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El equipo de la Unidad de Recuperación Postanestésica del Valme, recientemente premiado. / El Correo
Cualquier intervención médica es un trastorno para quien la afronta, sobre todo porque no todo el mundo está preparado para soportar el dolor que suponen. Y aunque es imposible calmarlo del todo, sus efectos, principalmente psicológicos, pueden reducirse de forma notable gracias a la implicación del personal sanitario. En la Unidad de Gestión Clínica de Anestesiología y Reanimación del Hospital Universitario de Valme son, de hecho, punteros en este ámbito, y así lo demuestra su laureada trayectoria.
Dirigida por la doctora Mercedes Echevarría, la unidad cuenta con un «enorme prestigio nacional», avalado tanto por la capacitación y cualificación de sus profesionales como por el talante vanguardista al encabezar terapias innovadoras, explican fuentes del centro sanitario. No en vano, en un periodo de seis años (entre 2011 y 2016) ha logrado obtener numerosas acreditaciones de calidad y reconocimientos profesionales.
Desde Valme, destacan el liderazgo del servicio a la hora de aplicar las técnicas más modernas para el alivio del dolor tras la cirugía, siendo impulsor en el Sistema Sanitario Público de Andalucía (SSPA) de la dotación de dispositivos personalizados para el dolor. Asimismo, lleva a cabo la implantación del programa Entrevista Pre-operatoria Analgésica, dirigido específicamente a informar a los ciudadanos programados para someterse a cirugía sobre el proceso y así disminuir la ansiedad que ello supone.
Gracias al buen hacer de la Unidad de Gestión Clínica de Anestesiología y Reanimación, el Hospital de Valme ha logrado la acreditación regional de Centro contra el Dolor Perioperatorio, obtenida en 2015 y siendo la primera unidad de ámbito hospitalario en Andalucía en recibir este distintivo con arreglo al cumplimiento de recomendaciones en el manejo del dolor relacionadas con diversos parámetros. En concreto, informando a los pacientes, formando a los profesionales, utilizando los protocolos analgésicos, medios técnicos, recursos organizativos y estructuras diseñadas para la evaluación y el tratamiento más adecuado del dolor asociado a los procedimientos quirúrgicos; así como con el análisis de los resultados de su actividad para la mejora continua en la calidad que en esta parcela asistencial reciben los pacientes.
Justo un año después, en 2016, se hizo con la catalogación de Centro Mentor en Prácticas Seguras en Cirugía, que otorga la Agencia de Calidad Sanitaria de Andalucía (ACSA) a aquellos centros que han alcanzado un alto nivel en materia de seguridad quirúrgica. Se trata de un distintivo concedido a través del Observatorio para la Seguridad del Paciente de la Consejería de Salud como reconocimiento a acciones de mejora de la seguridad en quirófanos, según las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Aquí de nuevo la culpable fue la Unidad de Gestión Clínica de Anestesiología y Reanimación. En este caso, ser un centro mentor de esas características significa ponerse a disposición de los demás para compartir su experiencia y facilitarles tanto documentación, como planificaciones de actividades de formación, estrategias de implantación, monitorización y planes para la mejora continua.
A este reconocimiento se une el también obtenido anteriormente en 2014 con la acreditación de carácter nacional de Hospital Seguro, otorgada por el Sistema Español de Notificación en Seguridad en Anestesia y Reanimación (Sensar), que premia la labor de los servicios en cuanto a notificación de incidencias referentes a seguridad del paciente a través de un sistema de comunicación compartido entre hospitales.
El último éxito cosechado por sus profesionales ha sido el premio en el XXVI Congreso de la Asociación Andaluza del Dolor y Asistencia Continuada por una investigación que demuestra la efectividad de un método alternativo en bloqueo epidural, para pacientes intervenidos de prótesis de rodilla, que mejora la recuperación postanestésica. El enfermero Rafael Galisteo ha sido el director del mencionado estudio.
UNA LAUREADA TRAYECTORIA PROFESIONAL
En los últimos seis años, han obtenido 14 reconocimientos en foros científicos regionales y nacionales que avalan la intensa labor investigadora en pro de la mejora de la atención del dolor y de la optimización de la seguridad del paciente. En 2011, obtuvieron tres premios, uno de ellos por un estudio de protocolos de cuidados para disminuir el dolor tras intervenciones de cáncer de mama. En 2013 fueron dos los galardones, entre los que se encontraba un estudio del que se desprendía que la lactancia materna es protectora del dolor tras una cesárea. Relacionados también con el parto y con el cáncer de mama fueron premiados otros dos estudios en 2014, mientras que el de 2016 trataba sobre el manejo del dolor ginecológico tras cirugía.