestra del arte regionalista, fue declarado en ruina en diciembre de 2014 e incluido dentro del registro municipal de solares abandonados desde abril de 2015.

El último plazo otorgado por Urbanismo a los propietarios del centenario inmueble data de enero de este año. Concluido el plazo sin que se iniciaran las obras de rehabilitación, el pasado mes de marzo se comenzó el procedimiento para declarar este incumplimiento y sacar el espacio a venta forzosa. Completado el periodo de alegaciones, y desestimadas las que fueron presentadas, la Gerencia tenía previsto continuar con el procedimiento con la convocatoria del consiguiente concurso público para la valoración de la finca y su posterior venta, algo que se ha paralizado en Urbanismo por el momento.

Cerrado desde 2003

La sala X de la calle Trajano cerró sus puertas en enero de 2003, poniendo un punto y final a más de un siglo de usos culturales sobre este solar, que desde 1860 ha acogido distintos espacios escénicos.

En el año 2006, el Ayuntamiento (PSOE-IU), ante la oleada de cierres de salas privadas, decidió calificar en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) como suelo de interés público y social (SIPS) las fincas de la mayoría de cines y teatros del centro, lo que blindaba su uso cultural y evitaba que estos espacios desaparecieran ante la fiebre inmobiliaria del momento. Sin embargo, el pasado en mayo de 2012, el pleno del Consistorio (PP) aprobaba una modificación puntual del PGOU, para devolver a los cines Apolo, la antigua Sala X de la calle Trajano, el antiguo cine Llorens, las salas Imperial y Pathé y el teatro Álvarez Quintero, la calificación de centro histórico con carácter genérico que les atribuía el planeamiento urbano de 1987, lo que abría la puerta de nuevo a los usos residenciales o comerciales. Esta decisión se produjo como consecuencia de una sentencia del Tribunal Supremo, que anulaba la calificación de suelo de interés público y social para las fincas de los cines Alameda, Avenida y Cervantes, después de que sus dueños lo demandaran judicialmente.