El detenido en Los Pajaritos recibió antes una «gran paliza» del fallecido

El autor del crimen, un magrebí de 35 años, ha ingresado en prisión por homicidio. La víctima, con más de 40 antecedentes, le había alquilado un piso ocupado

28 ago 2017 / 23:29 h - Actualizado: 29 ago 2017 / 08:48 h.
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  • El detenido llega a los juzgados del Prado en el furgón policial que lo traía de los calabozos de Blas Infante. / Manuel Gómez
    El detenido llega a los juzgados del Prado en el furgón policial que lo traía de los calabozos de Blas Infante. / Manuel Gómez

Entre gritos de «asesino», el detenido por matar a puñaladas a un joven en la zona de Los Pajaritos y Madre de Dios abandonaba en el furgón policial los juzgados del Prado en dirección a prisión. Allí ha pasado su primera noche, después de que el juez de Guardia decretara su ingreso en prisión por un delito de homicidio. La investigación cree que el piso en el que se produjo el suceso estaba ocupado por el fallecido y este se lo alquiló al agresor, al que le propinó antes de apuñalarlo «una gran paliza». El Grupo de Homicidios de la Policía Nacional puso a Omar Mimi a disposición judicial a las 17 horas de ayer. A las puertas de los juzgados numerosos familiares de José Ocaña, de 27 años, esperaban la llegada del detenido. Durante toda la tarde se mantuvieron en la puerta para poder increparle con gritos de asesinos.

Minutos antes ante el magistrado que estaba ayer de Guardia, el titular del Juzgado de Instrucción número 18, lo enviaba a prisión provisional, comunicada y sin fianza. En el auto, consultado por este periódico, el juez recoge que «previamente» al apuñalamiento el fallecido propinó, «literalmente, una gran paliza» al agresor. El juez no tiene duda ni de que se produjo esta situación previa ni de que el detenido es el autor del crimen, –hay una tercera persona que es testigo– aunque aclara que «será la instrucción la que determine» las circunstancias en las que se produjo el apuñalamiento, si fue «por una pelea, por sorpresa, con premeditación, alevosía o por imprudencia».

El auto también hace alusión al contexto en el que se produjeron los hechos, ocurridos el sábado sobre las seis de la mañana en un cuarto piso del número 4 de la calle Carena. Una vivienda que, según el juez, podría haber sido ocupado por el fallecido «para alquilarla». De hecho, fuentes del caso aseguraron que la investigación también trata de averiguar si Ocaña tenía ocupadas esta y otra vivienda colindante, una de las cuales –en la que se produjo la pelea y el posterior apuñalamiento– podría ser un piso dedicado al tráfico de drogas, y el otro a la prostitución, pues el mismo era frecuentado por las noches por varias jóvenes de origen africano.

Asimismo, el auto hace referencia a los antecedentes del fallecido, que tenía más de 40 causas abiertas desde 2010, según las mismas fuentes, tres de ellas en el Juzgado de Instrucción número 18, que ya las ha archivado al haber fallecido el autor. Así, explica que el mismo tenía una orden de alejamiento de su mujer, que vivía en una vivienda cercana a la de la calle Carena. En cuanto al agresor, es un hombre de 35 años de origen magrebí que podría estar en situación irregular en nuestro país, ya que el permiso de residencia le había caducado. La madre del fallecido repetía ayer en las puertas del juzgado que su hijo le había dado cobijo en su casa.

Además de la gravedad de lo sucedido, el magistrado considera que existe riesgo de fuga tanto el hecho de que sea extranjero y como si es condenado, dado que la pena será elevada. Igualmente, indica el riesgo de que «terceras personas intervengan en los hechos dado que han ocurrido en un barrio que se ha convertido desgraciadamente en muy conflictivo». Por ello, concluye que «ninguna lógica jurídica explicaría la libertad de quien ha intervenido en una muerte por arma blanca de otra persona».

Por último, el juez remite las diligencias al Juzgado de Instrucción número 11, que es el que se hizo cargo del caso el pasado sábado cuando ocurrieron los hechos.

El crimen ocurrió sobre las seis de la mañana en la calle Carena. En la planta cuarta del número 4 se originaba una pelea y poco después una persona abandonaba el lugar dejando un reguero de sangre al haber recibido al menos tres puñaladas. Unos metros después se desplomaba en plena calle. La Policía Nacional detuvo al agresor en la misma vivienda donde ocurrió todo.