El curso universitario retorna con sus clásicos, con la financiación a la cabeza

El rector de la Universidad de Sevilla solicita al consejero de Economía que garantice el Plan de Desarrollo e Investigación y la puesta en marcha de una inversión en infraestructuras

25 sep 2016 / 11:25 h - Actualizado: 25 sep 2016 / 11:29 h.
"Universidad de Sevilla"
  • Miguel Ángel Castro pronuncia el discurso de apertura del curso 2016/17 en el Paraninfo de la Universidad de Sevilla. / El Correo
    Miguel Ángel Castro pronuncia el discurso de apertura del curso 2016/17 en el Paraninfo de la Universidad de Sevilla. / El Correo

Acude relajado el consejero de Economía y Conocimiento, Antonio Rodríguez de Arellano, al acto de apertura del curso universitario 2016/17 de la Universidad de Sevilla (US). Y aún así –va en el cargo– debe escuchar una retahíla de peticiones en el discurso del rector de la US, Miguel Ángel Castro.

Castro se dirige a su antecesor en el cargo, Arellano, y le recuerda que la Hispalense es «su casa». Y luego pide, pide todo lo que lo que solicita desde que accedió al cargo de rector: un nuevo modelo de financiación; que el Plan Andaluz de Investigación, Desarrollo e Innovación (PAIDI) se materialice en compromisos concretos; un plan plurianual de infraestructuras y, por último, una atención prioritaria al conflicto que la Junta y la Universidad mantienen a cuenta de la construcción de la fallida Biblioteca General de la US.

Por partes.

Lo primero, antes de hablar de financiación, le da la importancia y el valor que merece a la labor de las universidades públicas que, pese a una caída del 18 por ciento de la financiación en los últimos cinco años, «aumentaron la producción científica, la transferencia de conocimientos a la sociedad y la inserción laboral de nuestros egresados». Recordó después Castro «la urgente necesidad de contar con un nuevo modelo de financiación (...) que se vincule a la obtención de resultados en nuestras cuatro grandes misiones sociales: formación, investigación, transferencia y difusión de la cultura».

Sobre el PAIDI, que debe «movilizar» 16.700 millones en los próximos cuatro años, el rector fue claro: «Señor consejero, transmítale (a la presidenta de la Junta de Andalucía) en nombre de la Universidad de Sevilla la importancia que tiene para el sistema que esa voluntad se transforme en realidad».

La demanda de un plan que actualice las infraestructuras de la Hispalense tuvo también su hueco. La US necesita «un plan que atienda las necesidades apremiantes de las universidades, que necesitamos una sensibilidad acorde a nuestra actitud y a nuestra entrega al compromiso social. La Universidad de Sevilla asiste perpleja a expresiones mediáticas de desbloqueos a nuestros principales problemas de instalaciones junto a inexplicables demoras a responder a nuestras peticiones».

Al hablar de infraestructuras, el siguiente paso estaba claro: había que mencionar que la Consejería que encabeza Arellano le solicita a la Universidad que devuelva 16,4 millones que recibió para la fallida construcción de su biblioteca central en el Prado de San Sebastián. «La US demostrará la legalidad de sus actuaciones y la justicia prevalecerá al final, como en otras situaciones recientes. Le pido a su Consejería, le pido al Gobierno de la Junta de Andalucía, y le pido a los responsables políticos en general que recuerden que los gobiernos tienen el deber, como prioridad principal, de hacer y de buscar el bien para los ciudadanos».

Aludió el rector de la US a una de las polémicas de las últimas semanas, la que se produjo por el retroceso de la Hispalense en algunos de los principales rankings que clasifican a las universidades. «No les oculto mi preocupación, se ha quebrado la tendencia de crecimiento en los rankings internacionales. Sin duda alguna, estamos pagando las consecuencias de un quinquenio de recortes y de falta de apoyo a la investigación». «Una autocrítica es necesaria. Recuperar la tendencia alcista en los rankings y seguir creciendo en investigación de referencia y en internacionalización deben ser, y son, objetivos prioritarios para este curso y para todo lo que resta de mandato».

Castro aprovechó también su discurso para solicitar «un acuerdo entre los principales partidos para facilitar un Gobierno estable y un pacto educativo con el más amplio consenso posible».

Lo cierto es que el consejero de Economía y conocimiento, Antonio Ramírez de Arellano, recogió buena parte de los guantes. Arellano explicó que el Gobierno andaluz y las universidades trabajan en el diseño del nuevo esquema de financiación para «garantizar el funcionamiento del sistema; recuperar los derechos perdidos y suscitar la mejora de las condiciones laborales de la plantilla; y promover la excelencia, con parte de la financiación sujeta a nuevos programas de calidad».

Sobre la Prueba de Acceso a la Universidad (PAU), el consejero reiteró una postura ya conocida: «En Andalucía se seguirá haciendo la PAU en unos términos muy similares a los que se ha venido haciendo hasta el momento, aunque adaptada a los nuevos contenidos del Bachillerato». El consejero anunció también que la Junta movilizará en los próximos seis meses 170 millones de euros en distintas convocatorias en el marco del PAIDI 2020, cuyas primeras órdenes se centrarán en los recursos humanos y ayudas a pre y post doctorados.