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Ejemplo de contenedor inteligente de residuos presentado en Barcelona. / AMB
Reciclar en Sevilla tendrá su recompensa. O al menos deducciones económicas en el pago de impuestos municipales. El Ayuntamiento de Sevilla, a través de su empresa pública de limpieza Lipasam, anunció ayer que aplicará rebajas fiscales a los ciudadanos que tengan una mayor concienciación medioambiental y reciclen más. La medida se enmarca dentro del nuevo programa de prevención y gestión de residuos de Sevilla 2018-2023 que busca generalizar el reciclaje y la recogida selectiva de residuos en la ciudad «en un horizonte de seis años» para afrontar «los retos que emanan de la normativa europea» y «cumplir» así con la moción aprobada al respecto en el Pleno municipal de mayo de 2017.
El «borrador cero» de este «plan abierto», presentado el pasado mes al Consejo Asesor y de Participación Pública de la Agencia de la Energía y para la Sostenibilidad de Sevilla y elaborado a través de un programa de participación pública a través de la plataforma Decide Sevilla, jornadas universitarias y carpas informativas, incluye un paquete inicial de más de 60 medidas, entre las que destaca la implantación del denominado «sistema de pago por generación». Consiste en instalar «contenedores inteligentes» en los que, previamente y de manera voluntaria, los ciudadanos se identifiquen con una tarjeta electrónica cada vez que acudan a abrir y cerrar las tapas al depositar la basura. El cumplimiento continuado en este punto de recogida revertiría en beneficio del ciudadano a través de bonificaciones fiscales. La delegada de Economía, Comercio y Relaciones Institucionales en el Ayuntamiento de Sevilla, Carmen Castreño, aclaró que, si bien aún no se ha decidido qué tipo de rebaja se podría aplicar –para lo que dijo esperar «las aportaciones» del proceso de exposición del borrador abierto hasta el otoño–, sí avanzó que «podría ir en la línea del impuesto de bienes inmuebles (IBI) o del impuesto de circulación de vehículos».
La puesta en marcha de estos contenedores inteligentes estaría vinculada a la creación previa de una ruta de Lipasam de recogida de biorresiduos, «prevista para finales de 2018 y principios de 2019», según precisó la gerente de Lipasam, Virginia Pividal, quien, junto a Castreño, apeló a la colaboración ciudadana aprovechando la «tendencia al alza» registrada en Sevilla en los últimos años. «Sevilla está en un punto medio con capacidad de mejorar. Después de un descenso y estancamiento en 2012 y 2013, desde 2016 se ha ido sucediendo un constante crecimiento: el 15,4% de los sevillanos reciclaron residuos en 2017, subiendo al 18% en el primer trimestre de este año».
Entre los avances de los últimos meses, la gerente de Lipasam señaló «otras medidas innovadoras» como las nuevas líneas de recogida selectiva de materia orgánica en los mercados municipales y algunas cadenas hoteleras hace ya un año; el «proyecto piloto» en puntos del centro, como San Marcos, Santa Clara y la plaza del Cronista hace solo unas semanas; y la implantación del quinto contenedor con tarjeta de acceso, prevista inicialmente en Sevilla Este, Bermejales, Triana y Los Remedios. Lipasam ha previsto una primera tanda de 15.000 tarjetas (100 por contenedor) que portan un código electrónico asignado a una persona concreta y para utilizar los contenedores de tapa marrón. La campaña incluye también repartir pequeños contenedores marrones de uso domiciliario para organizar los residuos de casa y facilitar así la separación de los productos residuos orgánicos.
Otra de las mejoras en las instalaciones será la creación de un quinto punto limpio en la zona del Puerto de Sevilla para dar cobertura a la zona sur-oeste de la ciudad, así como la instalación de una red de once ecopuntos «en principio uno por distrito», que actualmente «están en proceso de adjudicación» y que, según Lipasam, entraría en funcionamiento «antes de final de año». Todas estas actuaciones, así como las mejoras previstas también para los envases ligeros, papel-cartón y vidrio con «sistema anti-intrusión» y «sensores de llenado», estarán acompañadas de campañas de concienciación y sensibilización para, aseguran, «potenciar la conciencia ambiental y el reciclaje de residuos».
La previsión del gobierno local es que el plan entre en vigor «a principios de 2019», después de su aprobación en el Pleno del Ayuntamiento «a finales de año».
OBJETIVOS «AMBICIOSOS»
El horizonte de este nuevo plan de Lipasam para «los próximos seis años» incluye lo siguiente: completar la recogida selectiva de biorresiduos antes del 31 de diciembre de 2023; la preparación para la reutilización y el reciclado de al menos el 55% de los residuos municipales antes de 2025 (en estos momentos está en más del 20%); el reciclado de al menos el 65% de los residuos de envases antes de 2025, y alcanzar el depósito de un máximo del 10% de residuos municipales en el vertedero de la ciudad antes de 2035.