La crisis había adormecido durante los últimos años el movimiento vecinal en Sevilla como en otras muchas ciudades andaluzas. Las asociaciones de vecinos se vieron obligadas a replegar velas y aplicar una economía de subsistencia, reconduciendo sus pasos para atender las carencias básicas –alimentación, vivienda y empleo– que cada vez demandaban más familias. Atrás quedaban aquellas imágenes de manifestaciones multitudinarias y cortes de carretera para exigir al gobierno local un bulevar, impedir la tala de árboles o bien solicitar la construcción de un equipamiento público.
Sin embargo, en los últimos doce meses muchas entidades vecinales han reactivado su labor más reivindicativa echándose de nuevo a las calles para hacer públicas sus reclamaciones mediante concentraciones, protestas y manifestaciones de todo tipo. En todas ellas, los vecinos han vuelto a echar mano del ingenio para hacer oír su voz y conseguir (aunque no siempre del todo) la atención de los políticos.
El punto de inflexión que marca este despertar vecinal está en Su Eminencia-La Plata, una de las barriadas históricamente más deprimidas de la ciudad y en la que más se ha disparado la población de parados en el último lustro. Hace solo unas semanas la plataforma Entre Lindes, que aglutina a más de una veintena de entidades vecinales y ciudadanas de Su Eminencia-La Plata y Padre Pío, organizó una singular protesta ante el solar abandonado de la calle Ingenierio la Cierva, donde se acumula basura y anidan ratas. Cientos de vecinos secundaron esta convocatoria en la que, como hace años, volvieron a enarbolarse pancartas y se gritaron proclamas con el megáfono, un instrumento clave en la historia vecinal de Sevilla. «Hoy empieza una nueva etapa en la que vamos a alzar la voz y a defender la dignidad de un barrio, porque no queremos que nos sigan tratando como ciudadanos de tercera», arengó el portavoz vecinal Alberto Sobrino durante la visita de un cartero real al que tanto pequeños como mayores entregaron cartas-denuncia en las que relataban los problemas de la zona, como la dejadez del parque de la Música o el citado solar que había llegado a convertirse en «un problema de salubridad pública».
Los escritos, presentados al día siguiente a la junta municipal del distrito Cerro-Amate, tuvieron, al menos, una primera respuesta por parte del gobierno local de Juan Espadas. Desde el Ayuntamiento se anunció de inmediato la actuación en la parcela de la concentración. Así, hace unos días ha comenzado la retirada de la basura y la intervención para limpiar la parcela como venían solicitando los residentes de la zona. «Es evidente que hay que salir a la calle. Esto es solo el principio, pues tenemos demandas históricas con más de 15 años de antigüedad», han advertido desde Su Eminencia-La Plata, donde anuncian «más actos» para reactivar el plan integral proyectado hace años para la barriada y del que, insisten, «no se sabe nada».
De igual manera, los vecinos de San Pablo han hecho visible su rotunda oposición la construcción de un tanatorio entre la avenida de Montesierra y Padre José María Javierre. Han protagonizado tres concentraciones ante el polémico edificio: 10 de noviembre, 25 de noviembre y 16 de diciembre. Y la cosa continuará: se prevén más actos para 2017. Según explica el portavoz de los vecinos, Rafael Baena, la concesión de la licencia para el nuevo tanatorio ha generado «estupor» e «indignación» entre los residentes. Lamentan que el Ayuntamiento no les informara previamente de la existencia del proyecto, «ignorando por completo su opinión respecto a un tipo de actividad que, por razones culturales y sociales, despierta especiales sensibilidades».
Los vecinos han presentado un recurso administrativo contra la licencia, pues recuerdan que la legislación sanitaria mortuoria apunta a que los tanatorios deben estar apartados de las viviendas y éste está «a 50 metros de viviendas, a cuatro de un Burger King, a 20 de un centro de discapacitados y a cien de una guardería».
El Polígono Sur, por su parte, ha recrudecido sus protestas en 2016. El calendario deconcentraciones se ha mantenido todo el año. 28 de enero, 29 de enero, 25 de febrero, 31 de marzo, 14 de octubre, 28 de octubre, 24 de noviembre... La más sonada fue la de marzo. Una treintena de coches se enrolaron en una caravana reivindicativa que partió del barrio y que terminó en la Plaza Nueva. «Pedimos que se reactive en serio el plan integral, que lleva más de una década aprobado y del que se han visto pocos resultados porque no hay un compromiso real. Queremos que se sienten las tres administraciones implicadas [por el Ayuntamiento, la Junta y el Estado] y traten el tema», ha recordado Rosario García, presidenta ve- cinal de la Plataforma Nosotros también somos Sevilla. Tres meses después repetirían esta concentración al volante, ahora en el Polígono Sur.
Destaca también la de octubre en la que entregaron sendas cartas y lupas a Avra (Agencia de Vivienda de la Junta ) y al alcalde: «Para que no manden más familias conflictivas y, la lupa, para decirles que les íbamos a estar observando». Pese a todo, concluye que termina el año y no se ha producido la reunión a tres del plan integral. «Nos dijo el alcalde que sería antes del día 31 pero nada», lamenta.
Todo quedó en un anuncio en Los Pajaritos. Su presidente vecinal, Salvador Muñiz, estaba dispuesto a tomar la calle para desbloquear el incio de las obras de las viviendas de las calles Gavilán y Estornino. Finalmente comenzaron los trabajos, eso sí año y medio después de lo proyectado. También echó a andar la reconversión del parque de José Antonio Cavestany en una nueva zona verde y otras actuaciones municipales en calles y colegios del Plan Decide. «Seguiremos atentos para que se cumplan los plazos y se continúe en las otras fases», advierte Muñiz.
2016 será también recordado por el año en el que se constituyó la plataforma ciudadana que reclama un nuevo consultorio en El Cerro del Águila y también por la consolidación de las protestas 2.0. Las redes sociales, en especial de facebook y tuitter, se han convertido en la nueva calle. Como ejemplo, se pueden citar los casos de la plataforma Alfalfa Degradada y de la asociación de vecinos Los Remedios contra la movida y el resurgimiento de la botellona; así como la cuenta de twitter de los vecinos del Plantinar (@AsocMulPlant) con los pisos discotecas. También han surgido con fuerza los grupos de whatsapp, como el creado en noviembre por residentes del Porvenir contra los vándalos, y los clásicos métodos de recogida de firmas, como el emprendido hace unos meses por vecinos y usuarios del Parque de Miraflores. Piden una actuación municipal en los caminos de albero y para erradicar «la plaga de ratas».