-
Rafael Peral, Jesús Rojas, Ángeles Parra, Carmen Castreño y Álvaro Barrera, ayer en el Ayuntamiento. / El Correo
Un dato: «90.000 personas mueren cada año por mala alimentación». Otro más; «un 60% de la población española sufre sobrepeso y un 20% tiene obesidad». Los datos no son nuevos, pero ayer los refrescó la Asociación Vida Sana en la presentación, en el Ayuntamiento de Sevilla, de la segunda edición de BioCultura, que se celebra desde mañana y hasta el domingo en Fibes. Desde un punto de vista práctico no pueden poner por delante mejor publicidad para abarrotar la cita, a la que esperan que acudan 18.000 personas motivadas por la idea de «dar un gran cambio a sus vidas», que es lo que propone la organización.
«El sector bio es en estos momentos el más pujante, dinámico y creativo de toda la economía española. Los sectores convencionales se hunden lentamente y los ciudadanos quieren optar por grandes cambios. Y estos grandes cambios en la mentalidad conllevan también grandes cambios en los hábitos de consumo. Cada vez hay más personas que prefieren otras formas de economía, de producción y de consumo», dijo ayer la responsable de la feria, Ángeles Parra, cuya ONG, Vida Sana, fue pionera en España impulsando esta cita en Madrid hace ahora 31 años.
Por su parte, Rafael Peral, secretario general de Agricultura y Alimentación de la Consejería de Agricultura y Pesca de la Junta de Andalucía, recordó cómo en lo que va de curso escolar ya se han repartido «siete millones de menús ecológicos en los colegios públicos de la comunidad»; además de subrayar cómo la institución a la que representa ha impulsado recientemente un Decreto de Venta Directa del productor ecológico al consumidor. O el Plan de Apoyo a la Producción Ecológica, dotado con 300 millones de euros. Todo ello refrenda una idea, lo ecológico es estratégico.
¿Lo es también para los sevillanos? «Somos un país más productor que consumidor de estos productos», abundó Parra; una realidad que se puso sobre la mesa un año más. Pero sea por la razón que sea (la salud; en primer lugar, también la concienciación con el planeta y con el maltrato animal, con el auge de las dietas vegetarianas y veganas), lo ecológico cada vez seduce a más público. «Incluso en los peores momentos de crisis coyuntural este es un sector que crece», dijeron ayer. BioCultura, no obstante, aunque sea una cita en la que los agricultores se erigen en protagonistas, no sólo va del buen comer, de la alimentación orgánica y certificada y de las formas alternativas de llenarse el estómago y quedarse con una sonrisa de oreja a oreja. «La cosmética ecológica, la bioconstrucción, la moda sostenible y las terapias alternativas encuentran aquí su lugar. De alguna forma, la organización quiere asegurarse el encuentro de un público heterogéneo al que poder conquistar desde múltiples flancos. «Se nos critica que demos cabida a medicinas como la ayurvédica, que es oficial en la India, o la china, que es la reconocida en China... de vez en cuando salen estos debates que debían estar superados», criticó ayer la directora de la feria.
En números, BioCultura concentrará en Fibes (entrada, cuatro euros) 250 expositores (203, en 2015) y 200 actividades paralelas, todas ellas de libre entrada (el año pasado fueron 158). Además, la cita también ha dispuesto un espacio temático, MamaTerra, dedicado a inculcar en los niños valores de sostenibilidad y ecología; en esta zona se involucraron en la primera edición más de 1.200 pequeños. Talleres de creación de look sostenibles (mañana, a las 16.00 horas), de elaboración de gominolas con aceite de oliva (a las 19.00 horas), de batidos verdes, de recetas con aloe vera o de cómo conseguir una vivienda con buena eficiencia energética son algunas de las opciones que permite este encuentro.