El árbol que oculta la plaza

Si busca Encina del Rey en el callejero o viaja en la línea B4 de Tussam, seguramente encuentre en su lugar la calle Árbol del Rey. Una confusión con la que llevan años conviviendo los vecinos de esta conocida plaza de la barriada del Parque Alcosa y que podría tocar su fin este viernes en el pleno municipal.

La historia de la plaza Árbol del Rey —como aparece registrada oficialmente en el callejero de la ciudad según datos del Servicio de Estadística del Ayuntamiento–, o mejor dicho, plaza de la Encina del Rey –como históricamente se conoce y defienden los vecinos– se remonta a la década de los setenta. El constructor de la promoción de pisos rotuló entonces el lugar como plaza de la Encina del Rey en recuerdo a la visita que realizó el rey Alfonso XIII en el año 1910. Cuentan –y así se recoge en un placa que aún se conserva– que el monarca descansó durante una parada militar a la sombra de una encina que se encontraba en estos terrenos destinados por entonces a un aeródromo. Un relato del que siempre se han enorgullecido los vecinos de esta plaza localizada entre la avenida Ciudad de Chiva y la calle Ontur, y que lleva años tergiversada en la relación del nomenclátor sevillano.

Por este motivo, los residentes de la Intercomunidad de la plaza emprendieron hace unos años una campaña para corregir este error que se ha hecho crónico y del que quieren salir para evitar que se sigan produciendo situaciones desconcertantes, que, como bien explican, en alguna ocasión ha ocasionado algún que otro «embrollo de altura». «Las comunicaciones y notificaciones de las administraciones públicas, como los impuestos y la contribución del Ayuntamiento, vienen siempre a los domicilios con la dirección de Árbol del Rey. Menos mal que el trabajador de Correos ya conoce la historia y no hay muchos problema. Pero cuando vienen los repartidores... se hacen unos líos. Los servicios de emergencias [Bomberos y ambulancias] se llaman pero, de momento, no se han producido incidencias», comenta José Ignacio Montero, tesorero de la intercomunidad.

La entidad que representa presentó a la junta municipal del distrito de diciembre de 2013 –aún durante el gobierno de Zoido– una moción a través de la plataforma e-democracia en la que solicitaba formalmente el reconocimiento del nombre original de la plaza, una competencia que, según destacan los vecinos, «es del distrito». Pero, pese a que la propuesta salió adelante por unanimidad, «con 17 votos a favor y ninguno en contra ni ninguna abstención», no se ha llevado a cabo en estos últimos tres años. Esta semana podría llegar la hora de hacer realidad el sueño vecinal. El gobierno de Espadas quiere llevar al pleno municipal el refrendo a aquel acuerdo del distrito para que el dichoso árbol de marras salga del callejero y deje ver al fin la plaza de la Encina del Rey.