Más de 1.500 menores en exclusión tendrán garantizada un verano más su alimentación. Una cifra que supone un incremento del 50 por ciento respecto a años anteriores. Así lo aseguró ayer el delegado de Bienestar Social y Empleo, Juan Manuel Flores. La clave de este exponencial incremento es que, para estos meses estivales, el gobierno local se plantea una fórmula distinta a la que viene desarrollando desde su llegada a la Plaza Nueva en junio de 2015.
Entonces, en ese primer verano, y tan solo unas semanas después de tomar posesión como alcalde, Juan Espadas planteó un primer programa de atención alimentaria para los menores de la ciudad que están en exclusión y que durante el curso escolar ya reciben este tipo de ayuda por parte de la administración andaluza. Entonces, y según aconsejaron los técnicos de los servicios sociales, se optó por la contratación de un servicio de catering que facilitaría el alimento a unos 650 niños. «Hace casi tres meses había una verdadera preocupación por la situación de estos menores y resolvimos las emergencias alimentarias», recordó Flores.
Para este verano, que «estamos en condiciones de dar el salto», la apuesta es integrar este servicio de alimentación en las escuelas y campamentos de verano, que también se vienen desarrollando desde hace años. De esta manera, se eliminará esta fórmula del catering y las comidas se realizarán en los comedores donde tengan lugar estos talleres estivales –colegios, centros cívicos o centros de los servicios sociales–, que se definirán en función de la demanda. «Con esto pretendemos no solo garantizar la atención integral de los menores en situación vulnerable durante los meses de verano sino que aseguramos también la conciliación», explicó Flores.
Para ello, el Consistorio cuenta con un presupuesto de casi 2,9 millones de euros con los que se financiará tanto la alimentación como las escuelas y campamentos estivales. En 2017, recordó el delegado, «contamos con un presupuesto 2,3 millones para todas las actividades de verano y 316.000 euros para ayuda alimentaria de catering», lo que implica un aumento del 7 por ciento.
En cuanto al número de plazas, también se registra un incremento. Un 9 por ciento de las habilitadas el pasado año en las actividades socioeducativas y un 50 por ciento más de las que se sacaron para alimentación.
El programa, como habitualmente, está dirigido a menores escolarizados en Primaria y Secundaria en centros escolares de Sevilla capital, principalmente para aquellos que se encuentren en una situación de exclusión. Es decir, que sus familias estén siendo atendidas por los servicios sociales o bien por la unidad de la mujer. Eso sí, hace falta una preinscripción. El plazo se abre hoy, día 26 de abril, y se prolongará hasta el 25 de mayo.
Habrá dos fases. Una primera, que tendrá lugar entre julio y la primera quincena de agosto, en la que se desarrollarán las escuelas de verano. En ellas los monitores realizarán distintos talleres con los 1.520 menores seleccionados. En la segunda, durante las últimas semanas de agosto y primeras de septiembre, tendrán lugar los campamentos fuera de la ciudad. Estarán dirigidos a 630 menores –420 de entre 4 y 12 años y 210 para niños de entre 13 y 16 años–.
Además, el delegado anunció que la atención integral a estos menores en verano se complementará con un aula matinal, «para asegurar la conciliación». El servicio funcionará entre las 8 y las 10 de la mañana para los menores de 4 y 12 años, «pues las escuelas estivales comienzan a las 10». Finalmente, se incrementará el número de especialistas para menores con diversidad funcional de 5 a 10 y las condiciones de estos profesionales mejorarán con la aplicación del convenio sectorial.
«Hace tres años teníamos niños que pasaban hambre en la ciudad, algo que era objeto de preocupación y excepcionalidad. Sevilla ha dado un paso adelante consolidando esta prestación social», concluyó el delegado.