El gran derroche de helarse en Sevilla

El aire acondicionado a toda potencia no solo provoca molestias y resfriados: es tirar hasta 600 euros de luz

08 sep 2017 / 19:12 h - Actualizado: 11 sep 2017 / 08:08 h.
"Economía","Salud","Salud pública","Consumo","Energía","Helados por el aire acondicionado"
  • Un operario ajusta el ventilador exterior de la climatización de un gran edificio sevillano. / Jesús Barrera
    Un operario ajusta el ventilador exterior de la climatización de un gran edificio sevillano. / Jesús Barrera
  • Aparatos de climatización junto a un edificio de Sevilla. / El Correo
    Aparatos de climatización junto a un edificio de Sevilla. / El Correo

Advertencia: si sigue leyendo lamentará que estas páginas se hayan publicado en septiembre en vez de en junio. El uso que hace del aire acondicionado, si lo usa a más potencia de la recomendada (26ºC), lo está arruinando, le ha amargado el verano y le ha producido molestias y quizá algún incómodo catarro. A lo mejor la culpa es suya, o tiene que aguantar, como antaño los fumadores, que otros se perjudiquen a sí mismos... y a quien tienen alrededor.

La comparación con los fumadores no es casual. Hay una ley antitabaco... y un real decreto (RITE, para los expertos en el tema) de 2010 modificado en 2013. Y prohíbe temperaturas inferiores a esos 26ºC en edificios públicos. Sin embargo, si frente al tabaco hay toda un presión social que funciona incluso mejor que las sanciones, en el caso de la climatización el incumplimiento lo puede comprobar cualquiera en cualquier parte, porque es general –aunque con honrosas excepciones–.

Las inspecciones –cada cinco años– corren a cargo de las comunidades autónomas, pero ningún organismo de la Junta de Andalucía ha sabido indicar cuál es el departamento encargado. El RITE no establece sanciones, sino la obligación de que la instalación se adecúe a las normas vigentes.

El presidente de la Asociación de Instaladores de Climatización, Calefacción, Fontanería, Gas y Afines, Raúl de la Peña, explica que tener el aire acondicionado a 18ºC todo el tiempo significa que no harán su función los compresores inverter. Y además afectará a la vida útil del aparato, aunque eso no es cuantificable.

«Lo normal en Sevilla es que los aparatos se usen mal. Para empezar, el mantenimiento brilla por su ausencia. Y luego mucho hogares y comercios los hacen funcionar a lo mínimo que da».

Ante esta situación no está claro ante quién quejarse si en la dependencia o comercio al que entra el aire está demasiado frío. Los distintos departamentos de la Junta consultados también lo ignoran.

Desde la asociación de consumidores Facua, su portavoz, Rubén Sánchez, explica que las quejas las podría estudiar la Dirección General de Consumo o, a nivel laboral, la Inspección de Trabajo.

El ingeniero Eduardo Rodríguez, experto en cambio climático de Ecologistas en Acción, opta en cambio por pedir con educación que suban la temperatura unos grados y cierren las puertas y ventanas del establecimiento climatizado. Pero más allá de eso no hay dónde acudir.

El doctor Fernando Escolar Castellón, jefe del Servicio de Medicina Interna del Hospital Reina Sofía de Tudela (Navarra), explica en el blog Zona Hospitalaria cuáles son los riesgos para la salud del aire acondicionado demasiado frío: Desmayos o mareos, disminución de las defensas de los bronquios, haciéndolos más vulnerables a infecciones, rinorrea (moquillo) constante, crisis de broncoespasmos en las personas asmáticas, migrañas o jaquecas.

El arquitecto Albert López, colaborador de Twenergy, el portal de eficiencia energética de Endesa, explica que, a escala doméstica, el consumo energético anual de una vivienda de 100 metros cuadrados ronda los 2.000 euros. En Sevilla, según un estudio de Twenergy, el aire acondicionado supondría –si se usa a la potencia adecuada– unos 500 euros, el 25% de ese total (400 la calefacción y 1.000 el resto de electrodomésticos).

Poner a funcionar el aire acondicionado a más potencia para rebajar esos 26ºC significa «que esos 500 euros pueden ser el doble», señala López. «Es como el consumo de un coche: si forzamos la máquina a toda potencia, a 140 kilómetros hora consumimos mucho más que un 40% más que a 100 por hora». Además, explica, cada euro gastado en calentar un estancia son tres euros si se enfría en la misma proporción. Cada grado que se disminuye la temperatura significa un 7% de aumento del consumo del aparato de climatización, un gasto que el ingeniero experto en cambio climático de Ecologistas en Acción Eduardo Gutiérrez eleva al 10%.

Lo habitual, según los datos de los que dispone López, es que en la capital hispalense los domicilios dejen funcionando el aire acondicionado a 22-23ºC. Y eso no es lo peor. El aire acondicionado no es un ventilador: introduce aire en una estancia y lo comprime. Cuanta más potencia, más compresión. De ahí que algunos usuarios salgan con dolor de cabeza después de trabajar en una oficina demasiado climatizada, o acaben optando en casa entre el calor y la migraña.

Otros efectos generales son constipados o tortícolis. Hay quien ha llegado a padecer pulmonía, e incluso quien asegura que el contraste entre los 39ºC del exterior y los 16ºC de un interior le han provocado un corte de digestión. Pero no hay estadísticas médicas y la mayor parte de las molestias no se traduce en bajas médicas.

De nuevo López explica que la piel no admite el cambio brusco de temperaturas: «Se puede estar en manga corta en un local a 22ºC, pero el cambio a un exterior a más de 32ºC será molesto. O puede estar un directivo con traje y corbata a 19ºC mientras sus empleados se hielan. Y eso se soluciona relajando la vestimenta en verano, lo que permite elevar la temperatura de la climatización».

Este arquitecto considera que el aire acondicionado es «el último recurso en climatización: primero deben enfriar la orientación, la fachada y la cubierta; después la climatización y si podemos emplear energías renovables, mejor».

Sin embargo, la realidad, reconoce, ofrece una mayoría de edificios mal planteados en los que el aire acondicionado es lo único que los hace confortables, y eso significa aparatos funcionando a tope, y usuarios dando más potencia para lograr la sensación de fresquito en la cara forzando aún más la maquinaria... Todo ello se traduce en emisiones extra de CO2.

«El 70% de la energía que se consume en España no es renovable», tercia el experto de Ecologistas en Acción. «Y el extra de consumo en las horas centrales del día del verano, entre las 13.00 y las 21.00 horas, es básicamente por el aire acondicionado».

Una afirmación en la que está de acuerdo Endesa, la empresa de referencia en Sevilla, aunque no se pueda desglosar de sus datos de consumo qué corresponde al aire acondicionado.

Pero el pico de consumo en Sevilla se registró el tórrido 6 de septiembre de 2016, día que se batió el récord de temperatura en ese mes con 44,5ºC. El consumo eléctrico alcanzó los 2.065 megawatios, según datos de Endesa. Este año el pico se alcanzó en primavera, el 20 de junio, con 1.951 megawatios: la temperatura alcanzó los 41ºC ese día.

«Si se quiere reducir el cambio climático hay que incidir en esto», expone Gutiérrez. «Un toldo en una azotea puede reducir la temperatura en siete u ocho grados, junto al buen uso de las cortinas y los ventiladores. Sin embargo, si uno pasea por la calle Teután ves los aparatos de aire acondicionado a todo trapo y las puertas de los comercios abiertas. Y eso alguien lo debería controlar. Visto lo visto no se cumple el Real Decreto». Tampoco se siguen las recomendaciones en las casas: «Poner el termostato a 21ºC no sirve: el aparato funciona hasta el límite y no se alcanza nunca esa temperatura en un edificio recalentado. Pero te garantiza el constipado». Y, como explica el experto de Twenergy, «también el doble de la factura».

No todo son malos ejemplos: la sede de la Consejería de Innovación, en la Isla de la Cartuja, «muestra en un panel a su entrada los consumos y eficiencia energética, aceptable para un edificios de su edad. Un edificio bien proyectado consume menos», explica el experto de Ecologistas en Acción: «Un edificio bien proyectado consume hasta un 60% menos que uno ineficiente».

CONSEJOS

Qué aparato de aire acondicionado elijo? Raúl de la Peña es presidente de la Asociación de Instaladores de Climatización, Calefacción, Fontanería, Gas y Afines, y calcula que un buen uso del aire acondicionado significa un 20% de ahorro en luz –no de la factura total, sino del consumo de la máquina–. «Si las máquinas están bien dimensionadas y son de tipo inverter se logra ahorrar energía. Pero tan importante como la máquina es el instalador. El aire acondicionado es un aparato más complicado que una freidora, y requiere de un profesional, y de confianza, porque es quien recomendará la instalación más adecuada. Lo normal es que las caras y las baratas al principio funcionen igual, y que las diferencias de calidad se noten al cabo de los años».

La Agencia Andaluza de la Energía cuantifica el ahorro doméstico hasta en 600 euros al año si se usa un aire acondicionado tipo inverter de clase A y se sitúa el termostato en verano, a 25 o 26 grados, «sin olvidar que por cada grado de menos que pongamos aumentamos el consumo energético aproximadamente un 8%».

Pero además ofrece estos consejos para ahorrar en climatización en verano: «Cierra las persianas, cortinas y toldos por el día para evitar que la casa se caliente excesivamente y abre todo por la noche para que la casa se ventile y se refresque».

«Programa la autoclimatación de tus aparatos de aire acondicionado, de forma que paren de funcionar cuando la sala alcance la temperatura indicada. No dejes los aparatos encendidos toda la noche, la mayoría de ellos cuentan con programadores para que se apaguen automáticamente a la hora indicada».

«Climatiza solo la habitación que estás utilizando, cierra la puerta y evita que el aire acondicionado se disperse». «Apaga los aparatos climatizadores cuando las estancias se encuentren desocupadas y si vas a abrir las ventanas. Es recomendable el uso de ventiladores: el consumo es menor y no son tan agresivos para la salud».

«Aislar bien nuestra vivienda de la temperatura exterior es fundamental para mantener la climatización del hogar sin excesos energéticos. Según datos de la Agencia Andaluza de la Energía, una ventana con mal aislamiento permite escapes de hasta el 30 por ciento de la energía dedicada a la climatización».