Los datos son inamovibles, pero admiten interpretaciones y valoraciones. El dato es que el Archivo General de Indias recibió el año pasado 277.458 visitas, 37.000 más que el año anterior, que representan una más que notable subida del 15 por ciento. Más datos: la Catedral y los Reales Alcázares recibieron en 2016 más de 1,6 millones de visitas. Cada uno. ¿Qué sucede, entonces, con uno de esos tres edificios que Sevilla tiene declarados Patrimonio de la Humanidad, los habituales grandes reclamos para el turismo? ¿Por qué la cantidad de visitantes que recibe suponen el 17 por ciento de los que reciben cada uno de sus monumentales vecinos?

El director del Archivo de Indias, Manuel Ravina, lo tiene claro: «Nuestra misión prioritaria no es que aumente el número de turistas, es que haya más investigadores. Tenemos que ayudar a los investigadores de todo el mundo que acuden a consultar los fondos». Esto no quiere decir que quienes dirigen el emblemático edificio, el único archivo del mundo reconocido como Patrimonio mundial por la Unesco, huyan de los turistas.

«Yo estoy contento de que aumente el número de turistas», apunta Ravina, y luego resalta dos variables importante en el crecimiento. Una, «que es un edificio precioso que ocupa un sitio espléndido que hace que nos beneficiemos de esa ruta turística en una ciudad muy visitada»; y dos, «la política de difusión que realizamos a través de exposiciones». Destaca también el director del archivo lo obvio: que los visitantes han crecido los años en los que el turismo ha aumentado en la ciudad.

El Ayuntamiento, por su parte, recuerda que «el Archivo de Indias se promociona por parte del Consorcio de Turismo dentro del producto turístico de Patrimonio Mundial de la Unesco (Catedral, Real Alcázar y Archivo de Indias) y será uno de los enclaves principales de la conmemoración de la primera vuelta al mundo», que se celebrará entre 2019 y 2022.

El Consistorio hispalense añade que el Consorcio de Turismo promociona las exposiciones y otros eventos que se realizan en el Archivo de Indias, que está presente en la aplicación Sevilla Patrimonio Mundial. «El Archivo de Indias es un recurso de gran importancia, pero el hecho de que se quiera promocionar más o menos y recibir más o menos visitas depende del Ministerio de Cultura, que es quien determina las reglas de acceso, los horarios. Lógicamente, es un recurso turístico que interesa mucho a Sevilla, pero hay que tener en cuenta que es un centro para el estudio y la investigación –de hecho, parte de sus visitas corresponde a investigadores nacionales y extranjeros, siendo un centro de primer orden para la investigación histórica– y, por tanto, no cabe tratarse como el Alcázar u otros enclaves turísticos de gran afluencia», resume el Ayuntamiento.

Sí participó el Archivo en la última Noche en blanco, que promovió la asociación Sevilla se Mueve. Esa fecha concreta le sirve al director del centro para realizar una reflexión. Aquella noche entraron en el edificio 5.000 personas. «La Noche en Blanco es un buen termómetro: en la mayoría de los centros tienen problemas por la cantidad de gente que viene», cuenta Ravina, que recuerda que en el archivo «tuvimos que cortar hora y media antes de cerrar por la cola que había» y apunta el dato de que «sólo puede haber 200 personas en la planta alta».

A partir de aquella experiencia, conceden que «el turismo da mucho dinero», pero plantea la necesidad de «buscar el equilibrio: sacarle el máximo partido sin poner en riesgo del patrimonio». «El turismo es un gran beneficio, pero tampoco podemos convertirlo en una carga», valora, y apunta casos como el de la Alhambra, cuyos gestores se han visto obligados a limitar las visitas. «Los monumentos se deterioran, del uso y el mal uso», valora Ravina, que se plantea una cuestión a cuenta del continuado crecimiento del turismo en Sevilla: «Ése es el problema: que va subiendo el número de turistas. Es para preocuparse: ¿Cuántos turistas vamos a tener dentro de cinco años? ¿Y de diez?».