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Las escaleras de bajada al Paseo Juan Carlos I presentan numerosas deficiencias. / Pepo Herrera F.G.P.
Toda la trama urbana que discurre junto al río presenta deficiencias. En el caso del Paseo Juan Carlos I, tanto es así que el Defensor del Pueblo Andaluz decidió actuar de oficio en octubre del año pasado. Lo justificaba del siguiente modo: «El Paseo Rey Juan Carlos I (...) viene sufriendo, desde hace años, un extraordinario deterioro, singularmente desde la Pasarela de la Cartuja hasta el Puente de la Barqueta. En la actualidad, prácticamente ningún peatón transita por él ya que es evidente el riesgo de caídas, siendo así que, además, su aspecto no invita precisamente a realizar un uso peatonal del mismo. Ello, a pesar de que se trata de un espacio público de entidad que, bien cuidado, podría ofrecer un valor añadido de calidad al paseo fluvial y, en general, a este espacio de uso público para disfrute de toda la ciudadanía».
El 28 de diciembre, la oficina del Defensor publicó la resolución referente a la queja que había dirigido al Ayuntamiento de Sevilla. Su recomendación fue que, «aún comprendiendo las limitaciones presupuestarias que puedan afectar a esa Corporación Municipal», «y dado que existe un reconocimiento explícito de la necesidad de reparar y conservar adecuadamente el Paseo Juan Carlos I (...) se manifieste el compromiso de que, en el próximo ejercicio presupuestario, se establecerá la dotación necesaria para poder aprobar y ejecutar el nuevo proyecto actualizado que se anuncia por el Servicio de Proyectos y Obras, a fin de que no se demore indefinidamente su necesaria reparación».
El Defensor solicita además que, «a la mayor brevedad», se realicen «las mínimas obras de conservación que sean posibles para que el viario resulte transitable en condiciones de seguridad».
Solicitó el pasado diciembre que, «a la mayor brevedad», se realicen «las mínimas obras de conservación que sean posibles para que el viario resulte transitable en condiciones de seguridad».